Como matar a un ángel.

Capítulo 23

-Señorita... ¿Se encuentra usted bien? Se la ve pálida ¿Pasa algo? -Dijo una señora de unos 50 años, vestida de pies a cabeza de un color rosa chicle y con un perfume que me aventuraría a decir que se podía oler en todo el hospital... Una clásica, mítica, señora fresita... Puaj, me recuerda a las zorras de mi instituto dentro de unos años...

-Sí, genial. -Contesté volteándome hacia el espejo. Estaba realmente pálida, tal vez fuese por eso de que... ¡UN MALDITO DEMONIO ENTRASE EN MI CEREBRO! Estaba completamente alterada. Salí del baño corriendo hasta el pasillo, con la intención de encontrarme con Aiden, pero el no estaba allí.

-¿Y Aiden? -Pregunté a Jorge que seguía sentado en la silla del pasillo.

-Se acaba de ir con un chico de vuestra edad creo... Dijo que te comentase que él y... ¿Cómo lo llamó? No recuerdo el nombre del otro chico... ¿Héctor? Algo así...

-¿Ecnoc? -Puto gilipollas mi primo...

-Sí, eso. Se llamaba así el otro chaval.

-¿Te dijeron a donde iban?

-Sí, a los almacenes de un amigo de Aid... ¿Oye a qué viene todo esto?

-Gracias. -Ya sabía todo lo que necesitaba saber. Necesitaba detener a Kai, o sino perdería a quienes me importaban. A Chase, a Aiden... Si le pasase algo a alguno de ellos por mi... Unas lágrimas amenazaron con hacer acto de presencia, pero me las aguanté. No era una niña tonta que cuando algo iba mal se echaba a llorar. ¡KIRA MARÍN NO! 

Llegué al aparcamiento del hospital y me metí debajo de un Ford negro, corté algunos cables, rompí alguna ventanilla... Y ya tenía transporte. Los años que pasé en el taller de mi tío Luke habían dado sus frutos... Comencé a conducir en dirección a los almacenes en los que había estado de fiesta el día anterior. Jesús... Todo en un solo día.

Pisé el acelerador, mi corazón comenzó a bombear sangre cada vez más deprisa mientras la adrenalina invadía mi cuerpo. 110... 120... 130... 140... 150... Joder, menudo motor tenía aquel Ford. Antes de darme cuenta, ya vagaba por las callejuelas próximas a los almacenes. Todo estaba desierto, sombrío y frío. Muy frío. Caminé hasta el edificio en el que había estado la noche anterior, entré y... 

-¿Kira?

-¿Aisha? ¿Qué cojones haces aquí? -Entonces un chico muy musculado asomó su cabeza (Y también el torso desnudo) a un lado de Aisha. Había interrumpido algo... -¿Qué cojones haces?

-Niña, vete.

-¿Puedo hablar contigo? -Llamadme loca, pero prefería colaborar con aquella zorra a que le pasase algo a Aiden...

-Vuelvo en seguida. -Susurró al oído de su acompañante. Se levantó y salió a fuera a donde yo la seguí. -Más vale que sea importante capulla.

-Aiden.

-¿Qué pasa con Denny?

-Deja de llamarle así y cúchame, por favor. -Dije muriéndome de rabia.

-¿Acaso es tuyo para que no pueda llamarle así? Que sepas que me prefiere a mi en todos los aspectos antes que a ti... Y vosotros dos ni siquiera lo hicisteis...

-¿Porqué sabes eso? ¿instinto de zorra?

-No, es que apestas a virginidad...

-Oye, Kai tiene a Aiden.

-¿Y porqué no lo dijiste antes? Coge mi coche.

-¿Cuál es?

-El único puto coche que hay en toda la manzana. Un mercedes gris. ¿Te digo también el modelo o con eso te sirve? -Dijo con ironía mientras me lanzaba las llaves. Me puse a correr hasta que vi el coche. Cuando lo encontré lo abrí y me metí en el asiento de conductor... Un segundo ¿Que cojones tendría que hacer ahora? Metí la llave en la ranura y le di una vuelta haciendo que el motor se pusiese en marcha. Esperaría a que Aisha llegase y...

-¿Yuri?

-Hola compañera.

-¿Qué mierda haces aquí?

-Ah... Denny aún no te lo contó ¿Cierto? Pues entonces, será mejor que te lo diga él...

-¿Eres un ángel?

-Concretamente el tuyo.

-¿Eres mi ángel de la guarda?

-No, en realidad te estaba vacilando. Aiden me lo explicó todo...

-No entiendo nada...

-Escucha, se que es Aiden... Me pidió que te ayudase si te pasaba algo y él no podía esta ahí. 

-¿En serio?

-Sip... Y ahora, en marcha. -Me hizo gracia escuchar a Yuri decir aquel "Sip" con total naturalidad... No solía utilizar aquellas expresiones así que no pude evitar soltar una risa. 

Se adueñó del asiento del piloto haciendo que me moviese al del copiloto. Me abroché el cinturón de seguridad y esperé a que Yuri hiciese lo mismo, pero, sin embargo, para mi sorpresa, mi amiga pisó el acelerador. 

-¿Quién eres y que has hecho con mi amiga? ¿Yuri sin ponerse el cinturón de seguridad? No me lo creo... -Dije entre risas.

-No podías haber hecho mejor pregunta. -Dijo convirtiéndose en otra persona a la que conocía ya bastante bien.- Soy Kai, y tu amiga está leyendo tan tranquila en su habitación, y créeme, ni siquiera se le pasa por la cabeza el pensar que su mejor amiga va a morir esta noche... ¿Gracioso no crees? -Me quedé de piedra. Mierda. Había vuelto a meter la pata... ¿Qué puedo hacer ahora? Kai me tiene entre la espada y la pared...

-Escucha... No se que quieres, pero deja en paz a mis amigos y haré lo que sea.

 -Quiero algo que tú no me puedes dar... Mierda, eso suena demasiado a título de canción de reggaeton cutre... -Estaba por decirle que no conocía ningún tipo de reggaeton que no fuese cutre... Pero opté por callarme la boca.

-No todo el reggaeton es cutre... -Dijo cambiando por completo la expresión de su rostro. La mirada fría con la que atentamente miraba la carretera, se convirtió en unos ojos que reflejaban serenidad. Su boca dejó de ser una tensa línea para convertirse en una sonrisa ladeada, y yo, siendo francos, me acojoné con aquel bipolarismo. Comenzó a hablarme como si nada hubiese pasado. Como si no estuviese en un coche al lado de un chico que pretende matarme y del que no hay ninguna manera humana de salir... Sin morir en el intento, claro...

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FIN DEL CAPT. YA ESTAMOS CERCA DEL CAPÍTULO FINAL!! NO OLVIDES VOTAR LA HISTORIA SI TE HA GUSTADO Y GRACIAS POR LEER