#8

109K 14.6K 10.3K
                                    

Si son sensibles no lean este capítulo, no quise detallarlo demasiado, todo tiene sus razones así que comprendan y no juzguen sin conocer ambas partes.

*****

El rubio masajeaba su tobillo el cual se encontraba rodeado por aquel frío metal que lo mantenía encadenado a la cama, no tenia ni la menor idea de que hora era, pero no tenia ninguna intención de volver a dormir, de hecho sentía que tenia energía de sobra, considerando la situación en la que se encontraba, pero como todo esto tuvo un término, el cual llegó para el rubio en el momento que escucho la puerta ser azotada con brusquedad contra la pared por la fuerza ejercida al ser abierta, allí estaba el culpable de las noches que Jimin no pudo dormir pensando en aquel chico pelinegro que ahora se encontraba frente a sus ojos con esa típica máscara en el, la luz fue encendida y el rubio pudo apreciar mejor la figura del chico, iba a hablar pero antes de que pudiera hacer cualquier cosa el asesino se acerco a él tomándolo fuertemente de aquellos cabellos rubios tirando de estos sin piedad alguna, provocando que el rubio soltara un grito de dolor, iba a quejarse pero el pelinegro fue más rápido.

—Escuchame bien Park -solo basto eso para que el rubio supiera que está noche sería la peor de todas, el asesino nunca lo había llamado así- tu actitud me esta cabreando, ¡¿Quién mierda te crees para desobedecer mis ordenes?! ¡¿Acaso no te das cuenta en la posición en la que te encuentras?!

—N-no...-el rubio tomó aire, no podía seguir con esa actitud débil, tomando fuerza de voluntad decidió enfrentar al asesino- no tengo porque obedecer tus órdenes...

—Muy mal Park, respuesta incorrecta -el pelinegro formo una sonrisa torcida soltando el cabello del rubio para luego empujarlo fuertemente contra la cama y apresar el cuello del rubio con sus grandes manos- intenta otra vez

—H-hijo de puta -escupió el rubio como pudo debido a la fuerza que estaba ejerciendo el asesino en su cuello, allí pudo observar como el chico de cabellos negros fruncía sus labios mientras su cuerpo se tensaba por escasos segundos, el cuerpo sobre el se sentía demasiado frío-

—Respuesta incorrecta -sonrió al tiempo que una de sus manos se colaba bajo la camiseta del rubio- última oportunidad

—¡Sueltame infeliz! -gritó el rubio tensandose al sentir la mano del pelinegro acariciar su abdomen-

—Game Over Park -sonrió el asesino y el rubio supo que esa noche quedaría grabada para siempre en sus recuerdos-

Todo se congelo a su alrededor, solo podía sentir las manos del asesino recorrer su abdomen, el rubio soltó un chillido cuando el pelinegro tomo su pezón izquierdo entre sus dedos halándolo sin delicadeza alguna, todo se veía nublado a causa de las lágrimas acumuladas en sus ojos, pataleaba, gritaba pero el asesino hacia oídos sordos y simplemente seguía sin la intención de detenerse, el pánico solo aumento cuando el asesino despojaba al rubio de su camiseta dejando su torso al descubierto, este aprovecho que el pelinegro soltó su cuello y trato de apartarlo pero el chico lo tomó fuertemente de las muñecas atrapando sus labios contra los suyos, allí fue cuando el rubio se odio así mismo por disfrutar de aquel beso, disfrutar de aquel sabor a tabaco y chocolate embriagante de los labios del asesino, se odió aún más cuando no pudo evitar corresponder a aquel beso olvidando completamente lo que estaba sucediendo, olvidando como el asesino recorría su cuerpo con sus frías manos, se encontraba completamente perdido en la sensación tan adictiva que le provocaban los labios y la lengua del asesino.

El pelinegro por otra parte se estaba desesperando, el que Park correspondiera al beso solo lo enfureció aún más, no podía negar que le encantaban los labios del rubio pero se escapaba completamente de sus planes, quería que el rubio le temiera, no que lo deseara, quería que el rubio llorara, no que disfrutara, quería que rogara porque se detuviera, no que rogara por más, el pelinegro solo quería que el rubio lo odiara... ¿por qué? porque así es como había vivido toda su vida, el odio era lo único que conocía... lo único que merecía de parte de otra persona... especialmente del chico bajo su cuerpo.

—Park...¿me odias? -preguntó el asesino una vez logró separarse de los labios del rubio-

—Te odio... -respondió con la respiración agitada-

—Si me odias... ¿por qué dejas que te toque? -pregunto mirando al rubio a través de los ojos de la mascara-

—S-solo es un beso.. -sus mejillas se tiñeron de rojo, nuevamente se odió a si mismo por su reacción-

—Te lo dije antes Park... -se acerco a la oreja del rubio y susurró- haré que me temas, pero también haré que me odies, haré que mi sola presencia te haga palidecer y querer huir... quebrare todo lo que eres Park Jimin...

El rubio iba a responder pero las ganas de hablar se esfumaron cuando el pelinegro lo volteo abruptamente, sus pupilas dilatadas por aquel placentero beso ahora eran normales y sus ojos solo mostraban miedo, el pelinegro se posiciono sobre el aprisionándolo entre sus piernas para que no se moviera, mientras que con su mano izquierda sujetó la nuca de Jimin, estampandolo contra la cama, dejando al chico sin ninguna posibilidad de moverse.

El silencio inundó aquella habitación por unos minutos, el pelinegro se debatía mentalmente de lo que haría, por un momento se estaba arrepintiendo... hasta que escuchó salir de la boca del rubio aquellas palabras que terminaron por quitar cualquier pizca de humanidad en el.

—M-maldito bastardo...deberías morir...

Eso fue todo, el rubio sintió como el pelinegro lo desprendía de sus pantalones junto a su bóxer bajándolos hasta donde la cadena en su tobillo se lo permitía, trato de zafarse, lloró como nunca antes, el pelinegro por otra parte solo se encontraba dominado por la rabia, era increíble como unas simples palabras lo descolocaban totalmente, o quizá fue por quién dijo aquellas palabras... y sin ninguna compasión alguna, se convirtió en lo que más odiaba...

Lo último que el rubio escuchó fue la cremallera de un pantalón abrirse porque después todo se nublo para el, el pelinegro cometió el crimen que más odiaba, la violación, abriéndose paso entre las nalgas del rubio lo penetro sin piedad ni preparación alguna, sintiendo como esté lo apretaba dolorosamente, claramente el chico nunca había tenido sexo anal y el que no lo preparará antes empeoraba la situación, el rubio solo podía llorar y suplicar porque se detuviera , con cada embestida el rubio deseaba aún más que nunca morir, cada célula de su cuerpo odiaba a aquel chico. Los minutos pasaban, el rubio ya no hacía nada, parecía un cadáver, lo único que lo hacia delatar que aún vivía eran las lágrimas que caían de sus ojos, hasta que término, el pelinegro salió de su interior corriéndose en la espalda del chico, esté ultimo permaneció inmóvil a pesar de que el asesino ya lo había soltado, se quedo en la misma posición hasta que escucho como la puerta se cerraba, nuevamente estaba solo...y comenzó a llorar en silencio escondiendo su rostro en la almohada empapándola con sus lágrimas hasta quedarse dormido, completamente destrozado...

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora