#13

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El rubio observaba con desconfianza las bolsas que la señora Kim le había traído hace unos minutos, "vistete y bajas, mi niño quiere hablar contigo", fue lo que había dicho la señora minutos antes tras dejar esas bolsas de notable marca de tiendas caras que el rubio solo conocía gracias a personas famosas que utilizaban prendas de aquellas terriblemente costosas tiendas.

Jimin lo pensó unos momentos, hasta que finalmente exploro el contenido de las bolsas, encontrándose con hermosas prendas ¿de sus colores favoritos? ¿cómo era que el asesino sabía eso? bueno aunque a estas alturas ya nada le sorprendía, todo era tan raro... Sin más el rubio se dió un baño realmente rápido y se colocó las prendas sorprendiéndose de que incluso la ropa interior era de su talla, se coloco un pantalón negro ajustado y una simple camiseta azul marino con franjas rojas y blancas en las mangas, unas converse rojas también cortesía del señor asesino, arregló un poco su cabello frente a aquel enorme espejo que había en la habitación y salió de esta misma, agradecía no seguir encadenado así podía caminar libremente, recorrió aquel pasillo sin encontrar nada nuevo, por fin llegó hacía una enorme escalera suponiendo que esa daba hacía la planta de abajo, comenzó a bajar escalón por escalón, al llegar a los últimos escalones se detuvo quedando completamente perdido en una de las pinturas que había en la pared, era simplemente hermosa ante los ojos del rubio, hermosa pero a la vez deprimente, quien sea que allá sido su autor era un verdadero artista.

—Cariño -la voz de la mujer lo trajo a la realidad pero aún así no pudo apartar los ojos de la pintura o más bien de las pinturas pues eran tres que encajaban perfectamente bien formando una sola-


—Es hermosa...y triste -susurro el chico estirando su mano tocando la textura de las pinturas completamente fascinado por estás-

—Mi niño es un artista -dijo la señora mirando la pintura y ahora también la expresión confundída del chico-

—¿El...?

—El la pinto, cada una de las pinturas y dibujos que veas en esta casa han sido hechas por las manos de mi niño -la mujer ahora dedico toda su atención a la pintura- cada unas tiene un trocito de su vida plasmada en ellas

—No puedo creer que el las pintara -admitió el rubio-

—¡TE JODES! Y NO SEÑOR, ¡¡NO ME APUNTES CON ESA PISTOLA QUE ANTES DE QUE DISPARES TE METO UNA BOMBA POR EL CULO!! -se escuchó una voz que logró llamar la atención del rubio-

—Esos dos nunca pueden tener una conversación normal -suspiró la mujer para después voltear hacia el chico- vamos cariño

El rubio solo asintió siguiendo a la mujer hacía un gran salón donde se encontraba el pelinegro sentado en un sofa con su sudadera negra y un cubrebocas ocultando su rostro y frente a el en otro sofá había un chico de cabellos algo azulados y piel pálida que al notar su presencia ambos voltearon a verle.

—Nana ve por café -ordeno el pelinegro a lo que la mujer solo asintió desapareciendo de la habitación, el rubio se sintió temeroso de inmediato-

—¡Woooh! -exclamó el peliazulado levantándose enseguida para acercarse al rubio- eres muy guapo, ¿tienes novio cariño?

—Y-yo... -el rubio no sabía que responder, se sentia demasiado nervioso con la presencia de ese chico y aún más al pensar que este también era un asesino-

—Jimin -la dura voz del pelinegro llamó la atención de ambos chicos- ven aquí

El nombrado como tal perrito obediente pasó por el lado del peliazulado casi corriendo en dirección al pelinegro colocándose de pie tras este en aquel sofá, era ridículo pensar que la persona que se sentía seguro con la misma persona que le hizo tanto daño, pero era al menos conocía más a este chico que al de cabello azul, mientras tanto el pelinegro sacó su arma apuntando directamente a la cabeza del peliazulado.

—Te lo repito, antes de que dispares tendrás una bomba metida en el culo -habló el chico mirando hacia Jimin cosa que provocó que el pelinegro gruñera en desaprobación-

—Yoongi dejate de estupideces, no te llamé para que vinieras a coquetear con Jimin -el nombrado bajo su mirada, todo era tan incomodo-

—Ni que fuera tuyo, ni que te lo hubieras follado ya -dijo el peliazulado provocando que un gran silencio inundara la habitación-

El rubio sintió su cuerpo temblar, si seguía allí de pie se caería en cualquier momento, se sentía tan débil, sus piernas ya no tenían fuerzas para seguir de pié, el pelinegro por instinto volteo a mirar al rubio notando sus ojos cristalinos, algo en el se rompió al ver eso, la culpabilidad regresó a su cuerpo volviéndose completamente ajeno a sus actos, su cuerpo se movió por si solo tomando la pequeña mano del rubio y lo atrajo hacía el con algo de fuerza, provocando que el rubio cayera sobre sus piernas sin darle si quiera tiempo de reaccionar el pelinegro estrechó al rubio contra sus brazos...

—Perdón... -susurró el chico sólo para que Jimin lo escuchara-

—Ya n-no es nada... deja de repetirlo, no quiero recordarlo... -dijo el rubio algo nervioso y preocupado por la situación ¿desde cuando estar cerca del pelinegro había sido tan cálido y agradable?-

—No importa lo que digas, incluso si me perdonas siempre estará allí aquel recuerdo... -susurró nuevamente provocando que la respiración del rubio se detuviera-

Solo bastó un minuto para que el rubio estuviera abrazándose fuertemente al cuerpo del pelinegro dejando caer cada lágrima retenida, ¿es posible que la persona que nos hizo tanto daño también sea la única capaz de sanarnos?, pues para el rubio esa frase siempre rondaba en su cabeza, cada vez que sentía esa calidez al estar con el pelinegro.

—Supongo que si follaron  -hablo Yoongi siendo completamente ignorado por los otros dos chicos que parecían estar en su propio mundo- todos follan menos yo

Dijo para finalmente marcharse en dirección a la cocina.

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora