#12

101K 14.2K 5.2K
                                    

—¿Qué haces aún aquí? -preguntó el pelinegro con esa voz cargada de molestia-

—No diré nada...s-solo...deja que me quede... -respondió como pudo el rubio poniéndose de pie agachando su cabeza sin tener la valentía de mirar esos oscuros ojos que a causa de que no llevaba la mascara se veían perfectamente siendo iluminados por la tenue luz de luna que se colaba por las suaves cortinas-

—¿Para qué quieres quedarte aquí? -soltó el pelinegro bruscamente dando unos cuantos pasos hacía el rubio- ¿para volver a estar encadenado? ¿para que te vuelva a besar? ¿para que vuelva a follarte? ¿eso quieres?, ¿quieres que arruine tu vida más de lo que ya lo he hecho?

El rubio no contesto, pues ¿que iba a decir? si ni siquiera el sabía porque aún estaba allí, debió haberse ido, pero no, allí estaba de pié intentando no quebrarse, cosa que se complicó aún más con las palabras del pelinegro, los recuerdos de esa noche regresaron a su mente, el chico frente a el era una mala persona, un asesino, su secuestrador y también la persona que lo violo... pero aún así el rubio quería quedarse, algo en ese chico le causaba curiosidad, por primera vez en su vida sentía que quería ayudar a alguien, quitar todas sus máscaras y revelar la verdadera persona dentro de aquella fachada de chico malo.

—¿No dirás nada? -volvió a hablar el pelinegro, una vez estuvo de pié frente al rubio que permanecía inmóvil observando un punto fijo en el suelo- lo tomaré como un si

El cuerpo del rubio reaccionó al sentir las frías manos del pelinegro posarse en su rostro, levanto su mirada encontrándose con los oscuros e inexpresivos ojos de esté, iba a decir algo pero su voz quedó en su garganta al ver como el pelinegro con una de sus manos bajó el tapabocas lo suficiente para dejar su boca libre, dios... era hermoso, Jimin no tuvo mucho tiempo para apreciar el rostro del asesino pues este enseguida estampó sus labios contra los suyos, tan suaves como los recordaba. Jimin sabía que debía detenerlo, eso no estaba bien, el tenía novia, no era gay y el sujeto por el cual estaba siendo besado era un asesino, al cual odiaba, sus manos estaban bañadas en sangre pero allí estaba el, correspondiendo a aquel beso tratando de seguir el ritmo, lo único que podía pensar era en los hermosos, fríos  y sensuales ojos del pelinegro, sus perfectos y suaves labios, su húmeda y excitante lengua que recorría cada parte de su cavidad bucal sin pudor alguno, para el rubio el chico era la palabra "perfección" personificada, claro, si de físico hablamos pues el chico era un asesino a sangre fría.

Por otra parte, el pelinegro estaba más que confundido, no debía estar haciendo lo que hacía con el rubio, debía deshacerse de el, no estar pensando en lo bien que se sentía estar dentro del rubio.

—Detenme ahora o te arrepentirás... -susurró el pelinegro sobre los labios del rubio que aún permanecía con sus ojos cerrados, sus labios rojos luciendo  increíblemente tentativos-

El rubio negó con la cabeza sin abrir sus ojos aún.

—No eres una mala persona, quiero ver que tan cierto es eso... -respondió el rubio pasando tímidamente sus brazos alrededor de la cintura del pelinegro, escondiendo su rostro en el pecho de esté pudo sentir como el chico se tensaba- sé que no tengo derecho a decirlo... y mucho menos razones... pero cuando miré tus ojos pude ver tristeza... arrepentimiento... culpabilidad... muchos sentimientos negativos que sin duda alguna, una persona no debería cargar con ellos por si sola...quiero comprenderte... quiero ayudarte... no creo que seas un criminal... tienes que parar con esto... no eres Dios para decidir cuando llevarte la vida de las personas

—Dios no existe así que alguien tiene que hacer su trabajo -contestó el pelinegro sin moverse de su lugar relajando su cuerpo ante el tacto del rubio- ahora tu debes irte de aquí

—No me iré... -contesto débilmente el rubio sin si quiera creerse el mismo las palabras que salían de su boca- yo... quiero ayudarte...

—Nadie puede ayudarme y menos tú, ahora debes largarte de aquí -dijo el pelinegro  separándose del rubio cubriéndose enseguida su rostro con el cubrebocas- te estoy dando la oportunidad de recuperar tu vida antes de que quedé aún mas destruida, no seas idiota y...

—¡Se que soy un completo idiota! ¡te odio pero aún así sigo aquí! -interrumpio el rubio- solo quiero ayudarte... es mejor que te entregues... seguramente rebajarán tu condena si lo haces

—No sabes de lo que hablas

—Yo...

—Te quedarás, pero no me fastidies, te atendras a las consecuencias

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora