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—Solo come un poco cariño...por favor es por tu bien -la señora Kim insistía pero el rubio se negaba incluso a mirarla-

—No tengo hambre... -respondió el chico mirando perdido un punto fijo a los pies de la cama- quiero estar solo...

La mujer no respondió, simplemente dejó la bandeja con comida sobre la mesa y se acerco al rubio envolviéndolo con sus brazos, aquellos brazos eran tan cálidos... pensó el rubio que enseguida correspondió al abrazo de la amable mujer, llorando por tercera vez en lo que iba del día, ya habían pasado cinco días desde lo sucedido pero para el rubio cada recuerdo se veía tan claramente en su mente que no podía evitar llorar.

—Lo siento cariño... -habló la mujer acariciando el cabello del rubio- el...no es así...esta arrepentido...

—No trate de excusarlo -interrumpió el rubio- es un asesino, no se puede esperar algo mejor de el...

—Jungk... es decir...mi niño no es una mala persona... solo es alguien a quien la vida golpeo muy duro..a vivido cosas que alguien "normal" no soportaría... y te aseguró que el no lo esta pasando nada bien... se arrepiente, eso puedo asegurarlo

—Agradezco su amabilidad pero lo que ha dicho no hará que cambie mi opinión respecto a el

La mujer se separó del rubio acariciando sus cabellos rubios por última vez, estando a punto de responderle pero el sonido de un disparo los asusto a ambos que enseguida miraron atentos a la puerta ya que se podían escuchar pasos fuera, hasta que está fue abierta abruptamente, el rubio se escondió bajo las sabanas, no quería volver a ver aquella máscara que tantos malos recuerdos traía a su cabeza...

Solo sintió como la mujer suspiraba aliviada y la puerta se cerraba con fuerza, mientras golpes se escuchaban al otro lado de está, entonces el rubio tomando fuerza de voluntad se atrevió a mirar, esperando encontrarse con aquella máscara, pero no, de pié frente a la puerta se encontraba un chico de cabellos castaños que mostraba perfectamente cada facción sin ocultarse tras una máscara, el chico se encontraba empujando la puerta al parecer tratando de impedir que fuera abierta mientras su rostro mostraba completa diversión que no tardó en demostrar pues comenzó a reír quitando cualquier rastro de silencio en aquella habitación. Jimin miro a la mujer esperando esta dijera algo pero ella solo soltó una pequeña risita negando con su cabeza, el rubio iba a hablar hasta que aquella voz lo dejo congelado en su lugar.

—¡ABRE LA PUTA PUERTA! -gritó esa voz desde el otro lado de la puerta- ¡NO ESTÁS EN TU CASA!

—¡OBLIGAME! -respondió el castaño sin parar de reír-

—¡SI NO ABRES EN ESTE INSTANTE NAMJOON SE ENTERARA QUE CIERTA PERSONA LO ESTABA COMPARANDO CON EL NEGRO DE WHATSAPP! -respondió nuevamente aquella voz-

Solo falto eso para que el castaño dejara de hacer fuerza y la puerta fuera abierta nuevamente mostrando aquellos cabellos azabaches que eran cubiertos por la capucha de la sudadera negra que llevaba el chico, el rubio se quedo inmóvil en su lugar, sin poder creer completamente lo que veía.

El chico no llevaba la máscara

El pelinegro camino rápidamente hacia el castaño como si ellos dos fueran los únicos en la habitación, recién allí el rubio se dio cuenta que el castaño tenía la máscara del asesino en sus manos, la cual inmediatamente fue arrebatada de sus manos por el dueño de está para seguidamente volver a ocultar su rostro tras aquella máscara, el rubio por alguna razón se decepcionó bastante, quería ver de mejor manera el rostro del chico pues desde donde se encontraba sólo vio parte de su perfil pues la capucha de la sudadera cubría gran parte de su rostro.

—Kookie~ -habló cariñosamente el chico castaño colgándose del cuello del pelinegro que se encontraba acomodando la máscara-

El rubio se asusto pensando lo peor, de seguro el pelinegro mataría al castaño por el atrevimiento que estaba haciendo, grande fue su sorpresa cuando el pelinegro en vez de insultar, golpear o apartar al chico simplemente le dio unas caricias al castaño cabello para después apartar al chico con sutileza y una vez separados solo le dio un suave golpe con su dedo en la frente desordenando unos cuantos cabellos del castaño.

—Ya sabes que no me gusta que tomen mis cosas, Tae -habló el pelinegro con voz calmada, el rubio sintió una extraña sensación que no supo descifrar-

—Lo sé Kookie, lo siento, pero enserio quería quitarte esa cara de culo que andas trayendo estos días...¡auch! -se quejó el castaño al recibir otro golpe en la frente de parte del asesino enmascarado-

—Agradece que cuando dispare me di cuenta que eras tu o sino ahora no estarías hablando

—Tan lindo como siempre mi Kookie -rió levemente para después voltearse y darse cuenta de la presencia de más personas allí- ¡Señora Kim! y...no puede ser...

El castaño dirigió su mirada a Jimin que enseguida se sintió cohibido, más aún cuando sintió la penetrante mirada del pelinegro ahora también sobre el, sintió ganas de llorar nuevamente, pero sus pensamientos se esfumaron al oír el grito del castaño.

—¡¡EL GATO!!

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora