Mr. Bunny Killer 《KookMin》

#7

Jimin se decía así mismo que no debía llorar, pero se le hacía difícil cuando los recuerdos de su novia y familia venían a su mente, ¿estarán preocupados? ¿lo estarán buscando? ¿lo extrañaban? ¿su novia estará llorando por el?, tantas preguntas inundaban su cabeza, mientras su vista permanecía fija el aquel hermoso techo, porque si, cada parte de esa habitación era hermosa, tenía lujos que ni en toda su vida el podría darse.

—Joven Jimin -habló esa ya conocida voz sacando al rubio de sus pensamientos-

—Señora Kim... -respondió mirando la silueta de la mujer aparecer por la puerta-

—Necesito que tomes esto -extendió su mano mostrando unas pastillas blancas- no te asustes, son solo pastillas para dormir, el...

—¿El te pidió que me las des? -la mujer asintió ante la pregunta-

—No has dormido nada, esto te ayudara -la mujer sonrió levemente-

El rubio solo asintió, debía obedecer para no tener problemas con el asesino o mejor dicho para que este no regresara a la habitación, aunque sabia que eso tarde o temprano sucedería pero su vergüenza prefería no pensar en eso, solo fue un error, eso fue todo, ese beso fue un error, los días encerrado le estaban afectando, a el no le gustaban los hombres, mucho menos un asesino.

Una vez tragó las pastillas la mujer se retiro de la habitación y el rubio quedo sumergido en la oscuridad acomodándose en la cama, cerrando sus ojos, dejando que el sueño lo consumiera por completo.

***

—A ver, aquí soy yo quién habla, usted mantenga su boca cerrada a menos que quiera que le cierre esos patéticos labios

El pelinegro caminaba de un lado a otro como animal enjaulado observando la figura de la mujer frente a el, está se encontraba arrastrándose por el suelo en un intento ridículo de huir del chico que la miraba a través de esos oscuros ojos de la mascara de conejo.

 La mujer había sido bastante fácil de encontrar, Taehyung le dió la dirección de los lugares que está frecuentaba, pero el pelinegro optó por esperarla en su casa y darle la bienvenida, claro que tuvo el tiempo suficiente de revisar el lugar encontrando una gran cantidad de imágenes de niños y niñas desnudos, incluso golpeados, además de incontables cantidades de vídeos de niños siendo abusados cruelmente, el pelinegro quería acabar de una vez con la asquerosa vida de la mujer por lo que apenas la vio cruzar la puerta la golpeo con el mango de su pistola provocando que la mujer cayera de lleno al suelo.

Así llegamos al momento que nos encontrábamos ahora, una mujer pidiendo piedad y un asesino enmascarado observándola con asco, planeando ya lo que haría con la miserable vida de su víctima.

—Eres una mierda, pides piedad...  -soltó una risita mientras jugaba con el arma agachándose para mirar a la mujer y se rasco la nuca con la misma arma cargada- ¿cuantos niños pidieron lo mismo y aun así no se las diste? obtienes lo que siembras

—Infeliz -la mujer al borde de la ira cometió el gran error de levantar el dedo medio al chico, consiguiendo que esté le disparara directo en un muslo arrancando un grito de dolor de la mujer- hijo de puta ¡MATAME YA! no esperes que me arrepienta, disfrute violar a cada uno de eso niños, sus gritos, sus lágrimas, todo

—Se acabó el tiempo

Fue lo último que dijo el pelinegro antes de agarrar a la mujer del cabello arrastrándola por la sala, está gritaba y pataleaba, incluso logró zafarse mordiendo el brazo del pelinegro, trató de defenderse golpeando al chico en la cabeza con un hermoso jarrón con flores ya marchitas pero eso solo término de acabar con la paciencia del pelinegro que en solo segundos ya tenia a la mujer agonizando en el suelo con un agujero en su frente y un charco de sangre a su al rededor.

—Veamos si te gusta esto... -dijo el pelinegro tomando una cámara instantánea que se encontraba sobre la mesa de la casa, entonces sonrió mirando el cadáver de la mujer-

Horas después un pelirrojo se encontraba apretando fuertemente los puños mirando aquella ya conocida forma de asesinar, aquella que solo una persona podía llevar a cabo.

—Detective Jung, encontramos pornografía infantil en la habitación -habló uno de los policías al pelirrojo-

—Este infeliz tiene que estar tras las rejas -dijo el detective- o mejor aún, bajo tierra... ese tipo no tiene sentimientos, Mr Bunny Killer... maldito hijo de puta

El pelirrojo se dio la vuelta dejando atrás ese desagradable escenario, una mujer bañada en sangre mientras que a su alrededor miles de fotos de su cadáver desnudo adornaban la habitación a excepción de una pequeña nota ya reconocida.

"¿Qué mejor muerte no? Eres lo que siembras, si ella lo hacia quiere decir que le gustaba ¿no? "

P.d: Detective Jung hay pornografía gay también, se la deje en el baño ;) no me agradezca.
                                                                                                      Mr. Bunny Killer

El pelirrojo apretó el papel entre sus manos y se marchó.

***

—Mi niño... -habló la mujer viendo al chico tendido sobre aquel caro sofá negro en su despacho-

—Nana ahora no, solo vine a dejar algunas cosas, iré con Tae -habló el pelinegro poniéndose de pié quitándose la máscara y dejándola sobre el escritorio-

—Cariño estas herido

Y claro que lo estaba aún brotaba sangre de aquella herida provocada por la mujer con el florero, incluso podría jurar que tenía pedazos de cristales aún allí, por lo mismo iba con Taehyung, ya que el siempre se encargaba de curar sus heridas después de algún "trabajo".

—Ya me voy -dijo finalmente- ¿le diste las pastillas de dormir al chico?

—Si...pero despertó hace unos minutos...

—¿Le diste más pastillas? -preguntó el pelinegro mientras limpiaba la máscara con pequeñas gotas de sangre en ella, que desagradable-

—No quiso tomarlas...

El pelinegro se detuvo enseguida, de por si ya estaba de mal humor por el maldito golpe, para que ahora el rubio comenzara a darle problemas, que creía ¿qué porque se besaron tiene el derecho de desobedecer sus órdenes? pues no. El pelinegro salió del despacho dejando a la mujer preocupada pero resignada a que nada podía hacer.

—Te enseñare quien manda aquí Park