#10

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—¡¡EL GATO!!

Gritó el castaño sobresaltando al rubio que comenzó a mirar a todos lados buscando el gato que había nombrado el castaño, al no encontrar ninguno miró con clara confusión al chico que ahora se encontraba frente a el mirándole con diversión, Jimin se cohibió un poco por la cercanía, además de que podía sentir la penetrante mirada del pelinegro en el, esas ganas de llorar regresaron, por lo que ocultó su rostro entre una de las almohadas ignorando por completo al castaño.

—¿Qué sucede gatito? -preguntó el castaño observando el cuerpo de Jimin-  Kookie... hay cámaras por toda tu casa además de que tiene más seguridad que una puta cárcel, podrías dejar libre al gatito, no se vé bien aquí -dijo esta vez mirando al pelinegro que observaba atentamente con los brazos cruzados a ambos chicos-

—Tae, no pedí tu opinión al respectó, además no te invite a venir así que puedes irte por donde llegaste -dijo el asesino con su voz seria, cosa que molesto al castaño de sobremanera-

—Sigues siendo el hijo de puta que conocí -soltó con molestia el castaño arrepintiéndose enseguida por lo dicho al ver la mirada inexpresiva pero llena de tristeza en el pelinegro, porque incluso con la máscara puesta el castaño podía ver a través de los ojos del asesino- Kookie...yo...

—Es tarde, es mejor que te vayas Taehyung -dijo finalmente el pelinegro, interrumpiendo las intenciones de disculparse del castaño-

—Kookie...por... -el castaño dejo de hablar al sentir como lo tomaban tímidamente de su sudadera, si, era la mano del gatito de Jeon-

—N-no lo hagas enojar... -se atrevió a decir el rubio, el castaño no lo entendió hasta que vio la mirada llena de miedo en los ojos del "gatito"-

—Tranquilo gatito -sonrió con sinceridad al rubio- Kookie puede parecer un monstruo sin sentimientos pero te aseguro que no lo es

—¿Por qué lo llamas "Kookie"? -se atrevió preguntar pues sabía que no sacaba nada llevándole la contra al castaño sobre lo "buena persona" que supuestamente era el pelinegro-

—Mm...por esa estúpida máscara -apuntó hacía el pelinegro que solo miraba en silencio contando mentalmente hasta mil para no sacar al castaño a patadas- tu solo puedes ver su cuerpo, por cierto es muy buena vista así que yo que tu no me quejaría, pero de eso no estamos hablando, el punto es que su rostro es realmente hermoso, es una mezcla de sensualidad e inocencia, claro que de lo último no tiene nada además...

—Es suficiente -interrumpió el pelinegro tomando al castaño del brazo- Tae es hora de que te vayas

El castaño solo soltó una pequeña risita dirigiendo su mirada al rubio, se soltó del agarre del pelinegro y abrazo al rubio susurrándole en su oído.

—No sé que te habrá hecho pero si no quieres problemas es mejor que límites tus palabras con el -el rubio asintió- se un buen gatito y ten paciencia con este idiota... no es tan mala persona como parece

El castaño volvía a separarse del rubio para dirigirse a la puerta seguido por el pelinegro que volteó unos segundos hacía el rubio, esté al darse cuenta también dirigió su mirada hacia él sorprendiéndose de que el pelinegro enseguida bajo la mirada y salió de la habitacion junto al castaño.

—Te lo dije cariño -la voz de la señora sacó al rubio de sus pensamientos- mi niño esta arrepentido...

El rubio no contesto nada, simplemente observó como ahora la mujer salía de la habitación dejándolo completamente solo, suspiró con pesadez dejando caer todo su peso en las suaves almohadas, cerrando sus ojos, pensó en las palabras del castaño, pero no precisamente en las advertencias, sino en la descripción que le dió del asesino... ¿tan guapo era aquel hombre? ¿qué era el castaño del pelinegro? ¿por qué el castaño conocía el rostro del asesino? y también... ¿por qué comenzaba a molestarle un poco eso?

***

Jimin, aquel chico de cabellos rubios no sabía lo que le esperaba, el solo quería regresar con su familia y su novia, disfrutar de sus cálidos abrazos, que le dijeran que todo estaría bien, que lo ayudaran a olvidar todo... el sabía que eso solo lo podría conseguir con su familia y novia, pero aveces la vida da giros inesperados, un día puedes odiar a alguien con toda tu alma y al otro día lo amaras al punto de dar tu vida por esa persona, Jimin no creía en los cuentos de hadas aunque le hubiera gustado tener uno propio, sólo le faltaba la otra persona con quien crear su propio cuento, porque sabía que con su novia eso no sería posible, tenia claro que por ella no sentía esas maripositas en el estomago ni mucho menos las ganas de tenerla siempre junto a el, tampoco sentía celos por ella, no se consideraba una persona celosa ¿o quizá solo no la amaba lo suficiente?, de cualquier manera aún tenía mucha vida por delante para encontrar a esa persona especial...

Si es que aún no la había encontrado...

El rubio lentamente fue abriendo sus ojos al sentir un nuevo peso en la cama junto a el, volteó un poco sintiendo enseguida como la respiración se le agitaba, el pelinegro se encontraba recostado junto a el y ahora que se volteó  sus rostros estaban a centímetros de distancia, Jimin supuso que el chico estaba dormido, pues no podía ver sus ojos por culpa de la máscara, además de que su respiración era calmada, Jimin por un momento dejó de sentir aquel miedo que sentía por el asesino, hasta que esas preguntas rondaron su mente ¿qué hacía él allí? ¿le hará lo mismo de la otra vez? y así fue como el miedo nuevamente llenó su cuerpo, tratando de apartarse del asesino pero esté al parecer no se encontraba dormido, pues enseguida atrajo al rubio hacía su cuerpo una mano sujetaba firmemente la cintura del rubio y la otra sujetaba su cabeza dejando a Jimin pegado  a su cuerpo con la cabeza escondida en el pecho del pelinegro, el rubio enseguida entró en pánico, tratando de soltarse sin éxito alguno, aún así lo siguió intentando, hasta que escucho una débil voz, una voz que difícilmente podía creer de quién era, sonaba tan débil, casi en un susurro, un triste y lamentable susurro que provoco que el rubio se quedara por fín quieto, concentrandose en los latidos del corazón del asesino ya que los escuchaba perfectamente debido a la posición en la que estaban, por alguna razón el miedo desapareció, cerro sus ojos sintiendo una sensación desconocida para el, aún le temía al pelinegro, lo que le hizo no podía borrarse y mucho menos olvidarse, pero solo quizá... el castaño y la señora Kim tenían razón... el chico no era tan mala persona... y con las últimas palabras que dijo el pelinegro, Jimin se durmió.

Lo siento...

Mr. Bunny Killer 《KookMin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora