Capítulo 1

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Estacioné mi moto frente a la entrada del club seguido por algunos miembros. Estar días fuera y volver a tu hogar era lo más gratificante.

Pres había seleccionado a ciertos hombres para dejarlos a mi mando para ir a atender uno de sus negocios. Era obvio que yo estaría a cargo, después de todo era el vicepresidente de los Sons of Anarchy. Mi familia.

Los hombres a mi cargo bajaron de sus amadas Harley's y se alinearon de forma que estuvieran frente a mí. Yo les dediqué una sonrisa llena de orgullo, me encantaba que supieran quien mandaba. Adoraba mi posición en el club y que los demás supieran cómo tenían que lidiar conmigo.

-Bien, me reuniré con Pres en unos minutos para decirle cómo quedaron las cosas. Antes de ir, hicieron buen trabajo, todos-posé mi vista en cada uno de los rostros que estaban frente a mi.

Todos festejaron con sonidos de felicidad y chocando las manos, luego se adentraron al club. Estaba seguro que todos necesitaban una buena borrachera y un buen coño. Era lo principal que alguien del club buscaba después de un largo viaje en moto.

Yo entré triunfante, viendo de reojo a cada una de las chicas que estaban alrededor, debía ver a quién llevaba a mi habitación esta noche; pero antes, debía ver a Pres para informarle todo.

Toqué la puerta de su oficina y la abrí, dejándome ver que estaba hablando con los miembros más viejos del club...Incluyendo mi padre.

-¡Duff!-Pres se acercó a mí con una sonrisa de lado-Justo de quien hablaba-me incitó a entrar y no me negué, aunque la presencia de mi padre me molestara.

Me senté en la primera silla disponible del cuarto, la cual estaba frente al escritorio, así que aproveché para subir mis pies a éste y encender un cigarrillo.

-¿Para qué la junta? Esperaba decirte cómo quedaron las cosas con los chicos de Teddy en Nuevo México-boté el humo.

-Atendíamos algunos temas de importancia, ya sabes, asuntos internos del club-se sentó, quedado frente a mi.

Mi padre se posó detrás mientras los demás salían, dejándome confundido. No entendía qué mierda pasaba.

-Duff, éste asunto nos concierne más a tu padre y a mi-se recargó sobre sus codos, quedando un poco más cerca de la suela de mi bota.

-Quita los putos pies del escritorio-gruñó mi viejo, haciéndome rodar los ojos.

-Lo hago por respeto a Pres, no porque me lo pidas tú-los bajé.

Mi padre se acercó a mí, sus ojos llameando con furia.

- Vuelve a hablarme así, y tus putas tripas quedarán esparcidas por toda la oficina. - siseó -. ¿Entiendes?

Sabía que hablaba en serio. Así que, simplemente lo ignoré. No necesitaba tener una disputa con mi padre, porque sabía que perdería. El cabrón podía matar a su propio hijo y no sentir remordimiento alguno.

- ¿Entiendes? - gruñó en mi cara.

- Entendido, señor.

- Bien.

Se volvió hacia Pres.

- Continuemos. - dijo -. El pequeño cabrón tiene que aprender algo de respeto - dijo entre dientes -. Pero, supongo que aprenderá cuando le informemos nuestros planes - sonrió con suficiencia.

Me senté con la espalda recta y estreché mis ojos.

- ¿De qué mierda están hablando? - espeté.

- Todo a su tiempo, Duff. - dijo Pres -. Estamos esperando a alguien. Una vez que esa persona llegue, les informaremos lo que sucederá.

- Tengo derecho a saberlo ahora. - refunfuñé.

Thunder RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora