Capítulo 12

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Duff

Perdí la cuenta de cuanto Bourbon había bebido. Mi cuerpo estaba entumecido, mi cabeza daba vueltas y mi visión estaba desenfocada. Tenía a una puta sentada a horcajas sobre mi, moliendo su coño a lo largo de mi polla, gimiendo como una perra celo. No creía esa mierda, mi polla estaba semidura, y a cada segundo que pasaba se ponía cada vez más flácida.

Empujándola fuera de mi, la perra cayó al suelo sobre su culo, gritando maldiciones.

Rodé los ojos, mientras intentaba encontrar el equilibrio para levantarme. Luego de varios intentos fallidos, lo logré. Tambaleándome caminé hacia la habitación que rentaba en un antro. Nunca me quedaba el tiempo suficiente en ningún lugar, por esa razón, no me esforzaba en hospedarme en lugares de lujo.

Una vez dentro de la habitación, caí en la cama y me desmayé.

Después de no sé cuánto me pude despertar, apretando los ojos para poder dejar de ver doble. Carajo, mi cabeza dolía como los mil demonios.

Pasé una mano por mi alborotado cabello y me incorporé de un sólo movimiento, haciendo que el estómago se me devolviera y sintiera el vómito subir por mi garganta, pero impedí que saliera, no me gustaba vomitar, así que después de evitar eso, tomé tres respiraciones profundas y me puse de pie, sosteniéndome de cada mueble que había en la habitación hasta llegar a la ducha.

Apestaba a alcohol y sudor, eso jodidamente no era el mejor olor en este momento, por eso necesitaba un baño, pero mi camino hacia la ducha se vio interrumpido por el sonido de la puerta.

-¡Sólo un minuto y me voy, carajo. No he olvidado el acuerdo!-grité al pensar que era el dueño.

Me quité la camisa y los pantalones junto a mi ropa interior para después adentrarme al chorro caliente de agua que escurría por mi cuerpo.

Terminé, cepillé mis dientes y rápidamente volví a la habitación para ponerme ropa limpia. Metí todo en bolso y abrí la puerta.

Steven estaba frente a mi. Sorprendido lo miré con elevando una ceja.

- ¿Qué haces aquí? - cuestioné.

No me gustaba la expresión de su rostro. Algo andaba mal. Algo andaba jodidamente mal, podía sentirlo.

- La mierda explotó. - dijo simplemente.

- Habla. - dije impacientemente.

- Tu padre nos traicionó, trabaja para Roy. - explicó -. Roy secuestró a Zoe.

Me congelé.

Joder. Esto no era bueno. El hijo de puta la iba a violar, y ésta vez yo no podría salvarla.

- ¿Cuándo pasó ésto? - gruñí.

- Hace varias horas. - dijo inexpresivo -. También tienen a Izzy.

- ¡Joder! - grité -. Tenemos que salvarlos.

- Por eso vine a buscarte. - dijo sarcásticamente -. Es hora de que madures, y dejes de huir cuando las cosas se ponen difíciles.

- Cállate. - siseé frente a su rostro -. Vamos. Tenemos que idear un plan.

-No hay tiempo para un puto plan, voy a buscarla.

Fui por el bolso donde tenía mis cosas, y cuando estaba dispuesto a salir, Steven posó su mano en mi pecho, deteniendo mi acción y ganándose una mirada furiosa de mi parte.

-No entiendes-apretó los dientes-Son demasiados y tienen todo planeado al parecer, nos tomaron de rehénes y se llevaron a ellos dos solamente. Deben tener algo más bajo la manga, así que hazme caso y vamos a hacer un puto plan o Zoe puede resultar herida.

Thunder RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora