Capítulo 5

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Lentamente, Casper sacó su camiseta por encima de su cabeza y me miró. Sus ojos azules, parecían negros, y se mordía el labio seductoramente. Susan, quien estaba en silencio, miraba entre nosotros con ira. Balbuceó a través de la mordaza y Zoe la quitó para que pudiera hablar.

- ¿Qué? - espetó Casper.

- No se te ocurra tocarlo, perra. - siseó Susan.

Levanté una ceja.

Casper se rió.

- ¿Tú lo impedirás? - la retó.

- Suéltame. - forcejó Susan con los agarres.

Casper se puso a la altura de la cara de Susan y siseó.

- Puta, voy a hacer que Duff, me folle frente a ti. - ronroneó -. Apuesto a que está duro por el espectáculo que acabo de brindarle.

Casper tenía razón. Estaba duro. Tan malditamente duro. La idea de follarla frente a una Susan, bañada en sangre por todos su cortes... me excitaba terriblemente.

- Te diré lo que va a pasar. - dijo Casper -. Voy a follarlo frente a ti, y luego, voy a arreglar tu cara - sonrió con maldad -. Y después de eso, te voy a dejar ir. No creo que ningún hombre quiera volver a tocarte, luego de haya terminado contigo.

Casper sacó su pantalón y se giró hacia mí. Mierda, no usaba ropa interior. Sin sujetador y sin bragas. Y, tenía un cuerpo impresionante. Unas tetas del tamaño perfecto para mis manos, y un culo muy ejercitado. Soy un hombre de culos, y el de Zoe, es el mejor que tuve el placer de ver.

Cuando estuvo frente a mí, acarició mi pecho seductoramente. Tomó mis manos, y las llevó a sus tetas. Mierda, tan caliente. Miré a Susan que no paraba de gritar mierdas sobre no tocar a Casper, pero no le di importancia. Necesitaba follarla. Ahora mismo.

La tomé de las caderas y la acerqué bruscamente a mí. Casper puso sus manos alrededor de mi cuello y me besó.

Nunca quise pensar mucho en nuestro primer beso porque, si lo hacía estaría perdido. Jamás, besar a alguien se sintió tan bien como besar a Casper, y yo no era un besador. A las putas del club, jamás las besaba. En cambio, siempre quería besar a Casper, aunque me costara admitirlo. Sus labios suaves y llenos, me besaban desesperadamente. Su boca era dulce y pura, y temía volverme adicto a sus labios, a ella.

La levanté y envolvió sus piernas alrededor de mí. La empotré contra la pared, y llevé mi mano a su centro. La perra estaba empapada.

Zoe gimió ante mi tacto y me apresuré a acariciar su coño mientras besaba su cuello, dejando pequeñas marcas de mordidas. Sus manos viajaron hacia la hebilla de mi cinturón y lo desabrocharon con rapidez, después bajó mi pantalón junto a mi ropa interior, dejando afuera mi dura polla.

Suspiré cuando sentí las caricias de la chica en esa zona. Mierda, no tenía tiempo para esto, quería estar enterrado en ella, así que aparté su mano y me hundí de una estocada, haciendo que ella gritara al mismo tiempo que rasguñaban mis brazos.

No soy creyente, pero les juro que toqué el cielo una vez que sentí sus paredes apretarse contra mi miembro.

Empecé a moverme de manera brusca, haciendo que Zoe gritara por más, eso mientras no dejaba de besar su cuello, hombros y pechos.

-Duff...Volteate, quiero que la perra vea como te doy placer.

La cargué hasta el escritorio que estaba en la habitación y la recosté, son salir de ella. Nunca había estado tan caliente.

Salí de ella y me arrodillé. Los ojos de Casper se oscurecieron aún más y agarró mi cabeza guiándome hacia su coño.

- ¡Hijo de puta! - gritó Susan -. Jamás pusiste tu boca en mi coño.

Thunder RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora