Capítulo 14

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Hice una señal para indicarles a los hermanos que detuvieran la marcha. Quedaban unos metros para llegar al club de Roy, pero no nos íbamos a arriesgar a ser vistos, primero debíamos preparar todo para iniciar el plan.

Steven junto a otros fueron a colocar un pequeño explosivo en las puertas traseras y principales, otros se encargaron de cubrir las cámaras de vigilancia mientras yo preparaba las armas.

Estos cabrones iban a pagar por meterse con nosotros y les haríamos saber que fue un gran error hacerlo.

-Todo listo-Steven se acercó a mí-Tú sólo da la señal.

Vi alrededor del club, todo estaba desierto y ese era el momento indicado para hacerlo.

Hice un gesto con la cabeza para indicar que era ahora. No podíamos arriesgarnos a esperar más, no con Zoe e Izzy dentro sufriendo.

Ellos sabían que tenían que entrar y acorralar a los hijos de puta. Cuando eso estuviera hecho, entraríamos Steven y yo.

Los pequeños explosivos sonaron, destrozando las puertas, todos entraron rápidamente. Estaba ansioso, necesitaba terminar con ésto, salvar a Casper. No era estúpido, era consciente de que ella no sería la misma por un tiempo, tal vez nunca. Pensar en ello, me revolvía el estómago, su sufrimiento era el mío. Me ocuparía de eso llegado el momento.

Un hermano nos hizo una seña, indicando que era el momento de nuestra entrada. Revisé mis armas una vez más, y entramos. Los cabrones estaban arrodillados en el piso, con las manos por encima de sus cabezas.

- ¿Dónde está Roy? - exigí.

Silencio.

Bien. Si así lo querían. Tomé mi bowie, y levanté a un cabrón, hundiendo mi navaja en su pecho. El pendejo jadeó y cayó. Acabado.

- ¿Dónde está Roy? - brameé.

Uno de ellos señaló el pasillo. Miré a Steven, indicándole que me siguiera. Con nuestras armas apuntando, caminamos lentamente por el pasillo, abriendo las puertas en nuestro camino, pero el hijo de puta no estaba en ninguna. Un grito nos petrificó.

Zoe.

Steven me miró y señaló la puerta al final del pasillo. Apretando los dientes, me dirigí hacia allí. Steven agarró mi brazo.

- Cálmate. - me dijo -. Necesitamos tener la mente fría.

- La está torturando. - gruñí. -. ¿Esperas que mantenga la calma sabiendo eso?

- No. - espetó -. No podemos permitir que algo salga mal.

Asentí de mala gana y me paré junto a la puerta escuchando. Zoe se quejaba, y podía escuchar al bastardo decirle algo, pero no entendía.

Abriendo la puerta lentamente, vi a Zoe, atada de manos, con una venda en los ojos, sobre sus rodillas, y el cabrón follándola como si la vida se le fuera en eso. No era todo, habían dos hijos de puta, mirando y tocándose. Quería vomitar. Apuntando, le disparé en la frente a uno, Steven entró detrás de mi, disparándole al otro.

Roy salió de Zoe y se giró con los ojos como platos al vernos.

- Aléjate de ella. - siseé.

- Tú... - se calló -. ¿Qué haces aquí?

- Pregunta equivocada. - dije, y le disparé en la rodilla.

El cabrón gritó y cayó al piso, sosteniendo su pierna. Iba a continuar, pero Steven me tocó y señaló a Zoe.

Seguía en la misma posición, pero estaba llorando histéricamente. Me acerqué a ella, desatando sus manos y quitando la venda. Temblando se alejó de mi.

Thunder RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora