Capítulo 18

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Paré a comprar unas flores y continuamos. Ella no me cuestionó, solo me miraba atentamente.

Una vez que llegamos a nuestro destino, bajamos de la moto y entrelacé mi mano con la suya. Era algo que nunca había hecho, pero se sentía bien.

- ¿Estás bien? - preguntó con suavidad.

- Lo estoy, nena. - dije, dándole un casto beso en los labios.

Ella sabía a dónde nos dirigiámos, no hacía faltar decirle nada. La conduje a través del cementerio y nos detuvimos frente a la tumba de mi madre. Cada vez que venía aquí, miraba la lápida que mandé hacer para ella, fijamente. No hablaba y tampoco lloraba. Luego dejaba las flores y me iba. Y ésta vez, no fue diferente. Fuimos en silencio hacia la moto.

- ¿Me acompañarías a otro lugar? - pregunté sonriendo.

Asintió.

- Por supuesto. - me devolvió la sonrisa -. ¿A dónde iremos?

- A una tienda de tatuajes. - respondí.

- ¿Te quieres tatuar nuevamente? - cuestionó sorprendida.

- Lo hago. - dije riéndome de su expresión -. Sube.

Conduje rápidamente hasta la tienda donde era un cliente habitual. No confiaba en otro lugar que no fuera ese. Cuando entramos, Misfits nos recibió sonando a todo volumen. No había clientes esperando, sabía que sería rápido. Me acerqué al mostrador y saludé a Kelly, la recepcionista.

- Kelly. - dije asintiendo.

Ella sonrió seductora y me tensé. ¡Mierda! Debería haberle advertido a Casper sobre ella, pero en mi defensa ni siquiera la recordaba. La follé unas pocas veces, creo. O varias, todas las veces que había venido a tatuarme, la había follado. Joder. Casper iba a cortar mis bolas.

- Nene. - ronroneó.

Entrelacé mi mano con la de Casper, que estaba tensa como la mierda, fulminando con la mirada a Kelly.

- Kelly. - advertí.

Ella miró entre Casper y yo, y se acercó sobre el escritorio, mostrando de muy buena gana su escote. Kelly tenía un muy buen par de tetas, aún así no quité la vista de sus ojos.

- ¿No me has extrañado? -dijo ignorando a Casper y haciendo pucheros.

Casper apretó mi mano y me miró fijamente. Sí. Iba a cortar mis bolas.

- No. - espeté -. Quiero ver a Dani. Ahora mismo - ordené.

Hizo una mueca y alzó la bocina del teléfono, luego presionó un número y Dani contestó.

-Tienes cliente...Es Duff, así que deja de meterte cocaína y atiéndelo.

Colgó y me miró de arriba a abajo, mordiéndose el labio inferior, lo que provocó que el agarre de Casper fuera mayor junto a su mirada fulminante.

-¿Dónde te tatuarás? Espero que en la ingle, te quedaría tan bien-usó una voz seductora.

-No, será en el pecho-no la miré, de repente me pareció interesante un cuadro sobre una especie de monstruo surrealista con colores oscuros.

De un momento a otro la cortina que dividía la recepción y el pasillo que daba a los salones de tatuajes fue corrida y dejó ver a Dani.

Era un chico de veintisiete años, con sus brazos repletos de tinta, un piercing cruzando por su ceja derecha y su cabello largo hasta los hombros pintado de azul fuerte. Su mirada se desvió a Casper, así que pasé un brazo por su cintura y la atraje a mí, indicándole a Dani que era mía, lo cual entendió rápidamente, pues fijó su vista en mí, sonriendo.

Thunder RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora