Una vez que llegamos al club, Casper saltó de su moto, entrando rápidamente sin darme ni una mirada.
Pasando una mano por mi pelo, gruñí con frustración. Nunca podía hacer nada bien, Casper nunca iba a perdonarme ésta mierda, aunque intentaría que lo hiciera. Steven se dirigió a mi, caminando perezosamente.
- ¿Qué sucedió? - preguntó con su habitual tono carente de emoción.
- Nada. - dije, y sin darle tiempo a nada más, me dirigí al club en busca de Casper.
Recorriendo el lugar, me encontré con la mirada de Susan. Su pelo teñido de rubio era un desastre, su ropa seguía manchada de sangre y su cara... Mierda Santa. Casper se había esmerado, arruinando a la perra de por vida. Me reí entre dientes, tenía cortes irregulares por todo su rostro. Esto iba a ser jodido para ella, su vanidad era demasiado grande.
Se acercó rápidamente a mi y se arrojó a mis brazos. De un tirón la separé de mi.
- Perra sucia, no me toques. - lanzándole una mirada desdeñosa, me dirigí hacia la habitación de Casper.
Era consciente de la que perra iba a cortarme las bolas pero, tenía que intentarlo. No podía concebir la idea de que me odiara. Ella era mía, lo había sido desde que éramos unos putos críos, no iba a cambiar ahora. Si ella no lo aceptaba por las buenas, lo aceptaría por las malas. Por su bien, esperaba no tener que llegar a tales extremos. Habían otras cosas en las que pensar, por ejemplo, la guerra con Roy, ni de lejos el cabrón iba a dejar estar lo que pasó hoy. Vendría por mí y por Casper, lo sabía. Necesitaba encontrar una solución, y tenía que ser pronto.
Entré dando una patada, pues estaba cerrada, lo cual ya sabía de sobra que iba a pasar.
-¡Largo de aquí!-su navaja quedó clavada en el umbral de la puerta, justo a un lado de mi cara. La perra casi me desfiguraba-¡Largo o le digo a Pres lo que hiciste! Prácticamente me traicionaste.
Puta mierda. Era verdad. Aunque me costara admitirlo, Casper era una hermana del club y traicionar a un hermano era malo entre nosotros. Si ella iba con Pres, él le encargaría a mi padre torturarme, lo cual no le tomaría ni dos veces pensarlo. Él adoraría hacerme daño después de tantos años.
-Zoe...No pensé con claridad en ese momento, era eso o la guerra y ahora ya estamos en una. Sabes que el club para mí está ante todo.
¿Por qué no podía decirle que me equivoqué y que la salvé porque sentía que era mía? En cambió solté pura mierda, no fui capaz de decirle y rebajarme. Estaba jodido.
-¿Y tú crees que a mi no me importa el club?-se levantó de su cama y se acercó a mí, jalando la navaja clavada en el umbral-El club es mi hogar. Es NUESTRO hogar, que tu vida aquí se haya convertido en mierda por tu padre no es mi culpa. No vuelvas a dejar que me follen y si piensas que debo darte las gracias por "salvarme", estas en un grave error. No quiero que te me acerques nunca más o te clavo esto en el cuello hasta que dessangres.
La punta de su arma blanca estaba apuntando a mi yugular, pero no presionó más, sólo me empujó y cerró la puerta de nuevo.
Estaba completamente jodido.
La perra iba a escucharme, quisiera o no. Empujé la puerta nuevamente, quedé estático cuando vi a Zoe llorando, sentada en el piso. Pocas veces la había visto llorar, y eso fue cuando era una niña, entonces caí en la cuenta de como la había cagado. La había cagado terriblemente.
Casper levantó la mirada, su expresión dolida. Era un cabrón de mierda. Merecía un premio al mejor idiota.
- ¿Estás feliz? - susurró -. ¿Ésto era lo que querías? Felicidades, imbécil.
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Thunder Road
FanfictionPara Duff McKagan los Sons of Anarchy son lo más importante. La lealtad y hermandad son lo principal. Para él las mujeres caen en segundo plano. Una mujer sirve para follar y limpiar, pues es lo que suele decir. Por otro lado está Zoe Miller, la úni...