16 años antes...
Estaba volviendo a casa, luego de pasar todo el día con Casper.
Sonreí.
Pensar en ella, siempre me hacía sonreír. Zoe, era tan hermosa, con su largo cabello rubio casi blanco, su pálida piel y sus grandes ojos azules, la niña más hermosa que había visto nunca en mis pocos años de vida.
Casper. Era mi mejor amiga, nos habíamos criado juntos porque nuestros padres eran socios y amigos. Nos frecuentábamos diariamente, descubrí en ella un gran apoyo, una gran amistad. Casper era ruda en el exterior, pero tan malditamente dulce en su interior, tan bondadosa. Y yo... Yo quería ser digno de ella, quería besarla mucho. Sus labios, regordetes y rojos, me incitaban a besarla, quería que ella fuese mi primer beso, mi primera novia. Estaba decidido a pedirsélo mañana.
No podría soportar un segundo más en su presencia sin besarla. Veía cómo la miraban los niños de la escuela, y me volvía loco porque ella era mía. Tenía que ser mía. Yo sabía que ella sentía lo mismo, siempre viéndome con adoración, mirando mis labios cada vez que hablaba, ella quería ser mi novia, y yo se lo iba a conceder. Ningún otro cabrón iba a poner sus manos sobre ella. Casper sería mía para siempre.
Abrí la puerta de entrada de mi casa, y me extrañó encontrar absoluto silencio. La casa estaba a oscuras.
Traté de prender el interruptor, pero no funcionaba, por lo que suspiré y mis ojos poco a poco fueron acostumbrándose a la oscuridad, así que fui caminando a paso lento por la sala principal de la casa. Algo crujía debajo de mis botas, algo parecido a vidrios pequeños. No entendía qué había pasado, miré alrededor estrechando los ojos, viendo que los muebles estaban desordenados.
Llegué a los pies de las escaleras y cuando apenas pisé el primer escalón oí el crujir de los pequeños vidrios, haciendo que volteara y viera a mi padre...Tan imponente...Con un revolver en una mano y una navaja en la otra.
Mi ceño se frunció y alcé la vista, tratando de buscar voz para preguntar qué pasaba.
-No subas, Michael-ordenó con voz gruesa-Sólo espera aquí un momento.
Un escalofrío recorrió mi espalda, mis músculos se tensaron y mi voz estaba atrapada en mi garganta. No sabía qué pasaba, no entendía por qué mi padre tenía sus armas favoritas en amabas manos.
-Yo...-apenas salió eso con un hilo de voz.
-Michael. No. Subas.
Mi mirada conectó con la de mi padre y no pude descifrar qué era lo que sentía, así que saqué valentía de no sé dónde para ir escaleras arriba, buscando a mi mamá para decirle que mi padre se estaba volviendo loco o algo.
- ¡Pedazo de mierda, te dije que no subas! - gritó mi padre, corriendo hacia mí.
Subí rápidamente las escaleras, y abrí la puerta de la habitación de mis padres. No estaba preparado para lo que vi.
Maldición, nada me podría haber preparado para esto. Estaba petrificado.
Mi madre.
Mi dulce y adorable madre estaba... muerta.
Desfigurada.
Tenía cortes y puñaladas en todo su cuerpo y rostro. Y un agujero ocasionado por la una bala en su frente.
Retrocedí frenéticamente hasta chocar contra la pared, dejándome caer pesadamente sobre el suelo. Mierda, yo estaba en shock. Mi madre, hace sólo unas horas estaba viva. Ella... ella había preparado mi desayuno en la mañana, ella se había despedido de mi cuando me fui a la escuela. Yo no entendía, cómo es que ahora estaba muerta.
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Thunder Road
FanfictionPara Duff McKagan los Sons of Anarchy son lo más importante. La lealtad y hermandad son lo principal. Para él las mujeres caen en segundo plano. Una mujer sirve para follar y limpiar, pues es lo que suele decir. Por otro lado está Zoe Miller, la úni...