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Jun no sabe cómo ha conseguido poder volver a ver a Minghao, jamás se encontró con él antes y ahora lo veía en cada lugar al que recurría, pero había una explicación más allá de la simple coincidencia, algo obvio que quiere evitar pensar; La única razón por la que encuentra a Minghao es porque siempre lo busca. Quedándose cerca de aquella casa donde lo vio por primera vez comenzó a pasear por los alrededores, incluso traicionó su cafetería favorita, todas las mañanas encontraba agradable leer un libro en la biblioteca y de vez en cuando sentarse en el parque para ver a los niños jugar o los pájaros cantar. No se considera un acosador, solo una persona con mucho que decirle a otra.

Cuando tiene el suficiente valor se acerca a él, intenta fingir que es una simple casualidad y le sonríe con cariño saludándolo como si se hubieran visto hace días y no le hubiera abandonado años atrás. Se sienta a su lado, sin permiso, pero no hay un reclamo por ello.

—¿Cuándo llegaste a Corea?— Le pregunta con un poco de nerviosismo.

Minghao ha cambiado, seria infame decir que no lo ha hecho o que si lo hizo le sentó mal, pero la verdad es que su lindo chico se ha hecho un hombre, un precioso hombre con un porte demasiado elegante. La mirada de Minghao ya no representa inocencia, pero de alguna manera siente que si escarba en ella podrá encontrarla muy en el fondo, como si se hubiera enterrado en vez de desvanecido. Su corazón le da un claro latido cuando termina de observarlo. No es el mismo, o eso es lo que quiere hacerle creer, porque Jun aun puede ver a su lindo chico.

—Hace un año y medio, pero apenas tres meses en Seúl.— Le responde Minghao tan natural que ni siquiera parece molesto con él, y Jun entiende que debería de estarlo. —Mingyu y yo decidimos comenzar a vivir juntos, como pareja.

Jun no tiene idea de si aquello es un intento por hacerle saber que esta saliendo con el tal Kim o si solo es un comentario al azar. No será tan egoísta como para celarlo cuando él fue quien lo dejo, no se atrevería a hacerlo despues del daño causado, de hecho, se alegra que Minghao tenga una pareja, porque aun son amigos desde la infancia. Jun toma aire.

—Te ves bien.— Le alaga con cariño. —Sigues siendo lindo.— E infantilmente intenta pellizcar una de sus mejillas, pero Minghao lo aparta.

Por un momento Jun se siente igual que hace años y toma aquello como una señal de que debería intentarlo mejor, que no ha sido rechazado y es un simple juego, por eso sonríe más amplio e intenta de nuevo.

Minghao suspira.

—Sigues siendo un niño.

En un destello consigue ver la sonrisa de su chico, Minghao jamás podría cambiar tanto. 

Life Love [JunHao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora