Nunca conmigo

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Keenan

Joder. Joder. Joder. Menuda mierda. Entro en la tienda para coger mi petate y mi fusil en cuanto cuelgo el teléfono. Cuando llamé a Helena creí que tendría más tiempo para hablar con ella. Nos dijeron que el helicóptero llegaría a última hora de la tarde. Sin embargo ya está aquí y Lenox no hace más que apresurarme para que no me quede atrás. Como si eso fuese a ocurrir. Nunca se irían sin mí. 

Ahora lamento no haberla llamado anoche, a pesar de lo tarde que era cuando regresé de la reunión en la tienda de Lenox. De saber que me diría algo como esto, lo habría hecho aún a riesgo de despertarla. Una noticia así no es para tratarla a la ligera y en un par de frases. Joder.

Corro hasta situarme a la altura de mis compañeros y recorremos juntos los últimos metros hasta nuestro transporte. Veo las ganas en su rostro, las mismas que tendría yo si ahora mismo mi cabeza no estuviese ocupada con otra cosa. Aún así, no puedo evitar emocionarme por marcharnos ya, necesito acción. Y aunque hay tiempo de sobra para ir por tierra, el Mayor creyó oportuno enviarnos por aire para darnos más tiempo de adaptación al equipo americano antes de que se inicie el operativo. Yo no voy a quejarme porque un par de horas en helicóptero es mejor que medio día en coche tragando polvo y arena.

Mientras volamos directamente a la base americana cerca de Alepo mi cabeza empieza a darle vueltas a lo que Helena me ha dicho. Está embarazada. Joder, voy a ser padre y todavía no sé cómo reaccionar ante eso. Si nunca quise mantener una relación con nadie por miedo a hacerla sufrir, mucho menos deseo traer niños al mundo para que crezcan con un padre ausente y siempre en peligro. Pero ahora viene uno en camino lo quiera o no y no sé cómo sentirme al respecto. 

Tampoco quiero imaginar lo que me dirá Lía cuando se entere. Qué digo, ya lo sabrá, por eso está en Galicia. Le aseguré que no habría problemas entre Helena y yo pero esto se ve como uno muy gordo. Ni siquiera pudimos hablarlo con calma porque la misión ya estaba en marcha y tuve que colgar. Mi trabajo siempre fue mi prioridad y no estoy seguro de que vaya a cambiar en breve. Dios, no quiero que cambie. ¿En qué clase de padre me convierte eso? 

-Keenan - Nolan me golpea con el codo para que lo mire - Qué estás pensando que te trae tan absorto. 

Está sentado a mi lado, justo frente a Randy. Lenox, que está frente a mí, me observa con detenimiento, como si supiese que les estoy ocultando algo. A veces creo que puede leernos la mente y eso es, cuando menos, incómodo.

-Nada - miento. No me siento preparado para contárselo todavía. A ninguno de ellos. Antes debo resolver mis propias dudas al respecto -. Solo estoy ansioso por ver algo de acción.

-Puede que no veamos ninguna - nos advierte Lenox a todos.

-Cualquier cosa será mejor que ocultarse en las sombras y simplemente observar - Randy está de acuerdo conmigo y muestra su puño para que lo golpee con el mío. Ni lo dudo. Sea lo que sea lo que tengamos que hacer, será bienvenido.

-Estoy con ellos, Lenox - Nolan golpea nuestros puños también y Lenox se limita a menear la cabeza en una muda negación. Sin embargo, la sonrisa lo delata. También él está deseando participar más activamente en la guerra.