Nunca conmigo

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Lía

Poco a poco Helena recobra el conocimiento y yo me encargo de ser la primera persona a la que vea al abrir los ojos. Me siento tan impotente en este momento. Veo cómo mi amiga, mi hermana, sufre y no puedo hacer nada para ayudarla. Yo no estoy mejor. Keenan es parte importante de nuestras vidas y perderlo sería terrible.

En cuanto consigue enfocarme le sonrío aliviada de que ya haya recobrado el conocimiento al fin. Por un momento me preocupé mucho al ver que no despertaba. Jessie está a mi lado, sosteniendo su mano con cuidado y por cómo la mira, no estoy muy segura de que no sepa ya que el hijo de Helena es de Keenan. 

-¿Cómo te sientes? - le pregunto -. Menudo susto nos has dado.

-¿Yo? - consigue decir antes de que las palabras se atasquen en su garganta. La entiendo perfectamente -. Si Keenan...

-No están muertos - se apresura a decir Cailean -. Solo desaparecidos. Los están buscando.

-Haber empezado por ahí - protesta mientras limpia sus lágrimas con el pañuelo que le pasa Alpin.

La ayudo a incorporarse junto con Jessie porque tuvimos que tumbarla en el sofá cuando de desmayó. Todas estas emociones no son buenas para el bebé pero lo menos que necesita ahora es que se lo recuerde. Dudo que pueda controlarlas aunque lo intente. Sé que no dejará de preocuparse hasta que los encuentren. Ninguno de nosotros lo hará.

-No dejarán de buscarlos, ¿verdad? - pregunta Jessie. 

Acaricio su brazo para darle mi apoyo silencioso. Si para nosotros es difícil soportar las ausencias de Keenan, para ella ha de ser mucho peor porque no tiene el apoyo de Douglas. Tampoco nos permite consolarla. Suele estar encerrada en casa la mayor parte del tiempo. Muchas veces quise que pasara el día conmigo y los niños pero siempre declina la oferta. Con cada rechazo, mis ganas de decirle cuatro verdades a Douglas crecen pero no lo haré. No tengo tanta confianza con él y no quiero empeorar las cosas para Jessie y Keenan.

-Me llamó un compañero de Keenan extraoficialmente. No sabe gran cosa del asunto, solo que los están buscando. Llevé el caso de divorcio de su madre y tenía mi número. Creyó que debíamos saberlo.

-¿No deberían llamar a las familias para advertirles? - pregunta Helena ahora.

-No mientras no los den por desaparecidos en combate - le explica Cailean -. Y no me preguntes cuándo será eso porque no lo sé. 

-Ese compañero de Keenan - le pregunto yo -, ¿nos seguirá informando cuando sepa algo más?

-Mientras pueda - asiente Cailean y la sonrisa que me da es tan triste que quiero correr a sus brazos para consolarlo. Keenan es como un hermano para él -. Su tiempo en Siria está acabando. Cuando lo envíen a casa no podrá saber qué ocurre con ellos.

-Esperemos que los encuentren antes - Alpin continúa abrazando a Fiona. También para ellos es duro. Para todos, en realidad. 

-Mamá - Erin entra justo en ese momento y corre a mis brazos -. Evander está llorando.