Hope

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Nos llevaron a un aeropuerto, tomaríamos un avión aunque no teníamos idea de a donde se dirigía, el secreto había sido guardado lo mas celosamente posible con el fin de evitar que aquellos que habían quedado fuera del proyecto lo descubrieran y nada se echara a perder.

Viajamos por horas, al bajar del vehículo nos estiramos y fuimos recibidos por dos hombres que nos llevaron a una cafetería, allí tomaríamos algo mientras esperábamos a otras dos personas que habían sido elegidas en las cercanías. No tardaron demasiado, pues aun no habíamos terminado el café cuando llegaron. Por supuesto esperaba que uno de ellos fuera Chris, sonreí al volver a verlo, el otro hombre que lo acompañaba era apenas mas bajo que él, parecía bastante malhumorado por alguna razón, al menos aun así era lo suficientemente educado como para saludarnos a todos.

-Permítanme presentarlos a todos- Dijo un hombre siempre sonriendo -Alex, Shannon, ellos son Chris y Andreas, Alex supongo que ya conoces al primero, estuvo contigo en la prueba-

-¿De verdad tuviste tanta suerte como para que te seleccionen a ti y a tu hermana? Me alegro por ti Alex- Dijo Chris, le di un apretón de manos. Se sentaron junto a nosotros para esperar su café, tuvimos una charla bastante informal entre todos, Andreas parecía sentirse cada vez mas cómodo y dejó su mal humor para dar lugar a un hombre muy agradable y con un gran sentido del humor, me caía bien, y al igual que Chris, al analizar su personalidad pude adivinar que era fácil de manipular, quizás él fuera la otra pieza que necesitaba para lo que se avecinaba.

Luego de un rato nos levantamos de la mesa y los hombres nos indicaron que los siguiéramos, así hicimos hasta llegar a una avión bastante lujoso. Chris señaló que ese era un avión de lujo para las personas mas ricas del mundo.

-Así es Chris, los hombres más ricos del mundo han donado muchos recursos con el fin de lograr su cometido, esperaban así recibir un lugar en la nave, aquí tomamos una decisión difícil, la mayoría de ellos son demasiado mayores para que las posibilidades de que sobrevivan sean aceptables, de todas formas necesitamos desesperadamente de los recursos que nos brinden, es por eso que diseñamos otra nave, solo que esta contiene poca energía, ya que su destino no es viajar fuera del sistema solar, solo a su centro-

-¿Van a enviar al sol a las personas que con tanta decisión los ayudaron en todo?- Pregunté

-No era desinteresadamente, si no hubieran creído que podían ser salvados entonces no nos habrían ayudado, y el proyecto Eden no habría sido posible-

El viaje duró pocos minutos, la velocidad que permitían los reactores inventados hacía cinco años eran de verdad geniales, superando incluso las velocidades del Concorde del que tanto me hablaba mi padre. Aterrizamos en un desierto, podíamos ver varios aviones iguales a este ya apagados y vacíos, aquí se reunían los Elegidos.

-¿Donde estamos?- Preguntó Shannon.

-Nevada- Respondió uno de los hombres. Abrí los ojos como platos, Acaso ese lugar...

-Vamos, no se queden atrás, se que están ansiosos por ver con sus propios ojos a la Infame Area 51- Andreas también parecía emocionado, nos adelantamos para verlo todo lo antes posible y dejamos a Chris y Shannon atrás.

Notamos rápidamente los dispositivos que obligaban a la luz a tomar la forma del desierto para ocultar toda la base, una tecnología que se había hecho conocida hacía no mucho, pero que había estado funcionando hace años. Dentro de aquel domo de espejismos se encontraba el secreto mejor guardado del mundo, me pregunté si las famosas historias de extraterrestres también eran verdad, supongo que pronto lo descubriría.

Dentro del edificio pudimos ver montones de personas, guardias, científicos y ejecutivos. Un hombre sonrió al vernos llegar y se acercó. Llevaba con él un holograma, mas tarde descubrí que este poseía todas las características de los dos mil elegidos, desde el nombre hasta detalles mínimos como la cantidad de lunares y cicatrices, esto era para evitar que cualquier otro se infiltrara, las medidas de seguridad eran atemorizantes.

-Buenos días, permítanme por favor sus nombres y díganme el código de su retina- Hicimos lo que nos dijo, luego permitimos que el hombre nos escanee con una especie de control para corroborar que cada detalle era correcto, así fue con todos y, con una sonrisa, nos permitió pasar. Unos soldados nos indicaron que los siguiéramos, nos llevarían a el area donde se encontraban nuestros compañeros, varios pisos bajo tierra.

-Ya veo, a medida que vamos más abajo podemos encontrar secretos aun mejor guardados, probablemente haya todo tipo de armamentos y tecnologías que algún día podrán usarse en la vida cotidiana-

-Incorrecto chico- Me interrumpió uno de los soldados -No habrá algún día, y dudo que ustedes de verdad requieran lo que se encuentra aquí- Me encogí de hombros, el ascensor había llegado a su destino y salimos de él, allí vimos algo que a todos nos dejó con la boca abierta. No solo había miles de personas en un area tan inmensa, sino que aquel lugar también poseía cámaras de criogenización apiladas una al lado de la otra.

-Espera, si las cámaras están aquí entonces esta es...- Shannon no pudo continuar hablando, estaba totalmente sorprendida de lo que sus ojos observaban.

-No, esta es solo una sala donde queremos que se pongan un poco en contacto con todo lo que van a experimentar el próximo siglo- Respondió uno de los soldados y se fueron. Todos nos miramos y comenzamos a caminar hacia el lugar, emocionados y expectantes. Shannon me pidió que fuera un poco mas despacio, Chris y Andreas se nos adelantaron y ella aprovechó el momento.

-Oye Alex, dime lo que sabes de Chris- Solté una pequeña risa y la miré meneando la cabeza.

-Bueno, es un asesino, un ladrón, un acosador...- Me golpeó el hombro riéndose.

-Es en serio Idiota, me gusta-

-Parece un buen tipo, y teniendo en cuenta que fue elegido de entre diez mil millones de personas quizás también tenga algo especial, averígualo tú, pero por favor cuídate-

-Lo haré, solo quería saber que mi mayor a cargo me da permiso-

-Ya eres mayor tu también Shannon, no necesitas el permiso de nadie- Ambos sonreímos y avanzamos por una gran puerta que llevaba a otra area incluso mas grande, allí estaba lo que esperábamos encontrar, era enorme, probablemente pudiera llevar mas de dos mil personas si no fuera por la limitada cantidad de energía que quedaba en la tierra para alimentarla. Una chica se acercó a nosotros para saludarnos, ella también parecía sorprendida por el tamaño de la nave.

-Es increíble ¿Verdad? Vivimos tanto tiempo en la ignorancia, estábamos cómodos en nuestro hogar sin darnos cuenta de que este no lo estaba con nosotros en él, ahora quiere que nos vayamos- Era una chica muy bonita, con ojos color miel y un largo cabello rubio que descansaba sobre sus hombros, su sonrisa no hacía mas que perfeccionar todos sus rasgos. Shannon notó la forma en que la miraba y soltó una carcajada, luego se acercó a la chica y se presentó.

-Me llamo Shannon, él es Alex-

-Es un placer conocerlos a ambos, soy Faith- Faith, fe, quizás eso era lo que necesitábamos en este momento. Volvimos a ver la nave, a los hombres que trabajaban en ella para asegurarse de que no fallara nada durante el viaje, aproveché para comentarle lo que su nombre significaba y representaba en este momento -Quizás tengas razón, algunas personas necesitan la fe ahora mas que nunca, pero yo me siento mas identificada con el nombre de la nave-

-¿Ah si? ¿Cuál es?-

-Hope-

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