Ultima Frontera

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Al fin estabamos subiendo a Hope, estando cerca de ella la nave era incluso mas inmensa de lo que antes parecía, eso justificaba la cantidad indiscriminada de combustible que se había extraído de todo el mundo, aquella cosa era muy pesada, y solo había un intento, no podían arriesgarse a que Hope no llegara al planeta.

-Señorita Shannon Miller, es su turno- Antes de avanzar pasar por la gran compuerta del transbordador me rodeó el cuello con sus brazos y nos dimos un ultimo abrazo.

-Cuando despertemos Papá y Mamá ya no estarán vivos, eres mi única familia Alex-

-Y nunca dejaré de serlo hermanita, siempre permaneceré a tu lado para protegerte- Comenzaron a escapar lagrimas de sus ojos y recorrer sus mejillas, las secó rápidamente y sonrió.

-Nos vemos en un siglo hermanito- Dijo y soltó una pequeña carcajada.

-Hasta pronto Shannon, dulces sueños- Me di la vuelta para volver con Chris, todas las mujeres debían abordar hasta que comenzaran a llamarnos a los hombres, tendríamos unas horas para conocernos mejor los tres.

El deseo de permanecer todo el tiempo que pudiera en la tierra solo aceleró el proceso de abordaje, en cuanto quise acordar escuché mi nombre, tomé mi mochila y saludé a Chris y Andreas, los vería de nuevo en cien años. Se me hacía raro pensar en un tiempo tan distante, no eran pocos años, ni siquiera décadas, era un siglo entero en el que desapareceríamos de la existencia, a la deriva en el espacio, alejándonos de nuestro antiguo hogar. Dos sensaciones muy fuertes luchaban en mi interior, miedo y emoción, comencé a caminar hacia la compuerta.

Un escáner comparó mas de cien datos significativos sobre mí y me permitió pasar, Lex de verdad hacía bien su trabajo, me preguntaba si podría mantener una conversación con ella mínimamente similar a la que mantendría con un humano. El hombre que vigilaba la compuerta asintió cuando lo miré con un gesto interrogativo, entré a Hope.

Allí dentro la temperatura disminuía bastante, quizás fuera por el hecho de que estábamos antes en un desierto en medio de la nada, o quizás fuera porque allí permaneceríamos congelados todo el viaje. Se sentía como entrar en un edificio, pasillos, ascensores, escaleras y compuertas, también había mapas digitales en las paredes que nos indicaban como llegar a cada lugar. Junto a la entrada vi un dispensador, decía mi nombre y me indicaba que pusiera mi brazo, eso hice. Una impresora creó un reloj en mi muñeca, al parecer este era el dispositivo que usaría para todo lo que tuviera que ver con la nave, y no tardé en confirmarlo pues requería de él para abrir cada puerta. Este también poseía un mapa y los nombres de los dos mil elegidos, dentro de ellos encontraba su información básica y dos opciones más, llamar o reportar.

Me pareció extraño ver esa segunda opción, decidí ignorarla hasta que supiera que significaba, él mapa me indicaba el lugar donde se encontraba mi cámara de criogenización, y al parecer me ordenaba dirigirme allí lo antes posible. La nave era bastante organizada y no me costó para nada llegar, había sentido la necesidad urgente de buscar a Shannon pero luego lo reconsideré y supe que era mejor esperar a que llegáramos, después de todo no sería tanto tiempo para nosotros.

El reloj me pedía que entrara a la cámara, había muchas cercanas a la mía que ya habían sido ocupadas, así que supuse que no debía esperar más, mientras antes entrara antes llegaría a Eden. Junto a ella había un casillero que se abría con mi reloj, dentro de este se hallaba un traje especial que debía usar para el criosueño, luego de cambiarme y dejar mi ropa y mochila guardadas estuve listo para dormir.

Como siempre, el reloj en mi muñeca era encargado de todo, lo usé para abrir la puerta de mi cámara y entré, la puerta se cerró por si sola y una pantalla apareció frente a mí, en el vidrio.

-Hola Alex, bienvenido a bordo- Era la voz de la inteligencia artificial.

-Hola Lex- Decidí poner a prueba mi teoría anterior sobre una conversación con ella e intenté sonar lo menos formal posible -Nuestros nombres son muy similares-

-De todos los nombres que había en el mundo tus padres tuvieron la magnifica idea de copiarme, sobre todo porque eres el único Alex en la nave- Sonreí, aquello era mas interesante de lo que me esperaba.

-Dime, ¿Mi hermana ya esta durmiendo?-

-Compruébalo tu mismo- Mi reloj parpadeó y abrió automáticamente el perfil de Shannon, podía verse junto a su nombre un pequeño icono con tres zetas, ya estaba dormida-

-Da un poco de miedo que nos investigues tan a fondo-

-Cuando estemos en Eden me lo agradecerás, créeme-

-Por cierto, ¿Cuanto falta para que despeguemos?-

-Ya lo hemos hecho- La pantalla dejó ver una cámara que llevaba al exterior, la nave estaba atravesando la termosfera a una velocidad vertiginosa, pero aún así no sentía que se moviera, sabía que este viaje sería cómodo, sobre todo si Lex cuidaba de todos nosotros en los próximos cien años.

-Creo que es tiempo irme a dormir Lex-

-Esta bien Alex, ¿Deseas que te despierte en un plazo de tiempo determinado?- Luego de pensarlo unos momentos asentí.

-Despiértame en diez años, voy a estirar un poco cada década- Pude escuchar a Lex soltar una pequeña risa, su humanidad me inquietaba.

-Dulces sueños Alex, nos vemos en una década- El sonido de un gas entrando a la cámara superó a su voz, sentí frio por unos segundos y, luego de unos pocos segundos, el frio se fue y la puerta se abrió.

EdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora