Mi endemoniado amor - Cap 10

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La mañana ya había comenzado y Dante se estaba recostado sobre su asiento de cuero con las piernas extendidas cómodas sobre el escritorio y una revista sobre el rostro, nada podia romper ese ambiente calmo. Excepto un golpe en la puerta de la agencia que se abrió de golpe.
-¡Dante!-soltó aquella voz furiosa. 
El propietario del nombre apartó la revista del rostro y observó a esa persona llena de furia, sus ojos celestes penetraban en los suyos deseando perforarlo. 
-Nero-nombró apartando las piernas del escritorio-¿Qué haces por aquí?
Nero no respondió en cambio lo tomó por el cuello de la gabardina y de un tirón lo acercó encestándole un puño en el rostro. 
-¡Eres un maldito hijo de puta!-soltó Nero volviendo a darle otro puñetazo que hizo lanzarlo sobre la mesa de billar. 
-¡¿Qué demonios te sucede ahora?!-inquirió Dante sin entender. 
-¿Te haces el idiota? Bien, que así sea-dijo Nero soltando una sonrisa mientras tomaba su Red Queen  y arrancaba el motor de ella. 
Dante aún estaba sin entender lo que sucedía ¿Qué le estaba pasando a Nero? ¿Por qué actuaba de esa manera?.
-¿De qué demonios estás hablando? ¿Se te subió la pubertad a la cabeza?. 
Al oír esto Nero más aumento su cólera a tal punto que explotaría. 
-¡No me jodas hijo de puta!-soltó atacándolo con su espada. 
De un salto hacia atrás evadió el ataque pero su mesa de billar quedo partida a la mitad. 
-¡Oh malditas seas! ¿Y ahora con qué demonios me entretendré?. 
Nero volvió a atacarlo pero Dante evadió fácilmente. Siempre cuando Nero se enfada pierde el sentido y ataca sin antes analizar el siguiente movimiento de su enemigo, eso le daba mucha ventaja a Dante en ese momento. 
-Vamos mocoso ¿Acaso soy muy rápido para ti?-se burló haciendo señas con las manos de que atacara. 
-¡Te voy a matar Dante!-soltó Nero enfurecido y volvió a atacar pero Dante tomó su espada y de un movimiento rápido ya no se encontraba en las manos del dueño y la lanzó a un lado. 
-Ahora dime que carajos te sucede-dijo volviendo los ojos hacia Nero. 
El menor ya estaba lanzando el puño al rostro del cazador quien lo evadió nuevamente. 
-No te hagas el idiota maldito hijo de puta-gruñó Nero. 
Dante ya se había cansado. No tuvo más opción, lo tomó por los brazos y estampó contra el suelo con la rodilla del albino mayor en su espalda que ejercía presión  haciendo que el otro soltara un quejido. 
-¡Enfría la puta cabeza de una vez!-soltó Dante. 
Nero trató de soltarse pero fue imposible, Dante era superior en fuerza y eso lo humillaba a la vez. 
-Cálmate-dijo Dante con un tono de voz bajo. 
Hizo caso a lo dicho y soltó un suspiro desviando los ojos hacia un lado. 
-¿Te has calmado?-preguntó, solo asintió. 
-¿Enserio?. 
-Si, ya me he calmado-respondió Nero con el ceño fruncido. 
-Bien, te creeré-comentó Dante soltándolo. 
Nero lo observó de mala manera mientras se levantaba del suelo y sacudía sus ropas. 
-Ahora que te has calmado ¿Me dirás por qué razón has venido tan enfurecido?. 
-¡No te hagas el idiota, sabes lo que has hecho!-ladró Nero. 
Dante alzó una ceja rascándose la cabeza ¿Qué había echo? Aparte de golpear en la semana a un borracho del bar que lo molestaba no recordaba haber hecho algo más. 
-¿Me podrías recordar que es?-preguntó soltando una sonrisa mientras se hundía de hombros. 
-No quiero volver a enojarme-dijo entre suspiro Nero mientras llevaba dos dedos al entrecejo. 
-¡Enserio Nero! No sé de que me estás hablando. 
-Anoche ha venido Kyrie a hablar contigo. 
Un clic hizo en su cabeza, anoche Kyrie llegó y comenzó a decirle groserías y del porque se interponía entre ellos dos. 
-Si, ha venido a soltarme groserías-comentó Dante cruzándose de brazos-Nunca pensé que a una joven de la realeza tendría un escusado como boca-agregó por último alzando una ceja. 
-¡Quisiste violarla!.
Dante abrió sus ojos de par en par ¿Violar? ¿En qué momento había sucedido eso?. 
-¿Violar?-preguntó. 
-¡Si Dante!-respondió levantando el volumen de voz-Cuando vino a hablar contigo tú deseaste violarla pero ella se negó y la golpeaste ¿Cómo pudiste?. 
-¿¡Estas loco?!-inquirió-sería incapaz de violarla. 
-¡Las has golpeado! ¡Ella sería incapaz de mentirme!.
-Ah claro...todo porque ella es una niña bien de la Orden le crees y a mi por ser un semidemonio viejo pervertido que vive borracho no le crees ¿No es así?. 
Nero no respondió, eso era más que suficiente. 
-Puede que sea pervertido, puede que viva borracho pero nunca, nunca sería capaz de violar a una niña y más si es la hermana de Credo y sabes que Credo es cómo un hermano. Y te seguire diciendo que en ningún momento la golpee.
-Ah claro-dijo Nero-¿Y cómo explicas el moretón que tiene en su brazo izquierdo?-inquirió Nero. 
-¡No sé!-respondió Dante-Se habrá golpeado y te habrá dicho que yo lo hice-dijo irónico. 
-¿Sabes qué Dante? Me he cansado de ti, no quiero verte jamás y más con los que has hecho, me das asco.
Estaba apunto de irse pero Dante lo sostuvo por la muñeca. 
-Nero-llamó. 
-Suéltame Dante-ordenó volteando a observar la expresión triste de Dante. 
-¿Me crees capaz de lastimar a una persona? ¿Y más si esa persona es importante para ti?. 
No respondió lo observó sintiendo el corazón acelerado. 
-Sería incapaz de lastimar a las personas que te hacen feliz a ti, lo único que deseo es tú felicidad-dijo soltando una dulce sonrisa. 
Las mejillas de Nero se pusieron rojas. 
-Créeme Nero, te digo la verdad-dijo. 
Sus ojos retenían a los de Nero quien sentía que se derretía por él. 
-D-Debo irme-tartamudeó el menor volviendo el rostro hacia la puerta. 
Se apartó con suavidad del tacto de Dante y se fue de allí.

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