Mi endemoniado amor - Cap 19 (Final)

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Luego de la despedida de Credo, Kyrie se largo a llorar en los brazos de Nero quien la consolaba acariciando su espalda mientras le decía palabras dulces para calmarla. 
Dante de su parte se hallaba en la agencia preparándose para ir en busca de Sanctus.
-¿Irás solo?-preguntó Lady. 
Tomó su Rebellion. 
-No-respondió acercándose a la puerta-iré con Nero-agregó por último abriendo la puerta y desapareciendo detrás de ella. 
Nero se hallaba en la funeraria observando a la gente pasar y fue entonces cuando Sanctus se hizo presente. 
-Sanctus-nombró por lo bajo abriendo los ojos de par en par. 
Estaba con una expresión sombría mientras negaba con la cabeza levemente, verlo de esa manera tan descorazonada, sabiendo que por culpa de él todo esto ocurría hacia que Nero sintiera su cólera aumentar en aquel momento. 
-Maldito-maldijo Nero entre dientes. 
Sanctus desvió los ojos hacia Nero quien se tensó al obtener aquellos ojos que se volvieron rojos. Una ráfaga de fuego se lanzó contra él, a tiempo empujó a Kyrie con todo el cuerpo e hizo rodar lejos, él de su parte cayó de rodillas al suelo y por suerte el ataque no le hizo daño. La gente observaba atónita por lo que estaba sucediendo. 
-¿Qué está haciendo señor Sanctus?-preguntó Kyrie. 
-Él es un peligro para nuestra ciudad-dijo.
Kyrie observó hacia Nero con el rostro lleno de confusión, Sanctus alzó la mano derecha mientras lo apuntaba con el dedo índice. 
-Es un demonio.
Kyrie abrió los ojos de par en par, Nero presionó sus manos transformadas en puños con rabia.
-¡Cierra tu maldita boca!-se atrevió a soltar el albino ante toda la gente. 
-¿Vas a faltarle el respeto al señor Sanctus?-preguntó uno entre la multitud. 
-¡Vete de aquí demonio!-dijo otro. 
-¡Fuera!-comentó otro. 
Nero observaba a cada uno de ellos tragando fuerte y luego volvió los ojos hacia Kyrie quién estaba con las manos posadas sobre su pecho. 
-Kyrie-nombró por lo bajo Nero extendiendo una mano hacia ella. 
Kyrie dio un paso hacia atrás con aquella expresión que no deseaba ver en ella, era uno de horror. Un punzante dolor surgió en el pecho de Nero quien soltó un bajo quejido. 

¿Esto era lo que temía que me sucediera? ¿El ser maltratado e ignorado?

La puerta se abrió de un golpe y todos voltearon a observar a aquella persona que entraba. 
-¿He llegado a tiempo a la fiesta?-preguntó esbozando una sonrisa. 
-Dante-nombró Nero. 
El nombrado desfundó una pistola y apuntó hacia Sanctus, apretó el gatillo y la bala penetró sobre la espada de Sparda que sostenía Sanctus ante él cómo escudo. 
-Mmm...interesante-comentó Dante acercándose a paso lento hacia Nero-yo si fuera ustedes me iría de aquí ahora mismo-agregó por último observando a la multitud quienes sin pensarlo se echaron a correr por sus vidas.

Kyrie.

Pensó Nero al observar que ella corría y accidentalmente se había chocado con una persona, cayó al suelo de rodillas y él sin pensarlo fue a socorrerla. 
-Kyrie-nombró extendiendo una mano hacia ella-¿Estás bien
Kyrie alzó los ojos y lo observé. 
-Si, estoy bien-respondió con un suave tono de voz, 9bservó la mano y tomó de ella. 
-Vete de aquí, ponte a salvo con los demás.
-Ten cuidado por favor-pidió Kyrie apretando su mano, Nero sólo asintió y Kyrie abrió los ojos de par en par al observar que Sanctus venía detrás de Nero. 
-¡Cuidado detrás de ti!-soltó Kyrie, 
Nero volteó pero alguien se interpuso, era Dante quien detenía el ataque bloqueándolo con su Rebellion. 
-¡Ve Kyrie!-ordenó Nero y la castaña salió corriendo.
-¿Has acabado principe azul?-preguntó un burlón Dante forcejeando con Sanctus. 
-Cállate idiota-dijo Nero entre dientes. 
-¿Me ayudas?-pidió Dante con un tono irónico. 
Nero le lanzó el puño cerrado de su devil bringer y Sanctus salió volando contra una pared de la sala. 
-¿No era que Dante Sparda podía cuidarse solo?-preguntó un burlón Nero.
Dante tomó el mentón del menor y acercó sus labios a los de este para devorarselos, Nero soltó una sonrisa entre aquel beso, se apartó y observó relamiéndoselos.
-Cuando volvamos a la agencia, te enseñaré a respetar a tu mayores-ronroneó Dante-ahora debemos encargarnos de.... 
Se detuvo cuando la espada penetraba sobre su abdomen y salía disparado contra una pared.
-¡Dante!-soltó Nero, Dante tosió sangre y Sanctus rió hacia lo que veía, estaba transformado en un demonio.
-Muérete maldito demonio-dijo entre dientes soltando una sonrisa socorrona.
Penetró aún más la espada y Dante soltó un grito ahogado, Nero observó de ojos bien abiertos lo que sucedía. El corazón le latía a gran velocidad, su cuerpo temblaba y su visión poco a poco se nublaba. 
-Da-Dante-nombró por lo bajo.
-Nero...-oyó que Dante había susurrado. 
Abrió los ojos de par en par dejando caer las lágrimas que habían inundado sus ojos, su devil bringer comenzó a brillar y parpadear con ferocidad. Transformó sus manos en puños y presionó con fuerza el de su brazo demoníaco, comenzó a abrumar aquella aura azul y poco a poco se rodeaba en él, sus ojos se tiñeron de un rojo carmesí e hizo llamar la atención de Sanctus quien volteó a observar lo que estaba sucediendo. 
-I-Imposible-dijo abriendo los ojos de par en par al observar a aquella abrumadora aura azul que tenía forma de demonio. 
Nero soltó un gruñido penetrando sus ojos rojos sobre Sanctus el cual comenzaba a sentir sensaciones en su cuerpo. 

¿Temo de él? ¿Cómo puede ser que abrume tanto poder en él?. Ese es...¿El poder de Sparda?

Pensó Sactus atónito. 
-Acabaré contigo-dijo Nero con aquella voz distorsionada, Dante levantó apenas el rostro y soltó una risa. 
-Estás jodido-avisó observándo al viejo.
Sanctus lo observó con el ceño fruncido y penetró aún más la espada haciendo que el mayor soltara un jadeo de dolor. 
-¡Cállate demonio!-soltó Sanctus. 
Volvió los ojos hacia Nero, no había notado lo veloz que era. Aquel brazo demoníaco se extendió hasta él, lo tomó y atrajo al peliblanco menor, este gruñía como si fuera una bestia.

Cuanto....poder.

Pensó Sanctus aterrado. 
Lo presionó con fuerza y luego soltó, se acercó más a él y comenzó a darle puñetazos por todo el rostro y torso con tal fuerza que de seguro poco a poco rompía cada hueso de su cuerpo. Extendió hacia atrás su brazo demoníaco con el puño cerrando con fuerza y tras un grito feroz se lo encestó en el rostro con tal fuerza que el vejestorio salió volando por los aires y cayó golpeando la espalda sobre la estatua del Caballero Oscuro Sparda que se había agrietado por el impacto.
-Kij...-se quejó volviendo a su forma humana, deseaba moverse pero era imposible, su cuerpo no respondía, ya no lo sentía. 
-Ma-Maldición-maldijo. 
La estatua superior se agrietó aún más a tal punto de que cayera sobre Sanctus y diera así fin a su vida, fin a su legado. Nero volvió a su forma normal y observó al cazador colgado. 
-¡Dante!-soltó corriendo hacia dónde se encontraba su amado. 
-Ne-Nero-nombró adolorido Dante. 
-Espera, la quitaré-dijo Nero. 
Tomó el mango de la espada y la quitó de un sólo movimiento, Dante soltó un jadeo dejando la espalda pegada sobre la pared, mientras se sostenía sobre los hombros de Nero. 
-E-Estas sangrando-tembló Nero, observó la herida de Dante, posó sus manos sobre ella para detener el sangrado. 
-Nero, hay algo que deseo decirte antes de...irme. 
Nero negó con la cabeza. 
-No te irás de aquí idiota-dijo con el ceño fruncido. 
Dante rozó las manos por su rostro. 
-Quiero que sepas que te amo y amaré por el resto de mi vida. Eres la razón por la cuál he luchado, el estar a tú lado hizo iluminar cada rincón oscuro de mi ser, no sabes cuanto has echo en mi-dijo Dante, Nero soltaba lágrimas frunciendo los labios. 
-Te amo Dante-susurró Nero posando el rostro sobre su pecho. 
-Ahg...-jadeo Dante. 
Nero apartó el rostro y lo observó atónito, Dante cerró los ojos con fuerza. 
-¡Dante!-soltó desesperado Nero. 
Y Dante se dejó caer sobre Nero. 
-¡Dante! ¡Dante!-llamaba Nero con desesperación al albino-No, por favor no te vayas de mi lado-pidió cerrando los ojos con fuerza. 
Oyó unas risitas proveniente de aquella persona que supuestamente se hallaba muerta. 
-Era broma-dijo con un tono burlón. 
Nero frunció el ceño con el rostro sonrojado. 
-¡Eres un maldito idiota!-soltó Nero tratando de apartarse pero Dante se aferró más a él, forcejeó hasta el punto de caer al suelo con Dante sobre él. 
-Era sólo una broma, no te enojes-dijo Dante. 
-¡No bromees con eso!-ladró Nero-pensé que...pensé que...
No podía hablar, un nudo en la garganta se lo impedía, frunció el ceño dejando caer las lágrimas. 
-Ya no te tendría a mi lado.
Dante lo observó abrazándolo por la cintura. 
-Eso nunca sucederá, me quedaré a tu lado hasta el último día de mi vida-susurró. 
Nero fue el que lo besó esta vez rodeando los brazos en el cuello de Dante quien lo apegaba más a su cuerpo. 
-Te amo-dijo Dante entre beso. 
Nero solo se aferró más a él disfrutando aquellos labios. 

"Había pasado un año luego de lo sucedido. Un año desde que Credo se había ido de aquí, más que un amigo un hermano. Lamento tanto tu muerte pero al fin te hemos vengado y todo volvió a la normalidad como a ti tanto te ha gustado que estuviera la ciudad. Mi vida ha seguido pero con más calma, volví a la agencia "Devil May Cry" de aquel hombre llamado Dante Sparda, albino de ojos azulados que ahora es mi "novio", así es, hemos comenzado una relación seria. Se preguntaran que ha pasado con Kyrie y conmigo, pues... se lo he dicho, por un tiempo no habló conmigo pero luego con el  paso de los meses volvió a hablar. Realmente no quiero perder mi gran lazo junto a ella, ha hecho tanto por mi, debo agradecercelo de corazón. 
Y ahora estoy junto a mi sexy novio el cuál me mima, da cariños, cocina, tenemos sexo tres veces a la semana y....
-¡Dante!-soltó Nero tomando la pluma de la mano de Dante. 
-Yo no he hecho nada-se defendió Dante, Nero frunció el ceño y leyó lo escrito. 
-¿Limpiar, cocinar?-preguntó Nero alzando una ceja-¿Sexo tres veces a la semana?
-¿Por qué eres tan maldito conmigo?-bufó Dante abrazándolo-yo soy puro amor contigo y tú tan.... 
-¿Tan qué Dante Sparda?-inquirió Nero, Dante lo alzó en sus brazos. 
-Tan pendejo-susurró sobre sus labios. 
-Aguántame-dijo Nero riendo mientras abrazaba con sus piernas la cintura de Dante. 
-Y tan mío-ronroneó Dante-solo mío-agregó por último llevándolo a la cama mientras mordía su hombro.
-¡Para! ¡Para!
Decía Nero riendo. 
"Y esta es mi vida, de ahora en adelante ¿Terminar junto a Dante? ¿Quién lo diría?"

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