Melliza de Uzumaki Naruto.

Misión: Rescatar a Sasuke

Antes que nada quiero disculparme por volver a tardar una eternidad en subir capítulo, pero no he tenido mucho tiempo para escribir, al estar bastante ocupada, por lo que no he podido subir el capítulo antes al no haberlo terminado.

También, como disculpa, y aprovechando que he tenido algo de tiempo esta tarde para terminar este capítulo, lo he hecho un poco más largo que de costumbre, aunque no mucho más, sólo dos o tres páginas de World más que de lo habitual, al igual que voy a empezar el siguiente capítulo, intentando poder subirlo esta semana si no tengo mucho trabajo.

Como siempre, espero que estéis disfrutando la historia y sigáis leyéndola y comentando.

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En el capítulo anterior.

Kiba: Ahora empiezas a comportarte como el Chūnin de élite que eres. –comentó sonriendo–.

Sakura: ¡Esperad! –pedía al llegar justo cuando los chicos iban a partir, por lo que borraste tu sonrisa–.

Shikamaru: He escuchado la historia, lo siento, pero no puedo llevarte conmigo. –atajó, ya que sabía que sería más un estorbo que una ayuda–. Ni siquiera tú convenciste a Sasuke, ¿no? Parece que tendremos que obligarle a entender. Sakura, tu trabajo ha terminado. –comentó, sorprendiendo al rubio kitsune por la noticia a la vez que deprimía algo a la peli rosa, quien tenía lágrimas en los ojos–.

Naruto: Que... ¿Sakura-chan, ya te habías encontrado con Sasuke? –preguntó sorprendido a la vez que esta terminaba por llorar del todo–.

Sakura: ¡¡Naruto!! ¡¡Te lo ruego!! Por favor... Por favor... Trae a Sasuke de vuelta. –le suplicaba sin mirarle y sin dejar de llorar, sorprendiéndole bastante mientras tú apretabas los puños sin que nadie se diera cuenta, ya que te molestaba que le pidiera algo así sabiendo que tu rubio hermano iba tras ella–. Yo no pude... ¡Yo no pude detenerle! La única persona que puede salvarle eres tú, Naruto. Sólo tú... –comentaba, y eso era algo de lo que estabas segura, sabías que tarde o temprano, aunque más bien en un futuro algo lejano, el rubio kitsune conseguiría hacer que el emo volviera a la aldea–.

Naruto: ... Sakura-chan, de verdad que te gusta Sasuke, ¿eh? –preguntaba sonriendo, sonrisa que sabías que era falsa, ya que le dolía que la persona de la que estaba enamorado se fijase en otro, y que ese fuese su mejor amigo y rival le dolía más–. Sé cuánto sufres por él, puedo entenderlo. No te preocupes, le traeré de vuelta. Promesa de vida. –le aseguraba con una gran sonrisa y mostrándole el pulgar cuando la peli rosa le agradece y se abraza a sí misma, temblando levemente–.

_____: *Naruto-niichan... Sé cuánto te duele esa promesa, o más bien, la razón por lo que la acabas de hacer, ya que también quieres que Sasuke vuelva...* –pensabas con una triste sonrisa a la vez que el cejotas menor sonreía por las palabras de tu rubio hermano, confiando en él–.

Kiba: ¡Hey, hey, Naruto! ¿Seguro que podrás mantener esa promesa? –le preguntaba burlón–.

Naruto: Hehe. Nunca vuelvo sobre mis palabras, ese es mi camino ninja. Bien, ¡vamos! –exclamaba para partir ya–. Nos vemos, _____-neechan. –se despedía de ti con un beso en la mejilla, yéndose los seis, contando al cachorro, una vez el moreno perezoso los ponía en marcha–.

Lee: ... Naruto-kun dijo con esa pose que mantendría su promesa. ¡Todo irá bien! –le aseguraba a la peli rosa al verla mirar por dónde se fueron los chicos sin dejar de llorar mientras él le sonreía y le mostraba el pulgar totalmente seguro–.

_____: Lee, vamos, tenemos que ver a ōbachan. –le recordaste empezando a caminar, parando poco después, girando la cabeza para mirar a la peli rosa–. Sakura, si por alguna razón los chicos fallasen la misión... Espero no les culpes. Espero no culpes a Naruto-niichan, porque no será su culpa, ni la de los chicos. –le comentaba con una triste sonrisa, caminando de nuevo, seguido por el cejotas menor tras echar una última mirada a la peli rosa–.