Capitulo Quince

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Conocí a la madre de Eric en el supermercado. Me parece extraño que me haya cobrado los comestibles sin tener ni idea de que los llevaría a su casa.
Diario de Grace

Martes 16 de octubre
A la mañana siguiente me preparé como para ir a la escuela. Mi madre nos hizo cereal para el desayuno y, como de costumbre, Joel le añadió tanta mermelada de frambuesa a su plato que el cereal se puso rojo.

—¿Un poco de cereal para tu mermelada?-pregunté.

Él comió un bocado, mientras leía el dorso de la caja.

—Así me gusta.

—Iré al trabajo temprano - dijo mi madre -. Estamos haciendo inventario. ¿Quieres que te acerque a la escuela Eric?

Desde que empezó la escuela mi madre no había preguntado ni una sola vez si quería que me llevara. Es como si supiera que me traía algo entre manos.

—Eh, no. Gracias. Quedé de encontrarme con alguien en el autobús - me miró positivamente sorprendida.

—¿Tienes un nuevo amigo?

A mi madre siempre le preocupaba que no tuviera amigos.

—Sí.

—¿Cómo se llama?

—¿Quién?

—Tu amigo.

—Eh. Gra...ck.

Levanto las cejas.

—¿Grack?

Asentí con la cabeza.

—Qué nombre tan raro. ¿De dónde es?

—Eh, de aquí.

—Mmm. Suena húngaro. ¿De qué nacionalidad es?

—Estadounidense -dije-. Creo.

—Bueno -miro el reloj- Será mejor que te vayas. Tal ves Grack quiere venir a visitarte un día de estos.

—Sí, claro. Le preguntaré.

Se acercó a mí y me dio un beso.

—Pasa un buen día - dijo saliendo de la habitación.

—¿Quién es Grack? -preguntó Joel.

—¿Quién crees?

Puso otra cucharada de mermelada en su cereal.

—No tengo idea.

—Eso es asqueroso -dije.

No sé cuántas mentiras había contado en mi vida, pero estaba seguro de que había roto mi récord en los pocos días desde que llegó Grace. Ahora iba a saltarme las clases. No sabía qué tipo de poder ejercía Grace en mí, pero deseaba que me diera pidiera hacer nada peor.

Cogí mi mochila y empecé a caminar hacia la parada del autobús. Mi madre me pasó a medio camino y agitó la mano para despedirse. Tan pronto como giro la esquina miré al otro lado de la calle para ver si alguien más me veía. (como si de pronto mis vecinos no tuvieran nada mejor que hacer que asegurarse que yo fuera a la escuela). No vi a nadie, así que me dí media vuelta.  Caminé agachado por el patio del vecino,  después pasé a gatas por el agujero en la valla que se separaba nuestros patios. (Joel y yo no hicimos el agujero, pero si lo mejoramos un poco). Crucé  nuestro patio y toque a la puerta de la casa Club.

—Soy yo.

Entré a gatas. Grace me miró entrar.

—No estaba segura de que fueras a venir.

GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora