Capitulo Diecisiete

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No sé por qué celebramos mi cumpleaños. Habría sido mejor no haber nacido.
Diario de Grace


Miércoles 17 de octubre
A pesar de mis temores, nadie me detuvo al día siguiente. De hecho, parecía que nadie me había extrañado. Sólo mi maestra de español, la señorita Johnson, preguntó dónde había estado. Dije que estuve enfermo, lo que no era una mentira del todo, ya que me dolió el estómago después del almuerzo. (Aunque probablemente se trataba de una indigestión producida por la preocupación). La señorita Johnson hizo una marca en su libro de asistencia mientras yo iba a mi asiento y ni siquiera me pidió una nota de mis padres. Supongo que parecía tan recto que nadie pensó que fuera capaz de romper las reglas.
Mi madre fue al banco durante su hora del almuerzo y dejó el dinero de mi sueldo sobre mi cama. Alcanzó a llegar justo antes de que empezará la tormenta de nieve que dejó totalmente blanca la ciudad durante cerca de una hora. Para cuando llegué a la casa de la escuela ya sólo nevaba levemente. Saqué el resto de mi dinero del frasco que tenía debajo de la cama y pedaleé cerca de dos kilómetros y medio hasta la ferretería más cercana para comprar un regalo de Grace.
Unos días antes había decidido qué regalarle a Grace para su cumpleaños. Era lo más caro que había comprado hasta ese momento. No había pensado en cómo transportarlo a casa en bicicleta. La caja era demasiado grande como para meterla en la mochila y demasiado voluminosa para llevar bajo el brazo. Tuve que equilibrarla entre el manubrio y mis piernas.
Fue un milagro que llegara completa en casa.
Al llegar guardé la caja en el garaje. Luego fui a Heller's, una pequeña panadería localizada a sólo tres cuadras de nuestra casa, donde compré un pequeño pastel de capas de chocolate estaba cubierto de dulce de chocolate oscuro y la mujer de la panadería escribió Feliz Cumpleaños con glaseado rojo. Preguntó si quería que escribiera un nombre, pero dije que no. Lo llevé a casa y lo metí en una maleta en el garaje, luego fui por Joel. No sólo Había decidido asistir a la fiesta, sino que había hecho una tarjeta de cumpleaños para Grace y había puesto una de sus tarjetas de béisbol referidas adentro. Estuve a punto de mencionar que a las  chicas no les gustan las tarjetas de béisbol, pero por primera vez hice lo correcto y mantuve la boca cerrada. Estábamos a punto de ir a la casa Club cuando mi mamá me paró en seco.

-Eric, estamos a punto de comer ¿Podrías poner la mesa?

-Claro, solo dame un minuto.

-No, ahora. - voltee a ver a Joel.

-Ve a decirle a Grace que primero tenemos que comer - susurré.

-De acuerdo. - se echó a correr.

Saqué los platos y los estaba poniendo en la mesa cuando mi madre dijo:

-El señor Berg me preguntó si tienes novia - Berg era un subgerente en Warshaw y la última persona en el planeta que esperaría que mostrará interés en mi vida amorosa.

-¿Por qué lo preguntó?

-Dijo que te vio afuera de la tienda con una jovencita.

Se me congeló el corazón. Empecé a poner los cubiertos.

-Debió ser alguien que se parece a mí - dije.

-Dijo que era bonita.

-Entonces definitivamente no era yo.

-No seas tan duro contigo mismo. Eres un muchacho muy guapo, al igual que tu padre. Confía en mí algún día tendrás que quitarte a las chicas de encima- dijo mi madre.

Yo solo quería ponerle fin a esa conversación.

-Claro mamá, ¿qué vamos a cenar?

-Pastel de carne - sonrió por mi evidente cambio de conversación.

GraceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora