Capítulo 31

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Capítulo 31

Lexa no había podido dormir en toda la noche, en lo único que pudo pensar era en que necesitaba estar al lado de Clarke, por más que la rubia no quisiera, ella quería estar a su lado, no ella iba a estar a su lado.

Se levantó de la cama cerca de las seis de la mañana, sus ojos habían sido testigo de cómo el cielo se comenzaba a cubrir de nubes, de cómo los relámpagos se apoderaban de cada mínima parte de el y de cómo la lluvia comenzaba a caer torrencialmente. La castaña suspiro, el día iba a ser demasiado largo, lo sabía, era consciente de ello, pero también sabía que debía poner todo de sí, que ese día no se trataba de ella en lo más mínimo, sino en Clarke, todo se iba a tratar de Clarke, de cómo confortarla, de cómo hacerla sentir al menos un poquito mejor.

La castaña se metido en la ducha, un poco de agua caliente la haría relajarse un poco, Lexa no quería pensar, porque si lo hacía iba a comenzar a carcomerse la cabeza nuevamente, como cada día desde aquella fatídica noche en la que siguió a Clarke. Cada detalle de esa noche se repetía en su cabeza una y otra, y otra, y otra vez haciéndola sentir de la peor manera posible, haciéndola sentir como si fuese un montón de basura y ¿Para qué iba a mentir? Eso era exactamente lo que era y estaba arrepentida de lo que había hecho, lo había estado desde que salió por aquella puerta, pero el orgullo, el dolor y el enojo no la dejaron actuar, aunque en realidad si, la habían hecho actuar y de la peor manera.

Luego de pasar varios minutos debajo del agua, Lexa salió y se vistió con ropa cómoda pero formal, ni siquiera sabía exactamente que ponerse, por ese momento agradeció que le gustase mucho la ropa neutra, sin muchos estampados y cosas llamativas. Bajo lentamente las escaleras y se encontró con sus padres en la cocina.

- Hija, no sabía que estabas aquí. – le dijo su madre. - ¿Cómo estás cariño? – le preguntó después de dejar un suave beso en su frente. –

- Estoy. – le dijo haciendo un leve encogimiento de hombros. –

- ¿Ese es un estado? – le pregunto su padre quien también la había besado en la frente. –

- Es solo... - la castaña suspiro. – hoy tengo que estar para alguien, pero no tengo idea de cómo hacerlo. –

- ¿Para quién? ¿Qué sucedió?

- Es alguien que no conocen, una... - la castaña carraspeo. – una amiga, perdió a su hermano ayer...

- Oh cariño... - su madre se acercó a ella y la abrazo. –

- Tenía la edad de Raven. – dijo la castaña con un nudo en la garganta. - Y les juro que no sé cómo hacer para acompañarla, como hacer para hacerla sentir un poco mejor si yo misma estoy mal. –

- Pequeña, a veces, en esos momentos una persona solo necesita la compañía, el estar ahí sin más. – Lexa simplemente asintió. –

- Debo irme... quizás, quizás esta noche no vuelva.

- Está bien cariño, házmelo saber si puedes.

- Claro. – Lexa sonrió levemente y saludo a sus padres antes de salir de la casa. –

Lexa se subió a su auto, miro una vez más la dirección que Harper le había enviado la noche anterior y se dirigió allí con solo una idea en la cabeza y esa era estar para Clarke.

******

- No puedo hacerlo. – sollozo la rubia. – No puedo Har, no puedo. –

- Vamos cariño. – Harper la abrazo. – lárgalo, larga todo. –

- ¡Mi hermano! –

- Lo sé. Lo sé... - le decía la rubia mientras le acariciaba la espalda intentando ella misma contener el llanto. –

Nothing Is ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora