Capítulo 8

2.4K 236 104
                                    

Era domingo el sol estaba en lo más alto del cielo, Clarke estaba disfrutando de aquellos cálidos rayos en el campus de la universidad. Ese día se había propuesto a ignorar todo lo que tuviera que ver con la tecnología, le había enviado un mensaje a su madre temprano diciendole que estaba bien y que iba a tratar de dormir durante todo el día, era una forma de que Abby no le hablará y no se preocupara por si la rubia no contestaba el teléfono. Así que lo apago, no sin antes leer todos los mensajes que John le había enviado y todas las llamadas pérdidas, no le apetecía hablar con él, no después de lo que había pasado la noche anterior.

La rubia se había sentado en el pasto descansando su espalda en el tronco del árbol mientras leía uno de los libros de la clase de Derecho e Historia. Había terminado el trabajo práctico a altas horas de la madrugada pero estaba feliz con los resultados, a Clarke le gustaba ganarse sus notas, fue por eso mismo que no dejo que Lexa hiciera todo el trabajo por ella y bueno  para que iba a negar que había comenzado a tener un poco más de simpatía con aquella extraña chica. Si bien el hecho de que Lexa fuese judía era algo que le impedía acercarse a ella como a la rubia le gustaría por lo menos estaba haciendo el intento por no ser tan antipática con ella.

La rubia cerró el libro y suspiro frustrada, otra vez Lexa se había colado en sus pensamientos sin permiso alguno, otra vez mientras ella intentaba despejar su mente aquellos ojos verdes junto esa sonrisa encantadoramente adorable aparecieron por arte de magia inundando sus pensamientos y aunque lo quisiera negar, aquella castaña estaba empezando a despertar ciertas cosas que a Clarke la dejaba un tanto descolocada.

Clarke tomo su mochila y de ella saco un pequeño termo que contenía café, hubiese preferido algún tipo de té pero se había olvidado de hacer las compras y esa mañana no le apetecía ir hasta el mercado, luego de servirse un poco en una taza la rubia guardo el termo de nuevo pero encontró algo en su mochila, algo que no tendría por qué estar allí. Era una pequeña navaja mariposa que su abuelo le había regalado tiempo atrás, era negra y en su hoja tenía el dibujo de una águila con sus alas abiertas. La rubia comenzó a manipular aquella navaja, abriéndola y cerrándola, la tiro varias veces al suelo antes de que pudiera manejarla como lo sabía hacer tiempo atrás.

La rubia se guardó la navaja en el bolsillo, años atrás la llevaba a todos lados, le gustaba tenerla cerca por si la necesitaba para algo. Nunca la había usado para defensa, o sea, si la había usado pero nunca hirió a nadie con ella, por suerte nunca tuvo que llegar a ese punto, las veces que tuvo que utilizarla fue porque su novio se había pasado de bocazas.

- Hasta que te encuentro.- Clarke miro hacia su costado y se encontró con John, ni siquiera se tomó la molestia de saludarlo, simplemente volvió a mirar hacia el frente.- ¿No piensas saludarme?

- Hola John.-

- ¡¿Qué sucede contigo?! – grito el chico llamando la atención de la gente que estaba alrededor.- ¡No respondes mis llamadas, mis mensajes, nada Clarke! – John se puso delante de Clarke haciendo que la rubia levantara su mirada enfocándola en su rostro.- ¡Exijo que me des una explicación! – Clarke se levantó de mala gana y se puso delante de su novio.-

- Escúchame una cosa, no eres mi madre, ni mi padre para comenzar a gritarme así – le dijo mientras apoyaba su dedo índice con fuerzas en el pecho de John.- te estas comportando como una princesa histérica y la verdad que tu actitud me tiene harta John.-

- ¿Y tú quién te crees que eres? – Murphy agarro a Clarke de ambos brazos con fuerzas y comenzó a sacudirla.- Te vas de mi casa en el medio de la noche sin darme alguna explicación y luego desapareces de la faz de la tierra.-

- ¡Me estas lastimando, John! – la rubia hizo una mueca de dolor que John ignoro por completo.- Suéltame.- Clarke intento soltarse pero no tuvo mucho éxito.-

Nothing Is ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora