CONVIVIENDO CON UN CRIMINAL [Michael Jackson] -PRIMERA TEMPORADA-

Cap 13

En el camino, Michael miraba concentrado la carretera, y yo, por la ventanilla. Hacía tiempo que no salía de casa... La noche era algo oscura; pero, había luna llena. Algunas estrellas se notaban en el cielo. Casi era mágico.

Llegamos al restaurante. Michael aparcó y paró. Salió del auto y me abrió la puerta. Me tendió su mano para ayudarme a bajar, ya que el coche era alto y yo no sabía andar demasiado bien en plataforma.
Cuando estuve parada en el suelo, cogí el brazo de Mike y caminamos hacia la puerta del lugar. Entramos. ¿Era un sueño? Todas las paredes eran doradas, el suelo tan blanco que me reflejaba en él, el techo tenía ángeles bailando y lámparas que parecían ser bastante caras de dinero. Nos acercamos al mostrador, donde un hombre con traje, nos atendió amablemente.

--¿En qué puedo ayudarles?--Preguntó.

--Tenía reservada una mesa.--Informó Mike.

--Dígame su apellido.--Pidió el hombre antes de mirar el ordenador que estaba a un lado de la mesa.

--Jackson.

--Jackson, Jackson... Sí. Bien. Síganme.

Le seguimos hasta una mesa para dos, con un mantel blanco cubriendo la amplia mesa. Las sillas eran de madera, cubiertas por una tela roja, como fieltro.

Michael me sacó la silla. ¿Ahora era un caballero después de tantos días? Me senté y le di las gracias. Él me regaló una sonrisa y se sentó frente a mí. Nos miramos. La gente a nuestro alrededor parecía millonaria, sus trajes, sus peinados... Hasta sus formas de moverse. ¿Qué hacía yo entre tanta lujosidad? Él y yo estábamos en silecio. Decidí romper el hielo.

--Hoy estás muy caballeroso, ¿no?--Reí un poco sin dejar de mirarle.

--Eres mi novia, mi mujer, contigo tengo que ser así TODOS los días.--Resaltó la palabra "Todos".

Reí un poco.

--Vale. ¿Esto se debe a que es nuestro cumpleaños?--Pregunté.

--Sí... Y otra cosa más...

Antes de que yo pudiera preguntar qué era esa      "cosa más", trajeron la comida. Él y yo dimos las gracias al mismo tiempo. Los camareros se fueron, dejándonos unos platos con una tapa plateada sobre la mesa. Sacamos la tapa. Para mí había ensalada, y para él... Ensalada. ¿Era lo único que había aquí? Miré a mi alrededor y TODO el mundo comía lo mismo que nosotros. ¿Qué era esto? Bueno, no me podía quejar, me encanta la verdura, pero... Tener sólo lechugas, tomates y cebollas en un resturante de lujo no es lo habitual...

Metí un cacho de lechuga a mi boca... Ya entendía... Esto estaba de miedo. Riquísimo.
Acabamos de comer bastante rápido. Él y yo nos miramos sonriendo. ¿Por qué? Pues no lo sé.

--¿Por qué me miras así?--Le pregunté. Su mirada era como... Coqueta.

--¿Qué tiene?

--No sé...

Puso un codo sobre la mesa sin dejar de observar mis ojos.

--¿Por qué eres tan bella, eh?--Cuestionó.

--¿Y tú por qué eres tan sexy?

--¿Sexy?--Levantó una ceja.--¿Yo?--Rió un poco.

--Sí. Muy sexy.--Sonreí.

--Tú eres aún más sexy. Mucho más.--Respondió mirandome retante.

Ahora me doy cuenta de lo cursi que éramos...

--Esas fueron las primeras cosas que me enamoraron de ti...--Prosiguió.

-- Y yo me enamoré de ti por tu belleza... Y sobre todo por tus labios y tus ojos... Tus miradas son siempre tan... penetrantes...