CONVIVIENDO CON UN CRIMINAL [Michael Jackson] -PRIMERA TEMPORADA-

Cap 3.

Antes de que él se corriera, me levanté y justo metí su miembro a mi boca, él se corrió. Por eso lo hice. No quería que se corriera dentro de mí ni en las sábanas.

Tuve que tragar el maldito líquido.

Me levanté y me puse rápido la ropa.

--Uff... Me encantó. ¿Te gustó?--Me miró sonriendo.

--No. Fue horrible.--Mentí.
Él lo hacía perfectamente. Era muy bueno en la cama.--Ni si quiera me has besado.

--Pero, tuvimos lo que seguía.--Dijo poniéndose en pie y vistiéndose.--Y para serte sincero, fue la mejor vez que he pasado.

--Pero, eso no demuestra que me amas.--Informé poniéndome el suéter.

--Para mí, sí.

--Pero, tiene que ser para mí.--Dije mientras me peinaba.

--¿Y cómo quieres que te lo demuestre?--Preguntó cogiendo su corbata.

--Eso deberías saberlo ya.

--Nunca lo he hecho... ya sabes, declararle mi amor a una mujer.

--Ya. Se nota. Pues a ver cómo lo haces.

*Más tarde...*

Me encontraba leyendo, en la cama, comiendo galletas. Michael no estaba en el cuarto. Estaba en el primer piso, no sé qué haciendo.

*-23:15-*
Fui al baño a quitarme el maquillaje y ponerme mi pijama con el permiso de Michael.

Cuando volví, había una caja muy grande encima de la cama, con un lazo encima de color rojo. Lo miré detalladamente. Miré hacia varios lados para buscar a Michael, que no estaba.
Abrí la caja. Me encontré un enorme peluche de un oso.

--Oww... Qué bonito.--Dije sacándolo de la caja.

--¿Te gusta?--Preguntó él atrás de mí.

--Sí, es muy bonito. Gracias.--le agradecí. volteándome para verle apoyado en la puerta.

--¿Ahora ves que te amo?

--No. Hasta que no me beses, nada. Y no te va a ser fácil.

--¿A no?--Preguntó acercándose hacia mí, levantando una ceja.

--No.

Me cogió de la cintura y me acercó a su cuerpo.

--No. Así no vale. Tiene que ser en un momento romántico.

Me separé presionando su pecho.

--Bueno... Lo intenté.--Rió.

    **Llegó la noche**
Michael entró con una bolsa rosa. Se acercó a mí y dejó la bola en la cama.

--Miriam, ¿te quedará esto?--Preguntó.

--¿Qué es eso?--Pregunté con el tono que siempre usaba contra él.

--Algo para ti. Ábrelo.

--Seguro que es una rata.--Dije volviendo mi vista al libro que estaba leyendo.

--No, no es una rata. Vamos, ábrelo ya.--Ordenó.

--Uy, vale que se enoja.

Cogí la bolsa y la abrí. Dentro había un vestido de diamantes rojo sangre y unas botas negras.

--Mm... ¿Sabías que odio los vestidos?--Le miré.

--No, no lo sabía. Vamos, póntelo solo esta noche.--Sonrió.