SINOPSIS:
Ahora que la vida de Sarah ha cambiado, es momento de que aprenda a adecuarse a lo que vive entre las penumbras de Beacon Hills.
Iniciando una nueva vida, sin mentiras ni secretos, descubrirá una parte de ella que llevaba mucho tiempo ocu...
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―Tienes que venir. Es el último día de vacaciones, y después ya no tendremos más tiempo libre ―exigió Lydia desde el otro lado de la línea.
Sarah apretó sus labios, evaluando la situación.
―No puedo, tengo planes ya. Lo siento.
―¿Planes que incluyen a Isaac y a ti, solos en casa y un par de besos calenturientos? ―interrogó la pelirroja con diversión, sabiendo que su amiga desde el otro lado de la línea se sonrojaría con facilidad. Ya la conocía a la perfección.
―¡No! ―exclamó sonrojada―. Pero sí tengo planes.
―Oh, vamos Sarah ―hostigó Lydia―. Será divertido, igual a una junta de grupo.
Y entonces, el ceño de la adolescente se frunció.
―¿Es una cita doble? ―interrogó incrédula mientras revisaba su ropa.
―Mas bien triple. Allison acaba de llegar de Francia y la llevaré también ―sin poderlo evitar, Sarah hizo una mueca de disgusto―. Sé que las cosas entre ambas no son de lo mejor, básicamente porque trataron de matarse a principios de verano, pero considéralo como una instancia para hacer las paces. La pasaremos bien.
«Sí, claro... No, no, eso no pasará».
―No creo que sea tan sencillo ―expresó Sarah con honestidad―. Además, no iré a una cita triple. Tengo novio, ¿Lo recuerdas?
Y justo en ese instante, Isaac entró en la habitación de la morena. Como acto reflejo, ella se encogió alegre y le sonrió, dejando un corto beso en sus labios para continuar su conversación por teléfono con su amiga.
Así habían sido las cosas entre Lydia y ella. Partió a principios de vacaciones cuando la pelirroja la llevó de compras. Renovó su closet, pintó su habitación, acomodó todo como si fuese una decoradora de hogares, también se hicieron un retoque en el cabello y pasaron casi todos los días juntas.
Se habían vuelto intimas amigas, algo que era completamente nuevo para ambas puesto que Sarah nunca había tenido amigas y Lydia, pese a tener amigas antes como Allison, ahora era distinto considerando que ya no necesitaban ocultarle cosas.
―Claro que recuerdo que tienes novio. Yo te enseñé a cubrir las marcas en el cuello con maquillaje, ¿lo recuerdas? En fin, ¡Qué más da! Disfruta tu noche ―exclamó vencida―. Te veo mañana en la escuela.
―Claro.
―Hablo en serio, Sarah. Recuerda, mañana con vestido y tacones, o una linda falda, pero si te veo con un suéter gigante como los que tenías antes, juro que te lo quitaré y lo quemaré junto con los otros, y no me importará que andes desnuda por la escuela ―advirtió, agravando su tono para hacerle entender que hablaba muy en serio. Sarah rió desde la otra línea―. En fin, te quiero. Usa condón. Adiós.
