SINOPSIS:
Ahora que la vida de Sarah ha cambiado, es momento de que aprenda a adecuarse a lo que vive entre las penumbras de Beacon Hills.
Iniciando una nueva vida, sin mentiras ni secretos, descubrirá una parte de ella que llevaba mucho tiempo ocu...
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Advertencia: El capítulo a continuación contiene ciertas escenas o diálogos que pueden no ser del agrado de todos.
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Sarah sintió como su corazón se detuvo abruptamente al ver a Derek esperándola en la penumbra del lugar que se había acostumbrado a llamar hogar.
Había ido todo el camino intentando retener sus lágrimas para no demostrarle debilidad.
En verdad odiaba llorar, pero después de haber visto como su novio era expulsado del loft en medio de aquella tormenta, la pequeña burbuja en la que había estado viviendo esos cuatro meses estalló frente a sus ojos, sin poder hacer algo para evitarlo.
Sin embargo, aquel valor que había reunido para encarar a su padre se había esfumado fácilmente, cual ventisca de aire arrastrando las hojas, abriéndole paso a un sólo pensamiento al verle:
«Ahora sigo yo».
Sarah se sintió incapaz de controlar aquel temblor que la sacudía al tan sólo pensar qué era lo que iba a sentir al escuchar las palabras que tanto temía desde que vivía con Derek, salir de la boca del Alfa.
No apartó su mirada del hombre, quien la observaba contrayendo con fuerza sus labios.
Entonces, descendió con cautela los escalones que los separaban.
Cuando llegó frente a Derek, sintió su boca resecarse y un nudo instalarse en su pecho.
¿Estaba preparada para que le rompieran el corazón?, ¿Estaba lista para abandonar la poca seguridad que sentía?
¿Estaba lista para ser abandonada por otra persona más?
Derek aguantó su respiración una vez más, incapaz de poder hablar. No podía hacerlo, no con ella. Pero las palabras "Tienes que hacerlo" eran lo único que merodeaban por su cabeza en ese minuto.
Armándose de valor, posó sobre su hija una glacial mirada característica de él que le hacía saber a la chica lo molesto que estaba. O más bien, pretendía estar.
