Capitulo 5

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¿Como no lo había notado antes? ¿Como no me había dado cuenta que detrás de esos hermosos ojos y de esa bella sonrisa, había algo oscuro? ¿Como no me había percatado de que a pesar de lo que ocasionaba, una de sus alas estaba rota? Lo vi hoy, ella está sufriendo, lo sé, duré años sintiéndome vacío por dentro. La diferencia es que ella lo esconde bastante bien, mientras que yo lo dejaba salir. La diferencia es que ella es fuerte y yo era débil.

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- Doctor ---dice Samantha entrando en el consultorio---

- Hola, Sam ¿Ocurre algo? ---pregunto apartando la vista del computador ---

- No, solo quería decirle que Antonio ha estado preguntando por usted.

Asiento con la cabeza y vuelvo a centrar mi atención en la pantalla del computador.

- Ya estoy por terminar aquí, enseguida iré.

- Vale, doctor ---dice antes de salir---

Termino de organizar algunos archivos y apago la computadora, y salgo del consultorio. Camino hasta llegar a la habitación en la que se encuentra Antonio.

- Buenos días ---digo entrando en la habitación---

Antonio está sentado en la camilla junto a Mairena, ambos visten ropas diferentes a la de ayer, él sonríe ampliamente en cuanto me ve.

- Raúl, por fin apareces. ¿Por que no habías venido antes? ---pregunta---

Sonrío ante la efusividad en el tono de su voz.

- Lo siento, estaba muy ocupado. Pero ya he terminado.

Ella alza su mirada hacia mi, no hay rastro de la chica que vi ayer. Me sonríe.

Por mas hermosa que se vea haciéndolo, ya no es lo mismo. No puedo pasar por alto que aquella sonrisa no es más que un mecanismo de defensa, esa sonrisa es su refugio.

Aún si, se la devuelvo.

- Mairena se ha vuelto loca ---dice Antonio---

La miro. Parece estar a punto de reír.

- Creí que eras española, ¿por que no me habías dicho que eras colombiana? ---bromeo---

Ella me mira y levanta las cejas. Le sonrío con diversión.

- ¿Por qué? ---pregunto centrándome en Antonio nuevamente---

- Le ha pedido a una enfermera que me ponga un sedante ---dice con gesto dramático---

Ahora soy yo quien la mira y levanta las cejas. Ella se encoge de hombros, en actitud inocente.

- No se queda quieto, está muy hiperactivo ---explica---

Antonio me mira con los ojos abiertos como dos enormes esferas, como si aquello que acaba de decir Mairena fuera lo más descabellado que ha escuchado en su vida. Sonrío.

- ¿Ves, tio? Te lo he dicho ---dice rapidamente---

Lo miro con seriedad.

- Creo que está enferma ---le digo---

Él la mira a ella con expectación y luego a mi.

- ¿Es grave? ---pregunta preocupado---

Aprieto los labios para no reír. El pobre niño parece realmente asustado.

- Me temo que si ---afirmo---

La miro. Ella me observa con los ojos entrecerrados, como si intentara entender a donde quiero llegar con todo ello, pero ni yo mismo sé que es lo que quiero, simplemente se me ha ocurrido y lo he dicho.

Amor Real (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora