Aunque el día amanece con un sol brillante, a mi me parece que al contrario, es bastante opaco todo.
Anoche dormí y eso fue gracias al cansancio y al sueño, sin estos dos estoy seguro que habría sido una noche larga y llena de cavilaciones.Miro mi celular, esperanzado de ver un mensaje o una llamada de Mairena, sin embargo, para mi decepción, no hay ni uno ni lo otro.
Suspiro y dejo el celular a un lado. Me pongo en pie y voy directo al cuarto de baño, me despojo de cada franelas que llevo puesta y desnudo entro en la ducha.
Aquella sensación extraña sigue latiendo en mi interior, haciéndole competencia a los latidos de mi corazón. ¿Por qué me aferro tanto a una pizca de esperanza cuando aunque intente pasarlo por alto hay algo que me dice como terminará todo esto?
El amor, supongo que es la respuesta. El amor te hace aferrar a cualquier sobresaliente, incluso si es de un clavo ardiendo.Salgo del baño minutos después, me visto y salgo de la habitación.
En la planta baja, Mary ya tiene el desayuno preparado y aunque no tengo hambre lo como para no despreciar aquel gesto.- ¿Marcelo ya se ha marchado? ---inquiero---
Ella se sirve una taza de café y se sienta a mi lado.
- No, está en la terraza. Creo que quiere hablarte, me preguntó si ya te habías despertado varios minutos antes de que bajaras.
Sé sobre que quiere hablar, en dos días empieza el doctorado en Londres y quiere obtener una respuesta directa. Días atrás tenía todo claro, sabia que mi respuesta a ese ofrecimiento seria negativa, sin embargo ahora me siento confundido.
Me pongo de pie y me despido de Mary, aunque por su mamera inquisitiva de mirarme intuyo que ha reparado en mi malestar, ella no dice nada al respecto. Salgo del la cocina y cruzo la sala de recibida, sigo por el corredor y cruzo a mano derecha para llegar a otro espacio amplio, decorado tan solo con un sofá beige y un jarrón de flores, cruzo el arco y llego a la terraza.
Marcelo está sentado al rededor de una pequeña mesa redonda leyendo el diario, no alza sus ojos hacia mi sino cuando arrastro un poco la silla para tomar asiento frente a él.- Buenos días ---saludo---
El cierra el periódico y lo deja sobre la mesa, a un lado de la taza humeante de café.
- Buenos días, hijo, pensé que aún estabas durmiendo.
- Desayuné junto a Mary en la cocina ---explico---
Él asiente y su semblante se vuelve solemne, analítico, ese cambio en sus facciones me dice que tocará el tema.
- Hablé con Ayberk, me comentó que al parecer han adelantado el doctorado, ya no empieza pasado mañana sino mañana, así que si te has decidido a realizarlo tendrás que viajar hoy mismo a Londres.
Aquello me toma totalmente desprevenido, había pensado que al menos dispondría del día de hoy para pensar en ello, sin embargo no cuento con eso. De repente me siento acorralado.
- Habla con Mairena, sea cual sea tu decisión tendrás mi apoyo. ---afirma---
Sonrío.
- Lo sé, señor, gracias.
- Pasate por el hospital y hazme saber tu decisión. ---mira su reloj y se pone de pie--- Debo marcharme, nos vemos luego.
Apoya su mano en mi hombro y me da un apretón.
- Vale, allá estaré.
Observo como se aleja hasta que desaparece de mi campo de visión. Cierro los ojos y esas esferas azules que tanto me han desvelado aparecen en medio de la oscuridad, me observan con ambivalente emociones.
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Amor Real (Terminada)
RomanceHay amores que no se conocen, se reconocen. Hay amores que no nacen, simplemente crecen. Hay amores elegidos, y otros predestinados. Hay amores reales.