Guillermo.
Una nueva llamada del mismo numero, suspiro, dejo que timbre varias veces hasta que se va al buzón de mensajes.
No me gusta la idea de ponerme en contacto nuevamente con ella, no quiero que se haga ilusiones, no quiero hacerla sufrir ni mucho menos. La pasamos bien, no lo puedo negar, estuvimos juntos y tuvimos sexo toda la tarde, buen sexo, fantástico, pero solo eso, sexo, no puedo ofrecerle nada más.
Le hablé claro desde que fui a su departamento, no soy de la clase de hombre que le promete amor eterno a una mujer para llevársela a la cama, no, yo hablo con la verdad, no prometo un mañana, pero eso no quiere decir que sea un patán, sé muy bien como tratar a una mujer, cualquiera puede dar fe de ello.
Escucho el mensaje.
- Hola, Guillermo, soy Sandra. No quiero que pienses que te hablo porque quiero que me invites a cenar o que me lleves a cine, solo te hablaba para decirte que mañana me voy a Londres y quería quedar contigo, solo para beber una copa y divertirnos como el otro día. Llamame si estás interesado en darme una despedida. Un beso, adiós.
Vuelvo a escuchar el mensaje y sonrío. Una despedida no estaría nada mal.
- Guillo.
Me levanto al escuchar la voz y salgo de la habitación, Camila viene subiendo las escaleras con premura. Lleva un pantalón ajustado blanco y una camisa camel. Se ve hermosa.
Sonríe ampliamente.
- No te esperaba hasta más tarde ---confieso---
- Bueno, quise pasarme antes, quiero pasar todo el tiempo posible contigo.
Aún me cuesta aceptar que mañana se marchará a Paris, mis dos mejores amigos marchándose en menos de una semana. Abro los brazos como invitación, ella me rodea la cintura y yo le envuelvo los hombros. Le doy un beso en la cabeza.
- Pues me encanta que estés aquí.
Ella se aparta y sonríe. Abro la puerta de mi habitación y la invito a pasar. Ella entra, se quita los tacones y se acuesta en la cama, toma el control de mando y empieza a cambiar los canales.
Sonrío. La única mujer que entra en mi casa y en mi habitación. Cierro la puerta y me acuesto a su lado.
- ¿Quieres comer algo?
Ella lo piensa durante unos segundos y asiente.
- Arequipe.
- Vale.
Me pongo en pie y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y camino hasta llegar a la cocina, abro el refrigerador y busco entre los tarros el de arequipe. Lo encuentro detrás del tarro de Nutella, lo tomo, al igual que una caja de galletas saladas y un pote de helado de vainilla, tomo dos cucharas y me vuelvo sobre el camino que recorrí.
Abro la puerta y el frío del aire acondicionado me golpea el rostro. Ella está arropada, casi no la veo bien ya que ha apagado la luz. Camino con cuidado hasta el otro lado de la cama y me siento a su lado.
- Aquí tienes.
Ella recibe el arequipe y las galletas. Destapa el tarro y se lleva una cucharada a la boca. Sonrío y destapo el pote de helado, hago lo propio.
Le quito un poco de sabana y me cubro las piernas con ella. Me acomodo y pongo la vista en la pantalla del televisor. ¿Es en serio? La miro, está concentrada, como si estuviese viendo la películas más interesante. Resoplo.
- Hace mucho tiempo que dejaste la niñez a un lado.
Ella sonríe, unta una galleta con arequipe y se la lleva a la boca.
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Amor Real (Terminada)
RomanceHay amores que no se conocen, se reconocen. Hay amores que no nacen, simplemente crecen. Hay amores elegidos, y otros predestinados. Hay amores reales.