Capítulo 41

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Mairena.

Me quedo observando el sobre amarillo con incredulidad, demasiado asombrada para poder abrirla y leer lo que pone.
Al final, después de varios minutos de estupor rasgo el sobre y saco la hoja rellena de letras.

Había estado mucho tiempo mirando la hoja en blanco sin saber como empezar esta carta, sin embargo, después de tanto pensar he decidido empezar por donde finalice la ultima vez. ¿Recuerdas a Luar?

Hago una mueca de confusión ante el contenido de la carta. ¿Que pasa con Luar? Continuo con la lectura curiosa de saber hasta donde quiere llegar.

Espero que si, porque del él es de quien quiero hablar. Quizás puede que te estés preguntando porqué quiero retomar esa historia, sin embargo lo entenderás una vez hayas finalizado la lectura de esta carta.

Como te dije meses atrás, Luar vivió en la calle durante varios meses, pasando todas las carencias que puedes llegar a imaginarte, cuando al fin dejó su orgullo de lado y decidió ir en busca de su padre, que como recuerdas era como llamaba a Dios, toda su vida cambió de forma sorprendente. Luar terminó su ultimo año de estudio, y gracias a sus calificaciones ganó una beca para estudiar en la Universidad que fuera de su interés, después de tanto pensar en que profesión quería ejercer se decantó por la medicina; ya que la muerte de su madre lo marcó tanto que era un sueño para él salvar vidas.
En la universidad conoció a dos personas, una chica y un chico, con los que enlazo una fuerte amistad.

Con el pasar de los años Luar era conocido por sus increibles notas, ese esfuerzo y pasión con la que estudiaba le abrieron una puerta en un importante hospital ubicado muy lejos de su hogar, sin nisiquiera haberse graduado.
Cuando por fin llegó la graduación Luar aceptó marcharse, pues era una gran oportunidad y tendría el privilegio de trabajar junto a uno de los neurólogos más reconocidos, quien también era dueño y director del hospital en el que trabajaría.

Aquel neurólogo español era una persona venerable, humilde, calida. Luar le tomó gran cariño a aquel hombre, un hombre que sin conocerlo le abrió las puertas de su casa y le trató como a un hijo.

Para Luar todo era una especie de sueño, después de haber sufrido por la muerte de su madre, después de haber ido a prisión y de haber vivido como mendigo, la vida parecía sonreírle nuevamente, aunque claro, ya sabrás que todo su agradecimiento estaba con su padre.
Todo aquella felicidad incrementó cuando meses después conoció a una bella chica, se enamoró de ella, incluso más raro aún, ya la amaba cuando la conoció, era la misma chica que en tantos sueños había observado, solo fue verla para saber que ella era la mujer que había estado esperando.

Una extraña sensación me recorre el cuerpo ante la historia, y sin saber el porqué, una lagrima resbala por mi mejilla. La limpio y continuo con la lectura.

Narrarte aquella historia de amor sería imposible, no hay palabras para describir el amor que había entre ambos. Sin embargo se que tú puedes entenderme, pues fuiste tú la protagonista de esa historia. Fuiste aquella chica que hizo que Luar perdiera la razón.

Amor Real (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora