Capitulo 11

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- Ya he firmado tu permiso de salida ---anuncio al entrar---

Él suspira y me mira con mala cara.

- ¿Donde te habías metido? ---inquiere--- Llevo horas aquí aburrido esperándote.

Me rio. Que tipo para desesperado.

- Bueno, al parecer eso de cancelar las citas de ayer me salió caro. He estado muy ocupado el día de hoy. ---explico--

El asiente, comprensivo. Toma asiento en la camilla y se pone en pie.

- Llevame con Camila, quiero verla.

Le pongo una mano en el pecho, obligándole a no dar un paso más.

- No creo que sea buena idea, sus padres han estado con ella desde que llegaron ---explico---

Él me mira con desagrado. Me encojo de hombros, con gesto inocente y aparto la mano.

- ¿Que te parece si hablo con Marcelo para que me de un par de horas? Así podemos ir a la casa para que te duches y comas algo.

Para mi sorpresa asiente sin rechistar.

- Vale, espera y le hablo al celular ---digo buscando en mis contactos---

Contesta de inmediato.

- Mi consultorio no está muy alejado del tuyo. ---afirma---

Sonrío.

- Eso suelen decir.

- ¿Ocurre algo? ---inquiere---

- No, señor. Solo quiero saber si me permite ausentarme un par de horas, solo es pa...

- Vale, no hay ningún problema ---dice interrumpiendome---

- Gracias, señor. Solo tardaré un par de horas. ---aseguro---

- No te preocupes, tomate el tiempo que sea necesario. ---es lo último que dice antes de colgar---

Ya se lo compensaré después con horas extras. Le estoy tan agradecido que dudo que me alcance la vida para retribuirle todo lo que ha hecho por mi en estos meses.

- ¿Y bien? ---pregunta Guillermo---

- Ha dicho que si, ya puedes dejar de quejarte. ---bromeo---

Él me mira con falsa hostilidad y me da un codazo en el costado.

- Quiero verte acostado veinticuatro horas sobre una camilla, sólo porque "tu medico" es tan testarudo que no te deja ni asomarte a la puerta. ---sentencia---

Sonrío y hago una mueca irónica.

- Y a mi me gustaría verte en acción ---afirmo---

Él levanta las cejas, y una sonrisa pícara se dibuja en su rostro.

- ¿No crees que eso seria un poco enfermo? ---indaga---

Me rio y niego con la cabeza. Parece que con cada minuto que pasa su recuperación se ve reflejada aún más

- Acción laboral, mal pensado ---digo saliendo de la habitación---

Él no dice nada, se limita a seguirme hasta la salida del hospital. Tomamos un taxi y minutos después llegamos a casa de Marcelo.

- Es muy bella ---dice Guillermo---

Asiento y busco en los bolsillos del pantalón las llaves de las enormes rejas, sin embargo no están, de seguro las he dejado en el consultorio.

- Espera verla por dentro.

Presiono el botón y hablo por el intercomunicador.

- Hola, Camilo. Soy yo, Raul

Amor Real (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora