Capítulo 22

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Capítulo 22.

“Hola Gabriel,

Dos meses. Sabes que esto no va a durar para siempre ¿cierto? Deberías poner de tu parte y pasar la maldita prueba. ¿Qué tienes que hacer? ¿Portarte bien? Pues hazlo, porque si uno sólo de los dos está poniendo de su parte no va a funcionar...." Rafaela escribía con un poco de furia. El salón estaba completamente vacío. Ni un alma en la escuela. Ya era hora de irse, pero Rafaela decidió quedarse a "arreglar unos asuntos pendientes". La puerta del salón se abre de golpe. Y estaba ahí. Con su perfecta postura, su cabello negro, sedoso y brillante, su barba partida y sus labios carnosos. 

-¿Qué haces aquí?

-Escribo una carta a mi novio.

-Cierto, Iker...-Carlos se acerca a tomar asiento cerca de ella.

-Gabriel.-Interrumpe.

-¿Has sabido algo de él? 

-No, primero debe pasar la prueba psicológica para poder comunicarse con nosotros.-Murmura mientras dobla el papel por la mitad y lo guarda en el bolsillo pequeño de su mochila. 

-Pero, si ya pasó la prueba... Me envió una carta, decía que era importante que tú no supieras nada...- Se limitó a continuar-Vaya, parece que he metido la pata. 

Rafaela se levanta de la silla y camina furiosa fuera de la escuela. 

-Hey, ¿quieres que te lleve a casa? Está lloviendo fuera y te vas a mojar... 

Rafaela ignora el comentario y continúa caminando tratando de levantar su orgullo que se va desplazando por los suelos. Una lágrima recorre su mejilla, pero antes de que la misma gota de agua salada cruce sus labios la chica se enjuga los ojos.

Al llegar al estacionamiento se da cuenta de que efectivamente está lloviendo.

Carlos la alcanza. Y sacude la cabeza. Se acerca hasta su ciclomotor y arranca. Se va. 

Rafaela manda un texto a su madre diciendo que llegará tarde. 

Y se derrumba en el suelo. Sola. Como siempre. Dobla las rodillas y se recarga en la pared más cercana. Haciéndose lo más pequeña posible. Lo más miserable que podría ser. Esconde su cabeza entre las piernas. Y no piensa en nada. Sólo ve las pequeñas gotas de agua cayendo desde el cielo. La lluvia es tan interesante... Es como si el cielo llorara. Porque se siente triste y ¿qué sucede abajo, con nosotros? Decimos que la lluvia es triste, fea, y deprimente, y no nos importa hacer llorar más al cielo. Al triste cielo. 

"Gabriel, no sé si sea cierto o no, pero pasaste la prueba, se lo dijiste a Carlos, y no fuiste capaz de mandarme un saludo... Vete al diablo. "

Paredes blancas. Olor a hospital. Un chico de 17 años acaba de morir. Y lo podemos ver, esta ahí, reposando su cuerpo dentro de un ataúd. Y su cuerpo frío, y su piel blanca, y sus pulmones vacios, y su corazón, que formaba parte de él, se detuvo, acabando con todo lo que formaba parte de él. Y él lo puede ver. Se ve a sí mismo en ese ataúd. Se ve dentro de unos años en ese mismo lugar, rodeado de miserables personas, doctores y demás pacientes de la academia. 

-¿De qué murió? -El chico se aclara la garganta.

-De lo mismo que tú podrías morir. -El doctor de bata blanca le da un par de palmadas a Gabriel en el hombro.-Pero eso ya depende de tí. 

-¿Cuándo podré irme? 

-Has progresado positivamente, excepto con el psicólogo... En un par de meses podrás salir, pero tendrías que regresar.- Ambos caminan por el pasillo tranquilamente charlando.-Dime, ¿por qué no le escribiste esa carta a Rafaela? 

-Porque uno de los dos va a morir ya, no necesitamos que ella también lo haga. Quiero que ella piense que es todo, y que ya no seguiremos, así mi muerte no le afectará, y no recaerá. 

-¿Y si no mueres? 

-Si no muero...pues habré tomado una decisión que me hará infeliz el resto de mi vida, espero no hacerle lo mismo a ella.

 

 

Corazón, depende de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora