El amigo de mi hermano [2da temporada] - Cameron Dallas.

22.

Salí del vestuario y camine respirando hondo hasta el escenario. Era una obra muy importante y era uno de los personajes principales. Corri apenas el telón para ver cuanta gente había afuera, nunca había visto tanta gente. En primera fila estaba mi madre, mi abuelo, Ana y Christian.

Todo marchaba bien. Mis manos transpiraban, sentía un nudo en el estómago pero todo era de los nervios, creía yo.

Salí a escena y los aplausos retumbaban en toda la sala, eso me hacía sentir bien, me daba más ánimo. Karen salió por el otro lado, con un vestido largo y un peinado de princesa. Nunca la había visto así, se veía muy bien. Nos tomamos de la mano porque el libreto así decía. Ana miraba todo desde primera fila y ella no sabía que en breve se venía un beso.

Volví a mirar al público y una figura parada en el medio del pasillo llamó mi atención, seguí con lo mío pero esa figura seguía ahí.

— ¿Willy? — pregunte parandome en el borde del escenario para ver mejor — no puede ser...

Cerré los ojos y al abrirlos esa figura ya no estaba ahí. Tenía la mirada de todos en mi, y se escuchan por lo bajo como hablaban. Karen se acercó y puso su mano sobre mi hombro, ella continuó con las líneas pero no podía moverme, no me salían las palabras. Sentía un frío recorrer mi cuerpo y como gotas de sudor mojaban mi cara, no quería estar ahí. Quería irme.

Ana se acercó al escenario y tiro de la manga de mi pantalón para que me ponga de cuclillas y estar más cerca a ella.

— ¿Que sucede? Cam, cariño has practicado esto por meses, esperaste este momento años... No lo desperdicies ahora, lucite.

— No puedo... No puedo seguir Ana — mi voz se quebró — creo que vi a Willy.

Ana abrió grandes los ojos, tragó saliva y haciendo puntitas de pie me tomo del rostro y sonrió.

— Claro, el esta aquí y con más razón debes lucirse. Demuestrale que has aprendido y que hoy eres quien tanto deseabas.

Esa noche pude terminar la obra. La gente se puso de pie para aplaudir ignorando todo lo que había pasado, todo el tiempo que estuve quieto sin hacer nada.
Lo primero que hice fue bajar e ir hasta cine está Ana.

La bese como nunca. La agarré de su cintura y pegué su cuerpo junto al mío, toda la gente que estaba alrededor desapareció, éramos sólo ella y yo.

— Gracias amor — le dije.

Ella me regaló una sonrisa y volvió a besarme como si no hubiera un mañana.

Después dé cenar con la familia, de reírnos por lo que había pasado, de hablar de tantas cosas, con Ana fuimos a mi departamento.

Cerre la puerta y ella dejó su bolso sobre el sillón, me acerqué despacio y la abrace por detrás.

Ella automáticamente dio media vuelta y quedamos frente a frente, no dejaba de sonreír. Le quite su blusa, dejándola con el torso descubierto, mis manos subían y bajaban por su espalda, por su piel suave. Ella hizo lo mismo conmigo, me quito la remera que me llevaba y me abrazo apoyando su cabeza sobre mi pecho. Estábamos más juntos que nunca, nuestras piel pegada una a otra, mis manos seguían en su espalda, hasta que se frenaron y dejaron que mis dedos desabrochen su sostén. Ella no dejaba de abrazarme.

La agarré de sus muslos y la subi, ella enganchó sus piernas por mi cintura, aún seguía sonriendo.

— Te amo — le dije mientras la llevaba a mi habitación.

— Te amo Cam — susurró en mi oído.

Dejo caer su cuerpo en la cama, sobre las sábanas blancas. Mi cuerpo encima de su cuerpo, mis manos que recorrían cada centímetro de su piel. Sus manos jugaban con mi cabello, ella misma desprendió el botón de su pantalón e hizo lo mismo con el mío.

De a poco, mientras nuestros labios se unían por momentos, fuimos quedando al descubierto, ella desnuda y yo también. Amaba cada parte de su cuerpo, de su piel. Entrelazamos nuestros manos y las llave hacia atrás, dejando que ella disfrutará de los besos en el cuello que la volvían loca.

Sentí su respiración acelerada, clavo sus uñas en mi espalda. Estaba con los ojos cerrados, dejándose llevar.

Cuando desperté, su cabeza estaba sobre mi pecho. Ella estaba despierta mirándome.

— Ven a vivir conmigo — le dije con la voz un poco ronca.

— Si mi amor — sonrió y se estiró para darme un beso.

Nos acomodamos y seguimos durmiendo.

— — — —

Les dejo todo en su imaginación.
Perdón una vez más. En verdad quiero ser más activa pero no tengo mucho tiempo. Un beso enorme y gracias por bancarme siempre. 😘😍💕💕💕
Sean felices.