Tercer Vitae

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-Y bueno, Levi, una última pregunta ¿eres feliz en tu nuevo hogar?-preguntó el señor.

Ambos estaban en una habitación de la casa, a solas.

-¡Sí!-respondió el azabache con una sonrisa.

Esa sonrisa era tan sincera y hermosa que dejó cautivado al mayor, causándole un leve sonrojo.

-Gracias por tu tiempo-escribió algo en un papel mientras el azabache salía de la habitación a jugar con el castaño y dos adultos más entraban.

-¿Y bien? ¿Podrá quedarse con nosotros?-preguntó Carla.

-Sí, de hecho...-respondió el señor mientras veía al azabache jugar en la sala con el castaño-Tal vez su hogar no esté en las mejores condiciones pero él parece feliz y eso es lo que cuenta.

-Muchas gracias-respondió Grisha mientras estrechaba las manos con el hombre frente a él.

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El tiempo pasaba rápido, en menos de lo que creían, el castaño ya entraba a la secundaria.

Tenía doce años mientras que el azabache tenía nueve.

En estos años, junto con unos ahorros de parte de los mayores y un poco del dinero que les daban para el azabache, habían logrado hacerle unas mejoras a la casa, entre ellas el reforzar paredes, una cama adicional, reparación de tuberías y muchas otras cosas; también habían logrado comprar ropa en mejor estado.

Pero lo más importante de todo, el azabache ya casi no se había enfermado, ahora parecía un niño normal aunque por recomendación de los doctores, no debía ir a la escuela por lo que sólo sabía leer y escribir, no sabía de matemáticas ni nada por el estilo.

-Te portas bien-decía Carla mientras le acomodaba el uniforme a su hijo.

-Mama, ya soy un niño grande, no tienes porqué hacer esto-decía el castaño.

-Tu siempre serás mi bebé-y abrazó a su hijo.

-Eren...-llamó el azabache que estaba junto a ellos.

-Prometo venir lo más rápido posible para pasar tiempo contigo, ¿vale?

-Suerte-dijo mientras era abrazado por el castaño.

-Nos vemos-dijo el castaño y después fue corriendo a la calle.

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Estaba en el salón de clases y se sentía algo incómodo pues no conocía a nadie.

De lo que no se dio cuenta era que una azabache lo observaba sonrojada a lo lejos, exactamente al otro lado del salón.

Estaba sentado junto a la ventana, hasta adelante. Un rubio se sentó junto a él.

-Me llamo Armin-dijo algo tímido.

-Eren-respondió el castaño.

-Espero que nos llevemos bien durante este año-dijo, lo que no sabían era que ese sólo era el comienzo de una larga amistad.

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Tocaban la puerta del lugar.

-Voy~-se escuchaba una voz femenina adentro-¿Quienes son ustedes?-preguntó mientras abría la puerta y le daba una calada a su cigarro.

-Como decían nuestras fuentes, tiene buen cuerpo-dijo uno de los dos hombres en la puerta.

-¿Deberíamos contratarla?-preguntó el otro.

-¿A qué vinieron?-preguntó la mujer-No tengo todo el día, tengo clientes que atender.

-Me llamo Nile Dawk y él es Pixis Dot-dijo-No sé si ya nos conozca...

-Sí, esa... empresa de modelaje, ¿por?-dijo ella.

-Queremos que sea la nueva modelo para la revista "Who" de Nueva York-dijo uno.

-Yo no sé inglés.

-No se preocupe por eso, tenemos gente bilingüe.

-¿Cuanta es la paga?

-Suficiente para sacarla de la miseria y vivir una vida de lujos por el resto de su vida.

-Acepto-respondió dando otra calada.

"Ojos inocentes "TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora