Vigésimo Vitae

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-Mami, ¿cómo nací?-la típica plática madre enferma e hijo.

-P-pues... eso te lo contarán en la escuela-respondió el mayor para después tener un ataque de tos.

-¡Mami! ¿Estás bien?-pregunta el pequeño preocupado.

-Sí-responde mientras pone su mano en su frente-Mejor vete a limpiar, este lugar está hecho un completo desastre... tan sólo verlo me enferma...

-¡No mami! Le prometí a papi que te cuidaría y así será!-responde el pequeño.

Se levantó y agarró la toalla que tenía su madre en la frente para cambiarle el agua.

-Gracias-dijo casi en susurro mientras cerraba los ojos.

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El tiempo pasaba y pasaba, ya era un mes desde aquello.

El castaño se sentía desilusionado pues su azabache aún no daba señales de embarazo.

Estaban ambos solos, pues el castaño estaba trabajando.

Viendo una película en la sala mientras comían palomitas... Un lujo que se daban una vez a la semana.

-¡Mira eso, mami!-era una película infantil-¡Qué gracioso!-gritaba el pequeño que reía como loco.

-Sí, muy gracioso-dijo con una sonrisa mientras acariciaba el pelo de su hijo quien tenía su cabeza en el regazo de su mami.

-Si tan solo papi estuviera aquí...-dijo un poco triste pero sabía que si su papi no estaba, era porque trabajaba para traerles la cena todos los días.

El azabache iba a decir algo, pero entonces sintió algo revolverse en su estómago. Se cubrió la boca con una mano y la otra la llevó a su vientre antes de salir corriendo al baño seguido de su pequeño.

Una vez ahí, devolvió todo lo que había comido ese día y parte de la noche anterior mientras su hijo le acariciaba la espalda.

-¿Mami? ¿Estás bien?-preguntó al ver como el azabache se sentaba en el suelo del baño mientras se sostenía el vientre.

-No... Me duele-dijo mientras unas lágrimas salían de sus ojos, le dolía mucho.

-¿Puedes levantarte?-preguntó el pequeño y vio como su mami negaba con la cabeza, sostuvo entre sus pequeñas manitas la de su mami y la sintió temblar-No te puedes quedar en el baño, al menos en el sillón.

-Espera a que Eren llegue-dijo débilmente mientras cerraba los ojos.

Su hijo se quedó junto a él, y aunque quería terminar de ver su película, su mami era más importante.

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Después de una media hora en la que el azabache quedó dormido mientras su hijo lo vigilaba, llegó el castaño.

-Mis amores, ya llegué-dijo pero no recibió respuesta.

Se adentró en el lugar encontrando la televisión prendida. Rápidamente fue a apagarla, demasiado gasto para él.

-¡Papi!-gritó el pequeño mientras llegaba a la sala.

-Lery, ¿dónde es-?-no pudo terminar porque fue jalado del brazo hasta llegar al baño.

Al ver a su azabache con rastros de lágrimas en sus mejillas, ojos cerrados y una expresión que claramente indicaba que estaba un poco adolorido, quedó impactado.

-¿Qué pasó?-preguntó mientras se agachaba para ver mejor a su azabache.

-De repente salió corriendo para vomitar todo, luego dijo que le dolía mientras lloraba. No se podía levantar, sus manos temblaban y terminó dormido-respondió el pequeño.

El castaño no dijo nada más, sólo cargó al azabache hasta acostarlo en el sillón.

Esperó pacientemente a que su azabache despertara. Cuando lo hizo, él mostró una sonrisa y llevó una mano al rostro de su castaño mientras acariciaba la mejilla contraria.

-Eren...-dijo dulcemente.

-Levi-dijo el castaño-¿Estás bien? Lery me contó lo que te pasó y puedo afirmar que nunca antes habías vomitado.

-Ya me siento mejor-respondió mientras se sentaba en el sillón.

-Si mañana sigues así, llamaré a Hanji.

-No hace falta, ya me siento mejor.

El castaño no sabía si creerle o no, ¿qué tal si estaba enfermo de algo grave?

"Ojos inocentes "TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora