Décimo Vitae

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-¡O por dios!-gritaba una castaña mientras veía al niño que estaba llorando en la cama-¿Cómo pudieron hacerte esto?

El rubio se quedó en la puerta, viendo fijamente el trasero del azabache.

-¡Erwin! ¡Ven y ayúdame!-pero él estaba más ocupado viendo al niño... o a su trasero al aire libre.

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Poco tiempo después, cuando el pequeño se recuperó de sus heridas, estaba tranquilamente sentado en la sala, a solas con su tutor pues su madre estaba de viaje y su doctora no estaba gracias a su día libre.

-Erwin, ¿cómo hago esto?-preguntó pero no recibió respuesta-¿Erwin?

-Ya no aguanto más-dijo tumbándose encima del azabache.

*Parte censurada para su bienestar*

Y así iniciaron los ataques repentinos, todos fueron violación por parte del rubio al pequeño azabache.

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Han pasado 5 años desde entonces.

El azabache (de ahora 17 años) era maltratado diariamente por su madre y violado por su tutor.

El castaño (de ahora 20 años) ha seguido con su relación amorosa con Mikasa, aunque no puede olvidar a su azabache.

Despertaba después de una noche de pasión [ehem... lemon], tenía que ir a su universidad.

Estudiaba medicina, tal y como le había prometido al azabache.

Vivía junto a su novia en casa de sus padres, pues los de la azabache murieron un día que se incendió la casa.

Estaba acostado en su cama, la azabache tenía su cabeza en el estómago contrario mientras él acariciaba su cabello.

-Nos vemos al rato, ¿si?-le dijo a su esposo mientras le daba un beso en la frente.

-Está bien, pero no tardes-ella no estudiaba, sólo terminó la preparatoria por lo que se dedicaba a ayudar a Carla en el hogar-Suerte.

Se besaron la boca, un beso apasionado y salió por la puerta.

Para ella era amor verdadero, y era muy feliz. Acariciaba el anillo en su dedo mientras sonreía. Entonces volteó a ver una foto... la foto de su boda con su castaño.

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-Aún me sorprende tu estado, aunque nos has dado muchos sustos... mira que desmayarte cada vez que te da la gana-decía un rubio preocupado.

-¿Y crees que yo quise nacer así? ¿Como un Hombre-B*?-preguntó desanimado, el brillo en sus ojos hace tiempo que se había perdido.

-Pues... no, pero aun así soy feliz-respondió dulcemente mientras lo miraba con una sonrisa de adulto enamorado.

-¿Crees que yo lo soy?-preguntaba con lágrimas en sus ojos mientras acariciaba cierta parte de su cuerpo.

-Deberías-se acercaba al azabache-Tu madre aprueba nuestra relación.

-Eres el doble, casi el triple de viejo que yo, me das asco-respondió con molestia evidente-Yo no quería esto, no quería un hijo... al menos no contigo...

-Jeje.

Le dio un beso en la boca, pero recibió un golpe en el rostro.

-No vuelvas a tocarme-dijo mientras se limpiaba los labios.

-Eres mío, y esta criatura que lleva 7 meses con nosotros también es mía-dijo mientras llevaba una mano al vientre de su víctima si así se le podía llamar pues al azabache le repugnaba ese cejón-Aunque... deberías enfermarte menos.

-Si fuera por mí no existiría-dijo mientras aventaba la mano del rubio lejos de su vientre y empezaba a acariciarlo mientras hacía gestos de aguante de dolor, suspiró-Yo no te di ningún puto derecho sobre mi cuerpo.

-¿Estás bien?-preguntó alarmado al ver la expresión del azabache, ignorando sus palabras.

-Se mueve demasiado-dijo mientras veía cuidadosamente su vientre y no dejaba de acariciarlo-Todo por tu culpa, puto cejón.

-No te enojes, recuerda lo que dijo la doctora Hanji... es malo para ti y para el bebé.

-Esto no es un bebé, es un bastardo-suspiró con pesadez, aún viendo su vientre-Pero tienes razón, ¿qué culpa tiene él de existir? Sólo diré una cosa... yo no lo quiero, y cuando nazca tendrás que llevártelo lejos de mí.

-Tú sólo descansa, mañana vendrá Zoe, duerme bien-le dio un beso en el vientre y salió de la habitación, volviendo a ignorar sus palabras.

Empezó a llorar, no quería ese bebé pero él no tenía la culpa de existir.

Definitivamente él no lo iba a matar pero tampoco lo iba a querer.

"Ojos inocentes "TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora