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Enamorada del profesor
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¿Quién dijo que una historia no podía volver a repetirse?
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...

Esto debe ser alguna clase de broma o algo. ¿¡Qué mierda hacía Len Sakine en mi puñetera casa riendo con mi madre?! ¡Un profesor de matemáticas en casa de una alumna y riendo con la madre! ¿¡Qué era esto, una nueva entrega de Saw?!

— ¡Rinny! —Boquiabierta, escuché como mi madre me llamaba antes de acercarse a mí y tomarme del brazo para arrastrarme, literalmente, hacia mi profesor de matemáticas. Llevaba un jersey gris sobre una camisa azul cielo, unos pantalones negros y unos zapatos de vestir marrones oscuros. Jesús, menudo estilo. Tenía una sonrisa cálida en su rostro, pero apenas me daba cuenta. Estaba demasiada impactada al fijarme en lo sexy que se veía y en lo bien que olía—. Cierra la boca de ballena que tienes, —me susurró mi madre y, automáticamente, cerré mi boca—, y saluda al señor Sakine. —Alzó su voz antes de empujarme hacia él.

¿Y cómo puñetas se saluda a un profesor que está en tu casa?

— Eh, hola... sensei. —Más que un saludo, me salió con una entonación interrogativa y me sentí idiota. Me incliné como un robot en un perfecto ángulo de 90 grados, parpadeando varias veces seguidas.

Esto era tan sumamente raro.

— Un gusto encontrarla de nuevo. —Amplió su sonrisa tan cálida cuando me alcé de nuevo. Joder. El momento en que le encuentre serio o decaído, será el día en que me ganaré el premio a la mejor fotografía original.

— ¡Mierda, Rinny, Lily, quien quiera, por amor a Dios, que alguien suba a ayudarme! ¡Urgencia de mujeres! ¡Alguien antes de que Len llegue!

Me golpeé la frente con la palma de mi mano al oír a mi tía gritar como si estuviera en pleno parto. La risa de Len no se esperó y la carcajada forzada de mi madre tampoco.

— Disculpe, mi hermana necesita ayuda. —Oí a mi madre decirle, aunque distinguir ese tono de la voy a matar. Una de las cosas que Lily Kagamine odiaba era que la avergonzaran con una visita delante.

— ¡Pero que alguien atienda a mi socorro!

Rodeé los ojos a la par que Len intentaba controlar su carcajada y mi madre su ira.

— Rin, acompaña a nuestro invitado al comedor, yo iré a por Luka.

— Val..., espera, ¿¡qué que?! —Pero cuando volteé busqué con la mirada a mi madre para sugerirle que yo, personalmente, me ofrecía a ayudar a tía Luka, la vi subiendo las escaleras de dos en dos, dejándome sola con mi profesor de matemáticas. Dios, sonaba peor de lo que me pareció. Volví a mirar a Len, quien parecía burlarse con la mirada y le dediqué una sonrisa forzada—. Si me acompaña. —Crucé por su lado y puse una mueca cuando le di mi espalda antes de conducirle hasta el comedor.

Al ver la mesa, supe enseguida que había estado puesta por Luka ya que todo estaba milimétricamente colocado, cada cubierto a la misma altura y a ambos lados del plato. Además, era la única persona que se atrevía a poner pétalos de flores de plástico rosas en la mesa y perfumar el ambiente de olor del tipo de flor que había usado.

— Mi casa es la suya, tome asiento. —Le ofrecí una de las sillas mientras yo rodeaba la mesa y me sentaba en mi habitual sitio. Él me dio las gracias antes de tomar asiento frente a mí.

Genial, ahora venía el momento incómodo que quería evitar a toda costa.

Ni él ni yo dijimos nada, únicamente reinaba el silencio, roto por el ruido del reloj. El móvil, pudiste bajar tu maldito móvil, me reñí mentalmente, rodando los ojos antes de apoyar mi codo sobre la mesa, dejando caer mi cabeza sobre la palma de mi mano. De reojo, vi a mi profesor juguetear con el suyo, y, fijándome bien, me pareció que era el último modelo de IPhone que habían sacado. Por amor a todas las naranjas, ¿¡ese es IPhone X?! ¡Pero si cuesta dos riñones y el pulmón derecho! Parpadeé varias veces, alucinando y preguntándome si trabajaría en otra cosa o si pagaban bastante bien siendo profesor como decían.

Enamorada del profesor | RiLenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora