| Toc, toc, el amor está por llegar |

1.1K 120 73
                                    

Enamorada del profesor

.
Qué maravilloso es ser consciente de algo y encontrártelo en cada esquina, ¿verdad? JajajajaNO.
.

...

— Bien, Mickey Mouse, ya puedes ir contándome cómo demonios hicisteis para montar todo esto. —Hablé finalmente, arqueando una ceja con curiosidad hacia Miki, sentada sobre su mesa frente a mí.

El salón estaba vacío, todos se había ido a casa o a sus actividades escolares, como Yukari e Ia, a quienes habíamos decidido esperar al no tener prisa por regresar a casa.

— Digamos que fue algo... casi improvisado. —Su respuesta sonó a pregunta, lo que me intrigó más. Ella sonrió un poco—. Desde que ocurrió lo que ocurrió, Kaito y yo buscamos mil maneras de tratar de encontrarle una solución porque estábamos realmente preocupados por ti. Pese a que intentabas esconderlo, sabíamos que lo estabas pasando fatal y nosotros no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Aunque un buen día se nos pasó por la mente hablar también con Rinto, porque después de todo, esto también le afectaba a él y, vaya, ¿adivinas con qué sorpresa nos encontramos? —Esa vez, ella frunció levemente el ceño, mirándome con cierto reproche mientras que yo sonreí algo nerviosa, intuyendo a qué podía referirse.

— Eh... soy muy mala adivinando. —Carraspeé y Miki rodó sus ojos.

— Rinto no sabía apenas nada del tema, ¿se puede saber por qué diablos no se lo contaste?

Desvié unos segundos la mirada, frunciendo mis labios.

— Quería hacerlo, pero... ya sabes cómo es Rinto, capaz es de venir al instituto y poner el grito en el cielo y era lo último que quería. De haberlo hecho, el malentendido se complicaría mucho más y se metería en un gran lío, y yo con él.

Escuché cómo Miki suspiró y nos quedamos unos segundos en silencio antes de que ella volviera a hablar.

— Lo sé, pero igual pudo haberse enterado por terceros ajenos y eso le hubiera alterado mucho más de lo que se alteró cuando se lo contamos. —Volví a observarla, dándome cuenta de que había puesto una mueca, llevando su mano en su oído—. Aún me duele el tímpano, no me podía imaginar que un chico podía gritar tan, pero tan agudo.

No evité esbozar una pequeña sonrisa, bajando la mirada hacia el borde de mi falda, donde mis dedos jugaban con la tela.

— ¿Y qué más pasó?

— Ah, sí, continúo. Bien, em, nuestro plan principal era que Kaito y Rinto entraran de incógnito al instituto para ver cómo estaba el ambiente y luego ya pensaríamos qué hacer. Y ya que hoy la directora no se encontraría en el instituto hasta el final del día, pedí ayuda a Yukari e Ia y así, a la hora del receso, aprovechamos que fuiste a ya-me-contarás-dónde —alcé mis ojos hacia ella con una sonrisa al oírla recalcar las últimas palabras—, para recoger a Kaito y Rinto. Nos metimos dentro del instituto para no llamar mucho la atención y fuimos hablando sobre qué hacer exactamente hasta que, al pasar por el cuarto de megafonía, a Ia se le ocurrió la magnífica idea de ridiculizar a toda esa gente desde los altavoces, sin dar ningún nombre. Y así lo hicimos, casi por improvisación, Kaito y Yukari se quedaron vigilando mientras Ia, que tuvo la suerte de haber usado la sala durante el año pasado y sabía cómo funcionaba, Rinto y yo, nos apresuramos en meternos dentro para acabar lo más rápido posible. Aunque cuando acabamos y salimos corriendo, al voltear la esquina, nos topamos con el sensei y, bueno, fue bastante gracioso, como de película de comedia. —Soltó una pequeña carcajada—. Nos quedamos congelados en el lugar, aguantando hasta la respiración mientras el sensei, totalmente sorprendido, nos analizó para darse cuenta después de que Kaito y Rinto eran completos extraños y gritarles antes de perseguirles. Nosotras les seguimos hasta la salida y el resto ya sabes cómo acabó. —Finalizó su relato, dejándome con los ojos abiertos como platos y mi boca semiabierta, casi sin creerme toda esa historia—. ¿Alguna pregunta?

Enamorada del profesor | RiLenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora