Rintonto
Rinto, adivina qué
Saldrás conmigo?
No, idiota
He conseguido a alguien que podría ser de gran utilidad para la heladeríaENSERIO?!
Sisi, o sea, tengo un amigo que ha llegado de EEUU hace poco, adora los helados y ha estudiado repostería y marketing
Le hablé de tu tema y aceptó encanto para echarnos una mano, tiene mil ideas
Te juro Rin que no sé qué decir
Un muchas gracias se me queda corto de verdad eres la mejor! Mi madre y mi hermana no sabemos cómo agradeceros lo que hacéis
Me harías feliz si me invitas a un helado de Oreo cuando nos veamos...
Sin problemas, rubia ;)
Hablando de eso... No sabía que te mola lo grande
Un comentario más y te juro que te bloqueo e imprimirás los folletos tú solito idiota
Sonrojada, dejé mi móvil sobre la cama y me desperecé, recuperando a los pocos segundos la sonrisa. No podía evitar sentirme feliz ayudándole, sobre todo a su madre. Esa mujer era un sol y se merecía que su heladería fuera reconocida por mucha más gente.
— ¿Qué te ha dicho Pinto?
— Se llama Rinto. —Solté una pequeña carcajada—. Y se ha puesto muy contento. —Kaito sonrió ampliamente antes de continuar jugueteando con mis pintauñas en la moqueta de mi habitación.
Habían pasado dos días desde su llegada y su costumbre de colarse en mi habitación sin avisar había vuelto de nuevo.
— Me tenéis que llevar a esa heladería, tengo unas ganas... —Suspiró, sacando de mi caja el pintauñas color azul—. Trabajar entre helados fue, es y será mi gran sueño. —Destapó el frasco, dejando que poco a poco, el olor tan típico impregnara parte de mi habitación.
— Lo sé, por eso cuento contigo para que des lo mejor de ti.
— Lo haré, mi bella princesa. —Retornó el mote con el que me solía llamar, sacándome una sonrisa. Observé cómo comenzaba a pintarse una de sus uñas—. Por cierto, ¿te mola ese Rinto? —Sonrió pícaro y yo rodé los ojos.
Ya empezamos... una chica y un chico podían ser amigos perfectamente.
— No me mola, es solo un amigo.
— Eso dices ahora, mi niña.
Rodé los ojos con una pequeña sonrisa antes de jugar con un pequeño hilo que sobresalía de una de mis almohadas. Volví a observar a Kaito, quien con la lengua fuera, intentaba que el pintauñas no tocara su piel.
— Oye, Kaito —le llamé, lista para preguntarle una de las dudas más importantes que tenía ahora que había sacado el tema del amor y tal—, ¿tú piensas que el amor nos hace felices?
Kaito detuvo lo que estaba haciendo antes de mirarme durante varios segundos. Arqueé una ceja.
— Sí, el amor es un pilar fundamental de la felicidad. —Respondió finalmente con una amplia sonrisa antes de seguir pintándose las uñas.
— Sigue argumentándolo. —Le pedí, curiosa porque hubiera dicho que sí.
— Verás, mi añorada princesa, el amor está en todo: en la familia, en los amigos, en ti, en tu futura pareja... —Sopló su uña antes de seguir—. Cuando te corresponden ese cariño, eres feliz, porque sabes que estarán a tu lado en lo malo y en lo bueno, siendo un pilar fundamental en tu vida. —No evité pensar en Mikuo, Miku y Miki, y en todo lo que habíamos pasado y vivido juntos—. Sin embargo, el amor más importante es el que tienes que sentir por ti. —Recalcó, alzando sus ojos hacia mí—. Ámate, o como mínimo, gústate, porque si no lo haces, no serás capaz de amar a nadie, no alcanzarás esa felicidad casi absoluta. Únicamente irás tras una persona buscando su opinión acerca de ti, cosa que puede ser muy malo, y te acabará por convertir en una persona dependiente. —Santa mandarina divina, desde cuándo Kaito se expresa tan bien. Era un punto de vista totalmente distinto al de Len—. ¿Y por qué la pregunta, Rinny? —Quiso saber y yo balbuceé unos segundos, sin saber muy bien qué contestar.
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Enamorada del profesor | RiLen
Fanfiction| Hiatus indefinido | Quien me diría a mi, Rin Kagamine de casi 18 años e hija insectofóbica de un exterminador, que lidiaría con tantísimos problemas. Que sería la novia de mentira de mi mejor amigo, Mikuo, enamorado de su prima Miku, que también e...