Enamorada del profesor
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Se perdió en el laberinto de sus ojos, sabiendo que no había retorno.
...
Estaba molesta. Muy molesta con todo el mundo. Con Miki, Ia y Yukari por preguntarme qué me ocurría y con tía Luka por enviarme un mensaje contándome que se confesaría a Sakine sensei después de mi clase y que la deseara suerte. Pero con quien estaba más molesta era conmigo, por mentir a mis amigas y dejar en leído a tía Luka.
¿Por qué debía sentirme así? Me tenía que importar una mierda que ella se confesara a sensei. De hecho, tenía que estar contenta, rebosante de felicidad. Lo que me dijo él aquel día de tormenta en su casa quizás hubiera sido una pequeña mentira o estaba tan confundido que no lo había notado. Seguro que estaba enamorado de tía Luka desde hacía tiempo, y ahora le habrá dicho que sí y serán la pareja más increíble, guapa, inteligente, magnífica y especial del mundo.
Para sensei, yo solo era su alumna y la sobrina de tía Luka. No había nada más.
— Maldita sea... —Murmuré frente a la puerta de mi casa, sorbiendo por la nariz y parpadeando varias veces seguidas cuando noté mis ojos cristalizarse.
Quería llorar y no entendía por qué, lo que me frustraba y me hacía querer llorar todavía más.
Respiré hondo, tratando de sobrepasar lo que yo consideraba un berrinche antes de sacar las llaves y abrir la puerta, adentrándome a casa.
— Ya he llegado. —Mascullé sin ganas, descalzándome casi con rabia.
Oí los pasos de Momo correr hacia donde estaba, pero al contrario de tirarse sobre mí como acostumbraba a hacer, pareció comprender mi estado de ánimo y solo se detuvo, observándome como si estuviera pidiendo permiso para acercarse.
Suspiré y forcé un poco mi sonrisa, agachándome para abrazarla por el cuello mientras lo acariciaba con cariño, sintiendo una pequeña paz en ese breve momento antes de obligarme a alzarme y avanzar hacia mi habitación, con ella siguiéndome de cerca.
— ¡Bienvenida a casa, Rinny! ¿¡Quieres comer ahora?! —Oí los gritos de mamá desde la cocina cuando llegué a la segunda planta.
— ¡Sí! —Respondí con el mismo tono, abriendo la puerta de mi habitación para encontrar el mismo desorden habitual.
Dejé mi mochila por algún lado, seguida de mi chaqueta y, segundos más tarde, de mi uniforme para sustituirlo por unos jeans oscuros y un jersey ancho marrón. Puse mi móvil a cargar y salí hacia la segunda planta arrastrando mis pies con algo de cansancio, tratando de no hacer evidente el enfado que todavía sentía.
Pero olvidé el sexto sentido inexpugnable de papá y mamá.
Fue imposible no sentir sus miradas sobre mí cuando atravesé el umbral de la puerta de la cocina y avanzaba hacia el taburete vacío junto al de mamá, donde me esperaba mi bol de udon vegetariano. Cogí los palillos y tras bendecir la comida en un murmuro, empecé a comer, aunque con cierta incomodidad.
Ellos dos me estaban analizando demasiado.
— Bueno —papá alargó la penúltima vocal, siendo el primero en romper el hielo—, ¿vas a salir después, cariño? —Preguntó, tomando asiento frente a mí.
— Sí, he quedado con Miki, Rinto y Kaito. —Respondí automáticamente, sin alzar la mirada de mi plato antes de empezar a sorber los fideos.
— Oh, qué bien. —Comentó algo nervioso y hasta yo pude sentir cómo mamá le insistía con la mirada para que continuara la conversación—. Y... ¿qué tal el día en clase?
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Enamorada del profesor | RiLen
Fanfiction| Hiatus indefinido | Quien me diría a mi, Rin Kagamine de casi 18 años e hija insectofóbica de un exterminador, que lidiaría con tantísimos problemas. Que sería la novia de mentira de mi mejor amigo, Mikuo, enamorado de su prima Miku, que también e...