| Prepárate, sensei |

1.4K 131 456
                                    

Enamorada del profesor
.
si dos personas se miran entre tanta gente, será por algo
.

Los cinco días habían pasado rápido. En un parpadeó llegó el martes, el primer día de nuestro viaje.

— ¡León, ¿y las llaves del coche?! —Chilló mamá mientras recogía su cabello en una coleta, apareciendo en la entrada donde yo estaba ajustándome el calzado.

Para nuestra suerte, nos habían permitido prescindir del uniforme, teniendo total libertad para escoger nuestra ropa.

— ¡En el cajón del mueble de la entrada! —Canturreó papá desde la segunda planta.

Mi madre se acercó al aparador tarareando y abrió el cajón, extrayendo las llaves del coche a la par que yo terminaba de acomodarme mis zapatos. En ese momento, Momo corrió hacia mí, frotando su cabeza contra mi brazo, buscando los mimos que le di enternecida.

— Oh, yo también te echaré mucho de menos, Momo. —Reí un poco cuando lamió mi mejilla hasta que oí un maullido bastante familiar y busqué con la mirada a Hayato, quién apareció bajo Momo—. Y a ti también, Hayato. —Aseguré, alargando mi sonrisa antes de acariciar a mi gatito, quién se subió sobre mi regazo, buscando más mimos.

— Cuanto más tiempo estés con ellos, peor va a ser la despedida. —Apuntó mamá mientras subía la cremallera de su chaqueta, abrochándola y ocultando su vieja sudadera de estrellitas que usaba para dormir.

— ¿Cómo no voy a hacerlo? —Lloriqueé un poco, volviendo a abrazarles con fuerza—. Son mi hija y mi bebé. —Bromeé y mamá rio, rodando sus ojos.

— ¡Vamos, Luka! —Chilló segundos después.

— ¡Ya estoy, ya estoy! —Sus tacones resonaron mientras descendía por las escaleras junto a los pasos de papá que la ayudó a bajar su maleta.

Sonreí un poco más cuando la vi tan coqueta como siempre con su bolso, del mismo tono negro que sus jeans, colgando de su hombro y su maleta azul marino decorado con adhesivos de alguno de sus viajes. En esos días, su estado había mejorado y aunque a veces sufría bajones y prefería estar sola en su habitación, tía Luka brillaba mucho más que semanas atrás, lo que me hacía feliz. Además, se disculpó de nuevo conmigo, asegurándome que su intención nunca fue hacerme daño, que no era mi culpa que se sintiera de esa manera y que lo lamentaba muchísimo.

— ¡Oh, mi niña bonita! —Exclamó cuando Momo ladró, corriendo hacia ella para apoyarse sobre sus piernas con sus patas delanteras. Dejó su bolso y su maleta a un lado, llenándola de amor y caricias con un puchero en su rostro. Las observé con cariño, abrazando a Hayato mientras rascaba tras su oreja—. ¡Tienes que portarte bien! ¿De acuerdo? —Tomó su cabeza entre sus dos manos, sonriéndole de oreja a oreja—. Haz mucho caso a León, Lily y también a Kaito. Volveré muy pronto. —La besó un par de veces y yo me levanté del escalón, bajando mis ojos hacia mi gatito que maulló, acurrucándose.

— Venga, niñas, o a este paso el autobús se irá sin vosotras. —Mamá cortó nuestro bonito momento, abriendo la puerta de casa.

A regañadientes, nos despedimos por última vez de nuestras mascotas. Dejé a Hayato sobre el aparador, donde se estiró con pereza y tía Luka dejó finalmente a Momo en manos de papá, quién tuvo que sujetarla de su collar para que no corriera hacia fuera.

— Nos vemos en cuatro días, papá. —Me despedí de él con una sonrisa, abrazándole con fuerza, sintiendo cómo me rodeaba con su brazo libre.

— Ten mucho cuidado, Rinny, y pórtate bien, ¿vale? —Cuando me separé, asentí con la cabeza, ampliando mi sonrisa. Él alargó también la suya, pellizcándome suavemente mi mejilla—. Y pensar que mañana será tu cumpleaños y no lo celebraremos juntos... —Lloriqueó, fingiendo una mueca de tristeza y rodé mis ojos, algo divertida.

Enamorada del profesor | RiLenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora