Game Over

Capítulo 12

Los gritos despavoridos y de sufrimiento salían de la plaza, una plaza que estaba siendo consumida por el fuego de las criaturas. Mi mente estaba completamente en blanco, lo único que podía hacer era dejar que Yato me hiciera retroceder; osea nada. Literalmente me convertí en una muñeca de trapo a punto de descoserse.

De pronto un grito femenino me hizo salir del trance. parpadeo varias veces  antes de fijar mi vista en una muchacha de cabello dorado que ha salido por una de las entradas traseras de la plaza.

La chica corre despavorida mientras uno de esos enormes insectos la persigue. El insecto gigante está a unos cuantos metros de atraparla. Ver como casi es devorada cada que el monstruo abre su gran boca me llena de pánico.

Mientras la chica corría a los arbustos se le ocurre voltear atrás, tal vez para ver que tan serca esta la criatura de ella, al hacerlo no pudo notar que en frente de ella había unas rocas, así que calló, resbaló y rodó unos cuantos metros.
El gigante insecto se detuvo frente a la chica, puso sus enormes patas delanteras a los lados de la chica, enterrándolos en tierra por el enorme peso que este lleva, y abriendo su gran boca mientras sus dientes parecen ir creciendo entre mas abre la quijada.

No sé cómo, pero las fuerzas de mis piernas volvieron a mi. Como pude me zafé de los brazos de yato y corrí para tomar a la chica del brazo antes de que ese insecto chocará su cara y colmillos fuertemente contra el suelo. El insecto hizo una gran presión contra el suelo, haciendo que este temblara y se formaran grietas, lo que hizo que yo también tambaleara y cayera a unos tres metros de él.

El insecto se volvió a parar, se acercó a nosotras bastante molesto y dispuesto a matarnos. No savia que hacer ni a donde voltear, todo lo que veía eran esos ojos brillantes como de mosca en los que me reflejaba, seguramente muy apetitosa para el. Pero mientras abría de nuevo su boca y mostraba sus dientes como de cierra frente a mi, explotó.

Explotó como una palomita de maíz, solo que hecha de carne, claro. Todos los pedazos volaron y la sangre salpicó por todo el lugar. Creo que nunca había visto tal imagen perturbadora, mi estómago se retorcía y la cabeza me daba vueltas.
Cuando todos los pedazos del insecto cayeron al piso pude ver  en medio de ellos a Yato cubierto de sangre y con una mirada escalofriante.

— ¿qué rayos crees que estás haciendo? siempre lo mismo contigo. No paras de meterme en problemas. ya te dicho que aquí todos deben trabajar para protegerse a sí mismo, no tienes porqué ayudarlos.

No pude prestar atención a nada de lo que me decía, aunque por un momento lo veía a el de pronto su silueta se vio borrosa y la que había detrás de el se aclaró como si mis ojos fueran una especie de telescopio o cámara.

   Mi mirada se concentró ahora en la entrada dónde podía ver a la gente huyendo dentro de la plaza. Como la gente trataba de huir mientras el fuego los consumía en vida. viendo como la gente huía mientras esos insectos los perseguían. No podía quedarme ahí y ver como todos se prendía en fuego en vida y como mi juego y mi nueva vida que decían sería mejor se destruía poco a poco frente a mi.

Me levanté y corrí dentro de la plaza, Saski me siguió como mi fiel compañero y
pude escuchar que Yato me gritó, pero no entendí lo que me dijo, yo solo quería ayudar así que no me importaba lo que Yato me dijera en ese momento.

Cuando estaba dentro de la plaza muchos insectos se fijaron en mí mientras otros seguían escupiendo fuego a las personas. No sé que me ocurrió en ese momento, no se que fue lo que pasó, tal vez alguien tomó mi cuerpo, no tengo idea, pero lo que sí sé es que en ese momento apreté los puños a los costados antes de caer al suelo de rodillas y golpear mi puño contra el piso mientras di un grito.