Capítulo 29

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Al entrar de nuevo a la gradas del coliseo nos volvemos a encontrar con todos, incluso con la mirada fría de Yato. El lugar se a quedado desolado, solo estamos nosotros y otras dos personas que se encargan de limpiar el lugar.
El lugar tenia manchas de sangre por todo el lugar, y creí ver unos dientes por el suelo.

—Y ¿quien gano? — Preguntó Aoi de forma muy normal, con una agradable sonrisa en sus labios. Es sorprendente que la expresión de Yato no lo afecte.

—Gano Yatogami, como siempre — contesta Shou. «si hubiera estado aquí antes...».

— ¿y como sabes si estabas espiándonos? ¡un momento! ¿¡cuando llegaste aquí?! — le pregunté, asombrada.

— Soy la muerte..., y estoy... — se cubrió en su capa de trasformación — ¡en todas partes! — dicho esto, se hecho a correr a toda velocidad de forma muy cómica en su estado chibi.

—Y ¿cual a sido la recompensa? — le pregunto directamente a Yato, a lado mio.

El me mira sin ninguna expresión durante varios segundos; luego voltea al frente y me responde de forma fría:

— Oro, y otra armadura para yuaki —. Esa es toda la conversación que logro tener con el durante el día.

Durante la tarde hacemos turismo por la ciudad, y a pesar de que hubo muchas cosas divertidas no me divertí para nada. Quería hablar con Yato, quería pasar mas tiempo con el como cuando recién llegué a este lugar; pero ahora Kire ronda al rededor de Yato, y debo checar que los gemelos no hagan tonterías. Y aun si tuviera oportunidad de acercarme el solo se dedicaría a mirarme de vez en cuando con esos ojos fríos y siniestros.

Es una pena que tenga esa clase de mirada, porque tiene unos ojos azules de verdad encantadores. Aun con su oscura expresión se le puede notar lo lindos que son, y sinceramente no me canso de mirarlos.

Por la noche nos pasamos a un hotel, donde nos despedimos después de comer y nos vamos a nuestras habitaciones, de forma bastante fría en mi opinión. »No puedo decir si a sido un buen o un mal día«.  Paso la noche despierta hasta las doce, pensando en como llegué a este lugar, en todas las personas que eh conocido y en como ah cambiado mi vida desde que llegué aquí.

  Me acostumbré demasiado pronto a esta buena vida llena de personad a mi alrededor, me acostumbre tanto y tan pronto que me asusta que desaparezca así de rápido como aparecí aquí en este mundo.

De pronto, escucho mucho ruido fuera. Las ventanas cerradas tapan el sonido así que no se de que se tratara pero para que llegue aquí debe ser muy alto. Me levanto de la cama con cuidado para no despertar a Sakura y me dirigí a la ventana. Al abrirla se asomó una ola de ruido muy potente. Era una ruidosa combinación de gritos, cosas rompiéndose, pasos apresurados y chillidos de...

—¡LOS GLIMBOT! — Grité aterrada al ver a uno frente a mi con gigantes alas atacando a unas personas debajo de mi.

El glimbot de inmediato al escucharme me lanzó un cañonazo de sonido comprimido, el cual despedazó la pared detrás de mi. Esa pared pudo haber sido mi rostro de no ser por Yato que llegó justo a tiempo para tirarme al suelo y esquivar el ataque.

Caí de espalda contra el suelo, así que sentí que me quedé sin oxígeno por unos pequeños momentos. Yato cayó en sima mio, pero no por completo pues se detuvo con sus manos para solo estar sobre mi sin tener alguna clase de rose.

—¡casi muero! — le grité a Yato en una sonrisa bastante nerviosa con el corazón a todo lo que da.

— ¿Donde esta la enana? — me pregunta en su tono normal.

De inmediato me gire a la cama, donde no estaba Sakura. Se me paró el corazón por un segundo, pero entonces salió del otro extremo de la cama arrastrándose por el piso; di un suspiro al tiempo que de sus ojos brotaron lágrimas al verme.

Por ese segundo hubo un silencio y tranquilidad poderoso, que fue borrada por otra explosión poderosa fuera del hotel. El lugar se lleno de olor a humo, aire, y un color rojizo oscuro. De inmediato Yato me tomó del brazo, me levantó, corrió con Sakura y tomándola como un costal de papas en su hombro salió corriendo fuera.

Mientras bajábamos por las escaleras nos íbamos encontrado uno a uno con todo el equipo. Y cuando salimos al fin del hotel todos juntos..., Explotó detrás de nosotros.

Todos caímos al suelo por el fuerte impacto tan cercano. Nos levantamos lo mas rápido que pudimos para ver la horrorosa situación en la que nos encontrábamos. Todas las clases de insectos gigantes estaban ahí. Todas las personas estaban muertas, y la ciudad estaba completamente destruida y siendo devorada por hirvientes llamaradas de fuego.

Cuando todos los insectos olfatearon nuestra presencia vinieron en contra de nosotros de una vez. Todos se pusieron sus trasformaciones, decididos a responder a su amenaza. Ya había visto a Yato destruir cientos de esas cosas, pero esta vez había mas, muchas mas, y de todas las especies.

Además... Había una, de la que nunca escuché hablar, una grande...,no, una terriblemente gigantesca. Era fácilmente mas grande que saski en su trasformación de dragón. Además tenia una cara muy peculiar, entre un lobo, un dragón, y el simplemente neblina oscura. Eran tres de ellos.

Eran lentos, y estaban lejos, pero incluso en mi lugar podía sentir un denso aire, un aire que no te permitía respirar con normalidad.

— Tiene un increíble poder... — le escuché susurrar a Shou.

Me entró miedo, y quise refugiarme en la mirada fría y tranquila de Yato..., pero..., su quijada estaba apretada. Parecía diferente, su expresión mas oscura y siniestra que otras veces..., entonces me di cuenta; estábamos en problemas.

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