Capitulo 38

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Corrí tras los demás con los ojos a punto de cerrarse por las lágrimas. Pero ya no podía hacer nada, las limpie mientras corría y miraba la espalda de los demás. «No dejaré que nadie mas muera».

De pronto los chicos se detienen frente a mi con brusquedad. El túnel termina en una habitación hecha de hielo, mas grande que una ciudad. Y con los tres monstruos gigantescos dentro.

— ¿les gusta? — pregunta Sayemaion a unos kilómetros de distancia, sentado sobre una especie de lagartija detrás de los monstruos — Yo les digo Titanes. Los dejaré para que se conozcan. — dicho eso, se marchó.

— Ese desgraciado infeliz — gruñe Yato entre murmullos.

La mayoría de nosotros nos quedamos estáticos mientras las bestias arrugadas creaban un ataque dentro de sus bocas al mismo tiempo. Tuve que pensar en algo rápido ya que Yato no parecía estar muy consiente en esos momentos.

— ¡Aoi! — le grité, y le di una indicación con la mano. El entendió de inmediato, y se lanzó a volar frente a los titanes.

— ¡Cierren los ojos! — nos gritó; obedecidos al instante y el soltó una gran luz. Una luz tan potente que creí que me quedaría ciega aun tapando mis ojos con las manos.

Cuando terminé me apresure a subirme al lomo de Saski y correr asía el primer titán mientras aun estaban torpes. Estaban lejos, así que mientras Saski aun corría recordé las palabras de Kami-sama:

— El Rey oscuro está muerto, al matar al rey se mueren todos los jugadores de dicho elemento, por eso no queda ninguno. Pero ahora que has salido, siendo la única aquí con ese elemento... Cuando lo utilices te convertirás en la Reina oscura. Utiliza el poder legendario: muerte... Y acaba con quien se interponga en su camino.

No estoy acostumbrada a ese poder, es probable que me quede débil o con dolor, pero terminaré con estos titanes para quitarles un peso de enzima a los demás.
De mi mano se formó una gran lanza que Saski había guardado para mi y dije:

— Rey oscuro, de presencia viva y cuerpo muerto, Presta tu poder a esta jugadora para proteger este juego que tanto amabas — sentí un frío y a la vez mi cuerpo ardiendo; la trasformación se estaba completando.

El poder ardía dentro de mi cuerpo, y las criaturas parecían notarlo, pero en lugar de querer atacarme buscaron la manera de escapar. Shun y Shin se encargaron de no dejarlos huir, amarrándolos de las patas con ramas y plantas que crecían con rapidez debajo de ellos.

Sus cuerpo cayeron por falta de equilibrio, haciendo retumbar y abrir grietas sobre el suelo. Sus caras quedaron en tierra y a si pude ponerme frente a una de ella.

— Has causado suficiente desastre, muere y renace en alguien mas amable — susurré, poniendo sobre su cara aterrada mi mano.

Aunque en ese momento era un titan destructor no era su culpa..., no se le puede culpar por haber sido creado con esa apariencia y ese destino controlado.

No duró ni un segundo para que sus párpados cayeran. La sensación de poder quitar una vida de este modo era parecida a la que siente alguien cuando le meten suero por la vena, pero a mayor cantidad y por todas las venas. Su cuerpo se fue volviendo invisible y al final terminó en convertirse en pequeñas esferas brillantes que parecía que podían tocarse y estas estarían esponjosas.
Los otros titanes quedaban muy lejos, así tomé mi primera trasformación de agua. Me paré de pies en la cabeza de Saski y los llamé:

— Vengan aquí. — poder legendario de agua: control. Control sobre los cuerpos de los demás. Levanté ambas manos a los lados, apuntando a ellos para llamarlos.

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