Game Over

Capitulo 35

Durante la noche Kami-sama me llamó a una habitación subterránea debajo de un jardín mas lejano. La habitación era rocosa y olía a tierra mojada, tal vez suena mal, pero es agradable. Hizo que me acostara en una cama blanca de frente. Luego levantó mi camisa para que pudiera ver mi espalda.

— Esto tal vez te duela, pero tendrás que soportar — me dijo, tomando un par de agujas cinco veces mas grande que el tamaño normal.

Tragé saliva, mordí mi mano y cerré los ojos antes de que me metiera diez de esas cosas en la espalda. Me dolía mas que una simple inyección pero era soportable. Soportable hasta que esas cosas me transmitieron una corriente eléctrica parecida a la que te da cuando tocas un cable de luz en casa, pero multiplicado.

Las vibraciones se sentían hasta dentro del hueso, y mi cuerpo se sentía caliente por fuera, pero muy helado por dentro. Tanto que de mi boca salia vapor helado, el cual formaba escarcha donde caía. Ya no tenia fuerzas ni para morder algo, y así estuve por varias secciones. Hasta que al final, de mis poros salía vapor frío, mi piel se tiñó de azul claro, y ya no era capaz de sentir ni dolor ni ni las agujas en la espalda. Entonces kami-sama las sacó sin nada de consideración a mi espalda y dijo:

—Terminamos ¿puedes levantarte?

Intenté hacerlo, pero mis músculos estaban tan congelados que no se movían ni un milímetro, solo conseguía hacerlos temblar. Tampoco podía hablar, solo salían gemidos como de un perro enfermo.

— Ya veo. No te preocupes, estas bien, solo debes acostumbrarte a tu nueva temperatura. — se quitó los guantes y abrió la puerta para dejar pasar a Yato. — Sabía que estabas aquí Yatogami-san ¿podrías llevarla a su habitación?

Yato solo la miró, y ella le sonrió parecían hablar mediante telepatía. Un rato después Yato se acercó a mi, bajó mi camisa y me puso una cobija en sima para después cargarme como a una princesa de película. Antes de salir de la habitación pude verme en un espejo. Mis pestañas estaban blancas y cubiertas de escarcha, mis ojos estaban grises, como si estuviera ciega y mi piel tenia un azul como de hielo.
Cuando salí, Aoi me sonrió y me dijo:

—Ahora serás mas fuerte justo como querías — después entró a la misma habitación de donde había salido.

— Tu tam...bién — le susurré, en cuanto pude.

Yato siguió caminando hasta llegar a mi habitación, donde me sentó en medio de la cama para recargarme en la pared de espalda. Caminó hasta la chimenea para prenderle fuego y se sentó frente a ella, como a siete metros de distancia de mi.
Debo informar que me molestó que no se regresara conmigo

Esperé hasta hasta que la movilidad de mis piernas regresaran para levantarme y sentarme junto a Yato sin que lo notara. Me levanté y caminé, hasta ahí bien; que no se diera cuenta..., ahí fallé terriblemente.
Justo cuando pensaba sentarme pisé la cobija que llevaba arrastrando y caí en sima del pobre de Yato.
Creo que golpe su cabeza con mi barbilla, y el golpe hizo que me mordiera la lengua.

— Veo que te sientes mejor — espetó en voz baja, y en un tono algo irritado.

Yato se recorrió un poco asía atrás para poder salir de abajo de mi, lo cual me hizo dar cuenta en la posición en la que nos encontrábamos. Yo estaba sobre mis rodillas y manos, osea, en posición de un cuadrúpedo. Su pecho presionaba un poco el mio y su cara estaba muy cerca de la mía. Yo lo miraba asía arriba y el me observaba asía abajo.

El frío a desaparecido por completo, ahora sentía un fuego en mi pecho que calentaba todo mi cuerpo, como si fuese a derretirme. Mi corazón dio otro salto cuando Yato tomo un mechón de mi cabello suavemente entre sus dedos hasta su boca, donde solo dejó mi cabello rozando sus lindos labios.

— ¡Kami-sama! ¡están haciendo pervertidecez en su castillo! — gritó Shun debajo de la cama. — ¡Rápido Shin! ¡ve por el pollo amarillo!

De pronto Shin abrió la ventana de la habitación con una cámara en la boca, entró de un salto y corrió fuera de la habitación; Shun les siguió. Mientras miraba como corrían me entraba un escalofrío por el aura que emanaba Yato detrás de mi.

Me volví a Yato, y mi cuerpo recobró el frío desde el interior. Yato salió corriendo detrás de Yato. Y de inmediato escuché los gritos de Shun y Shun y de algunas cosas rompiendo se. Di un suspiro. «valla que me acostumbré bastante a esto».

Y así como yo, todos se han acostumbrado a esta vida y a estas personas, será diferente si alguien llega a faltar. Será cruel para quien tenga que regresar al mundo real, pues todos hemos huido por problemas, y ahora alguien tendrá que volver a vivir con ellos de nuevo. Incluso kire quien parece tan mimada y presumida está aquí por alguna razón.

Recordé el como reaccionó Shou esa tarde, estaba aterrada, como un cachorro siendo alejado de su madre. Aoi, Sakura, Dani, Rinji, Yato, Shun, Shin y Kire... Todos ellos están por alguna razón, por algo que les hizo desear ya no existir..., no quiero devolverlos al lugar de donde buscaban escapar.

Pensando así, caí profundamente dormida, justo ahí en ese suelo a un lado de la chimenea.

Al día siguiente me sentía mucho mas ligera, pero el pesado ambiente era muy denso aun desde temprano, especialmente por Shou, quien aceptó ayudarnos pero no se iría de Game over ella ni sus dos compañeros no importaba que.

— Espero tengan un viaje sin problemas — nos bendice Kami-sama.

— Disculpe seño, pero aun no nos dice donde está ese dichoso portal — gruñe Kire.

— Eso no será un problema, Sakura y Game pueden guiarles.

— ¿Sakura? — susurré. Kami-sama me dio una juguetona sonrisa y Sakura se escondió detrás de mi.

Tomamos un pesado desayuno lleno de vitaminas, y Kami-sama nos dio nuestras armas reforzadas. Los Yuaki salieron de la habitación donde Kami-sama los mantuvo encerrados para aumentar su nivel y fuerza. Y así, nos marchamos de ese gigantesco castillo antes del medio día para que no fuera atacado.

Kami-sama se mantuvo fuera, agitando su mano hasta que ya no se veía a la lejanía.

Caminamos durante varias horas guiados por Game. Y en medio del camino Yato nos detuvo a todos.

— Mocosa deberías acostumbrarte a tu trasformación desde ahora — me sugiere.

Yato casi siempre esta sin ella, pero mantiene a Ryu trasformado todo el tiempo, así que decidí seguir su ejemplo. Me incline para ver a saski y le pedí:

— ¿puedes transformarte en el dragón de antes?

Saski parecía no querer, tal vez recordando lo que pasó la ultima vez que lo hizo. Pero después explicarle lo que kami-sama hizo aceptó. Por segunda vez pude ver su gran trasformación de un gran dragón plateado. Todos los demás se miraron entre ellos y decidieron hacer lo mismo.

Yo me mantuve mirando a Saski; era hermoso. Yato me tomó de la cintura repentinamente para ayudarme a escalar hasta el lomo de Saski. Estando allá arriba me dio un pequeño mareo, y mas aun cuando Saski pasó de estar echado en si suelo a levantarse en cuatro patas.

Era como edrar arriba de una escalera de bomberos. Pero la piel era muy suave, como la de un lagarto cualquiera. Y con cada respiración se sentía vibrar sus músculos.

—Cuanta potencia.

Incluso el gran lobo Ryu se veía pequeño a lado de Saski. Claro, a menos que quiera ser su almuerzo nunca se lo diré.