Capítulo 4

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No sabía lo que quería hacer. Me quería rendir, pero a la misma vez quería salir adelante y cumplir la última voluntad de mi madre. Sé que ese sueño no solo fue un sueño, fue una despedida y quiero que mi madre vea que sí voy a ser fuerte y esté orgullosa de mi. Ella está en el cielo cuidándome. Quiero superar todo obstáculo que la vida me coloque, quiero se fuerte, voy a ser fuerte. No voy a tener a la persona que amo al lado mío apoyándome pero la voy a tener cuidándome y creyendo en mi.

— ¿Cómo doctora, si tanta oscuridad me consume? — decido reaccionar

— El tiempo Skyler, el tiempo lo cura todo, solo sigue hacia adelante y no mires para atrás.

— ¿Cómo comienzo?

— Pues puedes comenzar comiendo algo, no sé cómo no tienes hambre. — ella ríe y yo asiento

No sé como, pero voy a mejorar, voy a sacar esta oscuridad de dentro de mi, de alguna manera a saldré hacia adelante. No me quiero rendir más, quiero sacar las pocas fuerzas que tengo para seguir adelante, porque eso es lo único que puedo hacer. Voy a dejar todo esto atrás. El dolor es mucho, pero el tiempo me sanará. Una enfermera me trae la comida, no tenía mucho apetito así que solo comí un poco. Me la pasaba viendo televisión, no hablaba con nadie, solo con la doctora que de vez en cuando me visitaba. No me siento totalmente segura para hablar con otras personas. Me encantaba ver programas de cocina. Extrañaba cocinar, la cocina era todo para mi. Tenía ganas de ir al baño, así que me puse de pie y me dirigí al baño, en el camino dejé el  plato de la comida  en un sillón al lado de la puerta del baño. Al salir veo a un hombre recogiendo los platos de la comida que me había comido. Los horrible recuerdos inundaron mi mente. Desde que llegué al hospital siempre me habían atendido enfermeras y la doctora, pero nunca hombres. Se iba a acercar a recoger el plato.

— ¡No te me acerques! — comienzo a llorar, agarro el tenedor que había en el plato y lo apunto hacia él. Podía sentir mi cuerpo temblar y las lágrimas caer al suelo

— Señorita, solo quiero agarrar el plato y me voy, no se preocupe, no le voy a hacer nada, tranquila. — se acerca lentamente

— ¡Te dije que no te acerques! ¡No te acerques! — le grito. Agarro el tenedor con las dos manos, el hombre camina hacia atrás hasta toparse con la camilla, presiona un botón — ¿Qué estás haciendo? Solo vete. — al cabo de unos minutos llega la doctora 

— Skyler, — la miro — baja el tenedor por favor. — se acercaa mi lentamente hasta llegar a mi, me quita el tenedor de las manos, me abraza y comienzo a llorar más fuerte. — ¿Qué estás haciendo aquí? — le dice al hombre — Yo dije bien Claro que con esta paciente solo la podían tratar mujeres. Ella está inestable. Si esto vuelve a suceder los voy a despedir a todos. — dice muy enojada mientras yo seguía en sus brazos.

El hombre se va. La doctora me lleva a la cama y me coloca un calmante mientras me acariciaba el cabello. Tenía miedo que me volviera a suceder lo mismo otra vez. Los días pasaban y había dejado de hablar, apenas hablaba con la doctora. Evitaba todo contacto con las personas, no quería que me tocaran. Sé que las enfermeras no tiene la culpa de lo que me pasó, pero tenía miedo de todo y de todos.

La doctora era una mujer muy buena y me trataba muy bien. Ella era una mujer feliz que siempre tenía una sonrisa en su rostro. Ella entra a colocarme algo en el suero y se va, antes de llegar a la puerta la detengo

— ¿Cómo llegué al hospital? — ella me mira confundida

— ¿Todavía no te acuerdas? — niego — Ya verás que te vas a acordar, pero te lo voy a decir. Un hombre te trajo, dijo que te intentaste tirar de un puente, pero él logró agarrarte y cuando lo hizo te diste un golpe en la cabeza. Fue un héroe, porque te trajo de inmediato.
—    Yo recuerdo subirme a un autobús y ya.
—     Te diría más, pero eso fue lo único que me dijo el hombre. Bueno Skyler me tengo que ir, más tarde vengo a buscarte para hacerte un examen en la ginecóloga. Desearía que ella pudiera venir para acá, pero no puede, así que tenemos que ir. Te voy a acompañar, así que no te preocupes. Nos vemos ahorita. — se va

No quería salir, de los lugares que más me sentía segura era aquí en la habitación. No quería tener contacto con nadie. No me sentía segura afuera. Sentía un escalofrío de nada más pensar que alguien va a volver a tocar mi cuerpo. Sabía que era para exámenes pero iban a traer esos horribles  recuerdos. Quería enterrarlos en fondo de mi corazón pero era imposible. La espera se me hacía muy difícil. Sabía que la doctora me venía a buscar para llevarme a ginecología, pero no quería. La doctora llega y me extiende la mano, me quita el suero y comenzamos a caminar. Habían muchos tipos de personas, doctores, enfermeros, pacientes, incluso niños. Era un lugar con mucho movimiento, parecía que nadie tomaba un descanso. Así son los hospitales, aquí salvan vidas y hacen todo lo posible para curar a las personas. Esta es la casa de los héroes sin capas. Las personas que salvan miles de vidas diariamente. A las que no le otorgan el premio que se merece, solo porque "es su trabajo". Mi cuerpo temblaba incontrolablemente, sudaba sin tener calor, mis palpitaciones eran aceleradas, escalofríos, no podía respirar. Mi cuerpo reaccionaba solo, no era yo la que lo estaba controlando, era algo más. Miedo... el peor enemigo de las persona, él que hace decisiones sin consentimiento, aveces te protege pero otras veces te hace daño. El miedo es algo impredecible, no se puede controlar. Las  personas me miraban raro. Caigo al suelo de rodillas.

— Hey Skyler ¿estas bien? — fue lo último que escuché antes de perder la consciencia

SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora